Capitulo Doce

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Mean

No podía dejar a Plann, aunque no le conozca más que de las dos veces que le he visto, en manos de ese desgraciado que además es un maltratador. Por eso ahora está en mi habitación, porque como sea tengo la necesidad de cuidarle de esa clase de personas.

Lo malo es que tengo que pedir permiso a mis padres dado que soy menor de edad y no tengo la libertad de decidir por mi mismo mantener a Plann en casa, aún siendo solo en mi habitación.

— Mama, papa —ambos me miran —¿puedo hablar con vosotros de una cosa?

— Claro hijo —mi madre mueve la silla para que me siente a su lado —¿has tenido algún problema con tus amigos?

— No es eso mama —me siento tan nervioso ahora —estaba con ellos hasta hace un rato. Cuando estábamos en casa hemos escuchado gritos y hemos salido a ver que ocurría. Un hombre estaba maltratando a otro, un chico de mi edad y les hemos separado.

— ¿Tus amigos se han quedado con ese chico o habéis llamado a la policía? —quiere saber mi padre.

— Plann.. está en mi habitación —miro mis manos —no podía dejarle allí solo.. no tiene donde ir.

— Hijo esto no es un albergue —miro a mis padres frunciendo el ceño —no puede quedarse. A saber que puede hacernos cuando estemos durmiendo. Llevatelo de aquí o llamaremos a la policía.

Sin creerme las palabras tan crueles y egoístas que suelta mi padre golpeo la mesa, poniéndome en pie con tal brusquedad que la silla cae al suelo.

— No puedo creerme que seas tan egoísta papa —señalo hacia mi habitación —si fuese yo el que está en su situación ¿no te gustaría que me ayudasen? ¿Preferirías que me abandonasen por esos asquerosos prejuicios que estás teniendo? Ni siquiera le conoces. Se va a quedar hasta que encuentre a su familia o a quien sea que tenga para que no tenga que soportaros a vosotros.

Dicho eso y aún enfadado por esa forma en la que me han hablado, esas palabras que papa ha usado demostrándome que es un egoísta, vuelvo a mi habitación, encontrándome con que Plann está en mi cama tumbado, abrazándose a sus piernas donde tiene oculto su rostro. Acercándome puedo ver como su cuerpo se agita, escuchando pequeños sollozos escapar por su parte.

Acortando la poca distancia me acuesto a su lado, un poco dudoso en si hago bien, paso mi brazo por su cintura, acercándole a mi cuerpo, abrazándole con cuidado, sintiendo sus sollozos y los espasmos de su cuerpo contra el mio además de sus lágrimas una vez más humedeciendo mi camiseta, lo cual me da igual porque me importa más su bienestar y que tenga un lugar seguro donde vivir.

— Plann —muevo despacio mi mano por su espalda —quiero ayudarte pero.. tienes que decirme donde vivías o algo. No quiero que mis padres te hagan algo malo.

— Vivía con dos chicos que me ayudaron —me mira con sus ojos enrojecidos —Gun y Mark pero no me acuerdo donde viven.. y no creo que tu los conozcas.

— Buscaré a esos dos por ti —deslizo mis dedos por entre sus mechones —pero.. ¿por qué dijiste que somos novios?

— Porque lo somos.. eramos al parecer porque tu no sabes quien soy yo —aparta la mirada —no tienes que darle importancia. Seguro que tienes otro novio y mejor que yo.

— Plann me gustaría recordarte pero.. no se como —le abrazo mejor —y no tengo novio no te preocupes.

Plann no dice nada. Tan solo se queda quieto entre mis brazos, sintiendo de pronto su mano en mi espalda, subiendo por esta hasta mi cuello.

Tensándome al comprender sus intenciones procuro apartarme, incapaz de ello al no responder mi cuerpo a esa tarea tan sencilla. Mis ojos se cierran de forma inmediata ante la suave caricia de sus labios sobre los míos.

Mi mano hace minutos entre sus mechones ahora está en su cuello. Sus labios sobre los míos se mueven tan tímidos como me siento yo, sintiendo el sabor salado de sus lágrimas entre nuestros labios separados, nuestras lenguas levemente unidas.

— Debería irme y buscar por mi cuenta.. —sus labios aún tocan los míos —no quiero molestarte Mean..

Niego volviendo a besarle, disfrutando de sus labios. Nuestra respiración se acelera en cuestión de minutos, controlándola lo mejor posible, uniendo mi lengua una vez más a la suya.

— ¡Phiravich Attachitsataporn!

Plann y yo nos separamos tan rápido que de no ser porque me mantengo en mi equilibrio, entre los brazos de Plann, ya estaría en el suelo por el sobresalto causado por los gritos de mis padres, quienes entran en mi habitación, tirando de forma tan brusca que duele.

— Papa suéltame —intento soltarme —no tenéis derecho a tratarme como si fuese un niño.

— Eres nuestro hijo y no te queremos con este niñato sin familia —frunzo el ceño soltándome —hemos llamado a la policía asique ya no es problema tuyo, ni nuestro.

No me lo puedo creer.

— Te pasas la vida papa enseñándome que hay que ser amable con los desamparados y habéis denunciado a un chico que no tiene ni ha hecho nada malo —grito ya harto —no se ira y si se va me iré con él.

Una bofetada cae en mi mejilla, cayendo esta vez si al suelo. Duele pero más aún que le traten así cuando estaba viviendo con una persona violenta de quien yo mismo, junto a mis amigos, le he salvado para que ahora tenga que soportar esto.

Levantándome cojo de la mano a Plann, sacándonos a los dos de la habitación, ignorando los gritos de mis padres, sobretodo de mi padre, cerrando la puerta a nuestra espalda.

— Plann —le miro sin soltar su mano —¿tienes tus piernas bien para correr?

Asiente despacio, mirándome dudoso.

Mirando yo a nuestra espalda, viendo a mis padres salir de casa aprieto el agarre de nuestras manos.

— No preguntes y corre.

Nada más decir eso echo a correr, viendo a Plann siguiendo lo mejor posible mi ritmo, corriendo ahora los dos, alejándonos con la voz de mi padre aún escuchándose.


— Mean para —me detengo mirándole —llevamos casi media hora corriendo y estamos muy lejos. No te metas en esto por favor.. no por mi. Me has olvidado o quizá ha pasado otra cosa para que no me recuerdes. No es necesario que te metas en problemas por mi culpa.

— Ya me he escapado de casa Plann y además no me arrepiento —acaricio su mejilla —te voy a ayudar. No me importa si te olvidé o haya pasado otra cosa para olvidarte. Quizá algún día te recuerde, o que fuésemos novios.

Plann niega, intentando soltarse de mi mano. Impidiéndoselo trato de abrazarle, uniendo mis labios una vez más a los suyos, notando su tensión pasar a una calma, a que me corresponda al beso.

— Siempre te quise y sigo queriéndote —murmura —si nunca me recuerdas podríamos..

¿Dónde esta mi novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora