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Baekhyun subió al auto con un profundo suspiro, ChanYeol le miró extrañado, acababan de dejar a los pequeños en la escuela, después de eso, pasarían un día solos festejando su aniversario. Habían pasado veinte años desde que se conocieron, y dieciocho desde que decidieron unir su vida para siempre en matrimonio, sellando aquel acuerdo con una marca, como debía ser, cuando se encontraban a su destinado.

ChanYeol tomó su mano apreciando la diferencia de tamaño, sintiendo la misma corriente eléctrica que sintió la primera vez que lo tocó, en ese entonces él era un productor nuevo que estaba supliendo a su hermano cuando este se fracturó la pierna y Baekhyun era un joven bailarín de ballet, obsesivo con el control y la perfección. Podía decir que su historia era chicle, pero eso la hacía mucho más especial.

—Vamos Baekie, ellos van a estar bien—intentó tranquilizarlo.

—Es la primera vez que los siete están solos—hizo un ligero puchero.

—Eres toda una mamá gallina—negó con diversión—. Aunque amo a nuestros hijos de la misma forma en la que te amo a ti, osea para siempre e incondicionalmente, necesitas un día alejado de ellos, te están haciendo trizas.

—Tú tampoco te quedas atrás—suspiró con una mueca en sus rosados labios—. El trabajo te está consumiendo.

—Ves, entonces ambos necesitamos esto.

Baekhyun asintió, estaba completamente de acuerdo con su esposo, cuidar de dos adolescentes y cinco pre-adolescentes que parecía se presentarían como alfas era un desafío. Con el tiempo se había olvidado casi por completo, que era una persona con necesidades individualistas, daba todo por ellos, por su familia, que le costaba encontrar tiempo para sí mismo.

—No entiendo cómo le hacia mi madre con tantos hijos—chasqueo la lengua, pensando que, si su madre estuviera cerca, posiblemente le diría lo débil que era.

—Porque tu madre tenía niñeras—bufó por lo bajo—. Yo te he dicho que si quieres podemos contratar a una. Pero siempre dices...

—No—respondió con simpleza—. Si no quise una niñera cuando eran pequeños, menos ahora—se encogió de hombros.

—Eres terco y obstinado—negó con una media sonrisa.

—¿No fue eso lo que te enamoró de mí? —le miró con una ceja alzada, orgulloso de su respuesta.

ChanYeol le miró con picardía. —Oh amor, puedes apostar que eso es lo que me enamoró, aunque me hiciste sufrir.

—Nada en esta vida es gratis Park ChanYeol—mordió su labio inferior recordando aquello momentos donde estaba seguro le hizo pasar un mal rato al alfa.

—¿Recuerdas ese día?

—¿El día en que nos conocimos? —suspiró—. Tenía dieciocho años.

—Yo veintidós, me acababa de graduar y tú, tenías tu primer protagónico. Han pasado veinte años desde ese día.

—Oh basta, me haces sentir un anciano—negó con una mueca—. Pero sí, lo recuerdo muy bien.

...

Seoul, hace veinte años.

Estaba nervioso, había pasado poco tiempo desde que se graduó, eran pocos los trabajos de producción que había realizado, pero ahí estaba, no le avergonzaba decir que, gracias a las conexiones de su familia, no quería ser malagradecido. Los Park eran una familia que había estado dentro del espectáculo, no como protagonistas, sino como guionistas, editores, productores y directores, tanto en la música, como en la actuación y en el teatro, su hermano, quien jugando tenis en el club se había fracturado el fémur, le pidió que le supliera, en una nueva puesta en escena del lago de los cisnes.

El Tigre Que Se Comió Al Cisne *Yoonmin/KookV/Namjin/WenHope*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora