cherie • ander muñoz [ ELITE ]

capitulo 7

Cʜᴇ́ʀɪᴇ!
Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 7!

— Buen día.— La chica beso la mejilla de Ander para luego sentarse a su lado. La sonrisa que se encontraba en su rostro desapareció al instante al ver su mano vendada.— ¿Que te pasó?.—

El chico la miro con una mueca.— El día de la fiesta tuve una pelea a la salida, unos tíos me golpearon.— Susurro el chico mirándola atentamente.— Estoy bien Sol.—

— No estás bien Ander, tienes una venda.— Dijo la chica, tomando la mano del chico entre sus dos pequeñas manos,— y todo este asunto se la pelea, toda la fiesta casi se va arriba de Guzman por ti, y luego sales y te peleas con otros tipos.—

— Nadie lo sabe Sol.— Susurro el chico.— Habla más bajo, por favor.—

— Eres un idiota Ander.— La chica se sentó recta mirando hacia el frente.

— No te enojes conmigo Sol, tengo muchas cosas para contarte.— La chica se quedo en silencio.— Se que la ansiedad puede contigo, así que aunque estés enojada voy a contarte... Me besé con Omar.—

La chica se dio vuelta rápidamente. Y grito en susurro.— ¿¡Y recién ahora me lo venis a contar Ander la concha de la lora!?.—

— No fue solo una vez.— El chico susurró con los ojos cerrados, esperando la reacción de la chica.

Sol rápidamente le pego un zape en el cuello.— La estas empeorando ricitos.—

La chica volvió a mirar hacia delante y Ander acercó su silla a la de ella, rodeando con sus brazos su pequeño cuerpo.— Venga no te enojes Sol, sabes que te quiero.—

— Que bonita parejita eh.— Se escuchó la voz de Lucrecia, quien los estaba mirándose, como se abrazaban, a su lado estaba Guzmán.— Pensé que te buscarías algo mejor Ander.—

Christian, que pasaba por un lado de Lucrecia no pudo evitar meterse en la conversación y contestarle a la mexicana.— ¿Mejor que la Argentina?, seamos realistas, eso no existe.—

La chica de ojos verdes río y le tiro un beso a Christian, quien hizo como que lo atrapaba y se lo estampó en los labios, haciendo que Sol y Ander soltaran una carcajada, mientras Lucrecia se daba vuelta mientras rodaba los ojos.

Guzmán se acercó a Sol y se puso agachó quedando a la misma altura que ella sentada en la silla.— Sol, quería pedirte perdón, por lo de la fiesta.— Susurro el rubio.— Fui un idiota.—

— Por lo menos lo reconoces Guzmán.— Susurro divertida, y le sonrio.— Te perdono, pero si lo vuelves a hacer, te bajo los dientes.—

(…)

— En serio no entiendo por qué debemos ir.— Susurro la chica, en el asiento trasero del auto.

— Los padres de tu compañera Carla nos invitaron Sol, solo estamos siendo corteses.— Contesto su padre desde el asiento de conductor.

— Además Sol, habrá vino caro.— La chica río ante las palabras de su hermano.

— Nada de Borracheras.— Les dijo su madre desde el asiento de acompañante.— ¿Escuchaste Ian?.—

— Si señora.—

El mayor de los Castro estacionó el  el auto, haciendo que todos bajen del auto.

A penas bajaron los mellizo vieron a Christian, vestido de traje.

— Pero si son los mellizos latinos.— Dijo el chico a verlos, acercándose a los dos para darle un pequeño abrazo.

— Ahora que te coges a la rubia, tenes clase machote.— Dijo Ian, con gracia, ganándose un zape de detrás, su madre lo miro enojada, mientras Ian soltaba una queja.— Perdón señora.—

— Que no te escuche de nuevo Ian.— Dijo la mujer avanzando, el padre de los mellizos pasó luego de ella riéndose.

— La jefa hablo, vamos peque.—  El hombre y su hija mayor comenzaron a caminar tomados del brazo.

— Nos vemos dentro Chris.—

Los tres bajaron por las escaleras, Ian se había quedado fuera con Polo Carla y Christian. El guardia tomó sus nombre y los dejaron pasar.

La hija de los Castre se separó de sus padres cuando vio a la chica con vestido rojo.

— Pero que hermosa.— Dijo Sol, para luego besar la mejilla de Marina.

— ¿Pero tu te has visto en el espejo?, guapa.— Dijo la chica mientras tomaba la mano de la más baja y hacia que de una vuelta en el lugar.

La chica de cabello enrulado dejó de mirarla, cuando vio que Samuel bajaba por las escaleras, con las miradas de los amigos de su hermano clavadas en el; Sol miró hacia donde su amiga y vio al chico bajando.

— Ve por tu príncipe.— Se burló la chica, pegándole un empujoncito a Marina.

La chica de ojos verdes los miraba con una sonrisa, sonrisa que desapareció cuando vio que Guzmán rompía el traje que Samuel traía puesto, la chica iba a acercarse pero sintió una mano en su cintura que se lo impidió.

— No te metas Sol.— La chica se dio media vuelta, viendolo, ahí parado con un traje y moño.— Wow… te ves preciosa.—

— Wow tu, ricitos elegantes.— La chica se puso en puntillas para darle un beso en la mejilla, mientras su mano seguía en su cintura.

— ¿Y si nos escapamos?, estas fiestas no me gustan para nada, siento que no encajo.— La chica río al escuchar las palabras de Ander, lo tomo de la mano, para comenzar a caminar hacia la salida, esperando que sus padres no la vean.

Una vez fuera los dos se sentaron en uno de los bancos, mientras Sol se ponía su chaqueta por el frío.

— Sol.— El chico la llamo luego de estar unos segundos mirándola.

La chica volteó para verlo, sonriendo, sonriendo de esa manera que tanto le encantaba.

— ¿Si?.— Susurro la chica, y su sonrisa no desapareció en ningún momento. El chico la siguió mirando.— Ander ¿estás bi…—

Antes de que la chica continúe, el chico de rulos la tomó del rostro y unio sus labios, lo que comenzó como un tierno beso, se volvió atrevido cuando los dos entre abrieron sus labios y sus lenguas se encontraron.

Las manos de la chica fueron al cabello del chico, mientras que Ander llevaba sus manos a la cintura de Sol.

Unos segundos después, Sol se separó de él.— Espera Ander.— Susurro por la cercanía, tentada a volver a besarlo.— Tu estás con Omar.—

El chico se percató de las palabras de la chica y se separó del todo, mientras cubría su rostro con sus manos.— Lo siento.... yo lo siento. Soy un idiota.—

— Ey Ander esta bien, fue solo un beso.— La chica puso la mano en su hombro.— Solo, no nos confundamos ¿si?.— El chico asintió.

Y algo se rompio, dentro de los dos, sabían que no era el momento para estar juntos.