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—Salgo a las dos, ni un minuto más, ni un minuto menos—dijo mirando sus manos.

Jackson le miró con una sonrisa ladina, suspiró con pesadez, podía sentir como Namjoon se estaba poniendo nervioso, quería alargar la mano para tomar la suya y demostrarle el apoyo, sin embargo, no sabía de qué manera respondería su hijo, en aquellos años había aprendido que Namjoon era quien marcaba los límites del contacto, al principio, no encontraba la manera de acercarse a él, no quería equivocarse, debido a eso lo alejó, se arrepentía, porque aunque su hijo no respondía como los demás, se sentía triste, feliz y cansado, y él como todo padre no quería herirlo.

—¿Quieres que te acompañé? —preguntó con voz tranquila, intentando trasmitirle confianza—. Puedo quedarme en el auto, esperarte y después podemos ir a comer algo.

Namjoon sonrió ladino, no iba a admitirlo en voz alta, pero estaba inseguro de lo que estaba por hacer. —¿No tienes trabajo qué hacer? No tienes de qué preocuparte.

—Puedo perder dos horas, no hay problema—se encogió de hombros—. Ve, te esperaré aquí.

—Está bien—asintió tomando la manija de la puerta, tomó una enorme bocanada de aire antes de decidir salir.

—Recuerda, ve a tú ritmo, es tu primera vez, está bien si no sale como esperas, toma todo el tiempo que necesites ¿Entendido? ¡Ánimo!

Bajo del auto con la mandíbula tensa, no estaba seguro de lo que estaba haciendo, pero había tomado una decisión, no lo hacía enteramente por él, sino también por Jin, después de que este hubiera aceptado el cortejo que le ofrecía, habló con sus padres sobre la posibilidad de aceptar ir a los cursos que su doctor le había recomendado. Los cursos, trataban de ayudarle a mejorar sus habilidades sociales y emocionales, en un salón con personas que padecían lo mismo que él u otras variaciones de TEA, durante muchos años, se había negado, no quería estar en esos lugares, ya que llegaban a ponerlo muy ansioso, sin embargo, las cosas habían cambiado. Namjoon quería ser un buen alfa y poder ganarse el corazón de SeokJin.














Era el día, Yoongi estaba nervioso, la noche anterior no había dejado de pensar en lo que sucedería y en que todo debería ser perfecto, tenía miedo, una clase de temor que no era normal, porque su preocupación no era hacía sí mismo, sino hacía Jimin, quería hacerlo feliz y que esa noche fuera inolvidable para ambos, pero para eso debía ser minucioso en sus planes.

—Yoongi—dijo su padre quien acababa de despertar de su siesta—. ¿Qué es esa mochila?

—Creí que lo recordabas—dijo con una sonrisa, su padre Soo, se veía muy tierno despeinado y adormilado—. Pasaré todo el día con los chicos y me quedaré en la noche, será en casa de SeokJin, les pedí permiso ayer en la cena.

KyungSoo asintió con los ojos entrecerrados. —Creo que lo olvidé, lo siento—se acostó en el sillón y se acorruco—. Perdón Yoonie, tú hermano o hermana me tiene cansado, tener un bebé tigre es muy, muy, muy difícil.

Yoongi sonrió ladino y se acercó a su padre, se agachó a su lado y comenzó a acariciar su cabello, KyungSoo sonrió con los ojos cerrados, disfrutando de los cariños de sus hijos.

—Yoongi—suspiró—. Tú abuelo llega la próxima semana—dijo con el ceño fruncido—. Me ayudarán a tener todo preparado.

—Está bien papá, me alegra ver al abuelo ¿Tú no?

—Me niego a responder esa pregunta—bufó con una mueca—. Tus abuelos, son algo...sólo no hagas caso de lo que dicen.

—Bien pa.

El Tigre Que Se Comió Al Cisne *Yoonmin/KookV/Namjin/WenHope*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora