Capitulo Cinco

196 38 20
                                    

Moviéndome puedo notar muchas cosas. Mi cuerpo sobre una base firme y cómoda es una. Cierto nivel de calor sin sobrepasarse es algo que también noto, más cuando me muevo sobre lo que comprendo que es una cama.

Intentando incorporarme, estirar primero mi cuerpo para sentir cierto alivio, lo que siento ahora es la incapacidad de mover mis brazos, mi muñecas que están siendo retenidas por algo solido, firme al igual que mis tobillos.

¡Mi tobillo!

Una vez más trato de incorporarme, cayendo hacia atrás por lo que sujeta mis muñecas.

¡Mis manos! ¡Mi tobillo! —grito —¡sea quien sea suéltame!

— Está despertando.

Separando mis parpados, abriendo lentamente mis ojos que poco a poco se acostumbran a estar abiertos, alcanzo a ver que ya no me encuentro en esa calle tan solitaria ni escondido.

— No te muevas mucho —miro al chico que rápidamente reconozco —te hemos curado la herida del tobillo y tienes que quedarte así pa..para que se cure.

— Hemos ¿quienes? —miro a mi alrededor no viendo a nadie mas —¿y quien eres tu?

— Puedes llamarme Mark —me siento despacio —¿tu nombre cual es?

¿No sabe mi nombre? Que no sepa mi nombre es buena señal ¿no?

Mirando al chico, al tal Mark, voy a responderle cuando otro es el que entra en la habitación, dejando un beso que con claridad veo en los labios ajenos antes de dejar una bandeja llena de comida frente a mi.

— Tienes que estar hambriento —asiento mirando la comida dudando —no está envenenada. No tienes que preocuparte.

De la misma forma dudosa en la que he mirado la comida ofrecida por los que me miran atentamente la cojo del plato, mordiendo el sándwich cautelosamente. Sintiendo lo bien que sabe, saboreándolo, mis ojos se cierran de forma automática disfrutando así mejor del sabor, incluso del zumo que ahora pasa por mi garganta.

— Parece que no ha comido en semanas —dice el que aún no se su nombre —¿qué has hecho para tener tanto apetito?

— Me tomaríais por loco si os lo contase —me termino el sándwich.

— Cuando yo le encontré estaba saliendo de donde está escondido ese perro tan agresivo —explica Mark —parecía como si te ocultases de alguien.

— Estaba escondiéndome de ti por sospechas —asiento cuando me mira confuso —estos días, no se cuantos exactamente, he estado encerrado en casa de un loco que no paraba de decir que soy su novio. Ni siquiera le había visto en mi vida y obviamente no iba ni a confiar en sus palabras ni en la comida que preparaba. Pero ya da igual porque no pienso volver a verle.

— Te dejaremos descansar si quieres —niego —deberías darnos un número para llamar a tu familia. Eso es lo que siempre dice mi madre que en casos así siempre se necesita hacer eso.

— Pero..

Los dos chicos, Mark y el desconocido que parece ser su novio, me miran con curiosidad y duda, mientras que yo solo puedo sentirme idiota por no saber ni donde puedo encontrar a mi familia, ni como siquiera.

— No se el número de mis padres ni de nadie que me conozca —miro mis manos —debería irme y dejar de molestaros.

En mi intento por ponerme en pie soy detenido por el que no se su nombre, ganándome una mirada cargada de amabilidad por su parte.

— Quedate por favor —señala mi pierna —no puedes irte así y menos cuando no sabes donde están tus padres. Yo me llamo Gun y hablaré con mi madre para que te deje quedar hasta que demos con tu familia ¿de acuerdo?

¿Dónde esta mi novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora