Capitulo Siete

185 35 12
                                    

Despierto envuelto en una claridad que por unos minutos me ciega. Incorporándome despacio sobre lo que estoy acostado puedo ver mejor donde me encuentro ahora mismo.

La habitación, porque se trata de un dormitorio, no es la que pertenece a la de la casa de la familia de Gun, de sus padres más concretamente.

Apartando las sábanas puedo ver que mi tobillo no está ni cubierto ni herido y pisando el suelo no siento ningún dolor. Levantándome me alejo de la cama que vagamente me resulta conocida, al igual que cada mueble.

Decido por un momento no entretenerme en revisar cada mueble que ocupa la habitación aunque tenga curiosidad. Acercándome a la puerta intento abrirla, dándome cuenta que esta no cede en mis intentos, tensándome en cada tirón que doy, más aún cuando mi espalda choca contra el suelo, en el momento en que veo la manilla de la puerta en mi mano y el agujero que ha quedado en su lugar.

Acercándome aún en el suelo hasta la puerta trato de ver por el agujero que se ha quedado al romper la manilla de la misma. Tan solo al otro lado puedo ver oscuridad, la cual me provoca un escalofrío y sensaciones que despiertan en mi y no me gustan en absoluto.

Siendo la tensión presente de nuevo en mi estoy dispuesto a apartarme y buscar otra forma de abrir esta puerta, quedándome quieto donde estoy, arrodillado en el suelo, viendo como ahora al otro lado una luz se enciende y alguien se mueve, acercándose a la puerta tras la que me encuentro.

Me sorprende el hecho de que esa persona no haga intento alguno por abrir la puerta, no la toque siquiera. Al otro lado, tal cual sigo aún arrodillado, paso de ver la luz a asustarme por un momento cuando un ojo mira como hacia yo hasta hace un minuto o varios segundos, buscando algo hasta que se detiene en mi.

¿Plann?

¿Me conoce?

Plann amor ¿eres tu?

La voz al otro lado de la puerta me habla sin parar, repitiendo una y otra vez mi nombre de tal forma que en cada vez me va resultando más conocida la voz, también incomoda esta situación.

Poniéndome en pie, con dificultad notando mi cuerpo pesado de pronto, trato de colocar la manilla en la puerta y abrirla, siendo desde luego una tarea imposible de cumplir, tratando con otros métodos, con mis dedos que casi me quedo con ellos atrapados.

Mirando a mi alrededor en la habitación trato de encontrar algo más, volviéndose tan oscuro que me da miedo, el como cambia todo a mi alrededor, como si de un trance se tratase.

Separando mis parpados, abriendo tan rápido mis ojos al igual que me incorporo en el sofá, puedo sentir un ligero mareo atacándome de pronto, teniendo que volver a tumbarme, sintiendo dos pares de ojos puestos en mi.

— ¿Por qué me miráis así? —ahora encontrándome mejor consigo sentarme —¿ha ocurrido algo?

— No hay ninguna novedad si te refieres a eso —aclara Gun —no vamos a encontrar algo sobre tu vida, tu novio y todo en un abrir y cerrar de ojos. Lleva su tiempo y es imposible pretender que ocurra de forma inmediata. ¿Tu has recordado algo aunque estuvieses dormido?

Niego ante esa pregunta, compartiendo eso si con ellos mi sueño, ese tan raro que he tenido y me ha dejado confuso nada más desperté.

— ¿Solo veías esa habitación? —asiento —es extraño que de la nada hayas olvidado todo eso. Es como si padecieses alguna enfermedad que te haga olvidar cosas y en gran parte imposible padecerla por tu edad.

Como si tuviese una enfermedad que borrase mi memoria. Eso se que suele ocurrir con ciertas personas a una edad bastante avanzada y yo soy demasiado joven como para ser una de esas personas.

Doblando la manta a un lado del sofá me pongo en pie, soltando un quejido por la molestia que siento en mi tobillo aún en curación, saliendo a paso tortuga de la sala, deteniéndome junto a la puerta.

— ¿De verdad pensáis que todo puede ser debido a lo que has dicho Gun? —miro al mencionado —¿qué padezco de una enfermedad a pesar de mis diecisiete años?

— No estoy seguro Plann —para frente a mi —debería verte un especialista si de verdad quieres saberlo.

No quiero ver a un especialista, no sin antes seguir buscando como puedo dar con esa parte de mi vida que está en blanco ahora mismo.

Dirigiéndome de nuevo a la sala, sentándome nuevamente en el sofá, pienso en ello, en el sueño que no me lleva a nada claro, dejándome caer hacia atrás aún sentado, a soltar un suspiro que irrita mi garganta, cerrando los ojos ante el reciente dolor de cabeza que estoy sintiendo.

— No quiero ver a un doctor sin buscar lo que sea para encontrar a mi novio o algo de mi vida —miro a los chicos —saldré a despejarme un poco si no os importa. No os preocupéis porque estaré bien.

Dicho eso tan solo vuelvo a ponerme en pie, sintiendo la atención de ambos puesta en mi, aliviado porque ya no sea así cuando me encuentro en la calle, lejos de esa casa, avanzando lentamente por no poder ir rápido como me gustaría por mi tobillo.

El camino que estoy por recorrer ahora mismo en busca de algo que no se si encontraré desconozco si será largo o corto. Es algo tarde tal vez para estar así, recorriendo calles, mirando en todas las direcciones, buscando familiaridad en todo ello, pero no puedo dejarlo por más tiempo cuando de ello depende saber donde están las piezas que faltan para tener mi vida completa, volviendo a mi cabeza esas palabras que Gun ha dicho a modo de sugerencia, de si mi olvido con respecto a todo se debe a una enfermedad o tan solo es algo que ha pasado y volverá algún día a la normalidad.

No quiero preocuparme pero no dejará de darme miedo que eso pueda ser así, que Gun tenga razón, porque de ser así no sabría que hacer ni con mi vida, ni para encontrar a Mean de quien sigo sin recordar su nombre, ni nada en absoluto.

¿Dónde esta mi novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora