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~Muchas gracias por elegir este fic, es mi segunda vez escribiendo un fic y esta vez es sobre los bebes preciosos, espero que lo disfruten ~

~El texto está escrito desde la perspectiva de Jaemin, pero habrán momentos en que la perspectiva de Jeno y Renjun se lograran ver dependiendo del contexto ~

Es de mañana y podía saberlo con toda seguridad porque en el aire se lograba sentir el aroma exquisito a café recién preparado que venía de la cocina, el maravilloso olor a café que mi madre preparaba. Mi madre es una mujer muy cariñosa, siempre nos cuida mucho a mí, a mi hermana y a mi padre, hace los mejores desayunos del mundo, o eso creo yo. Mi hermana es dos años menor que yo, así que en realidad nos llevamos demasiado bien para ser verdad, ¿raro cierto? Es como mi mejor amiga, siempre nos contamos todo y nos guardamos secretos cuidándonos las espaldas para que nuestros padres no nos atrapen si es que necesitamos ayuda. Con papá no hablamos mucho, es un hombre de pocas palabras, pero sé que es muy cariñoso aun que no lo demuestre demasiado, le debe dar vergüenza, pero no lo culpo. Somos una familia normal, no tenemos mucho dinero, pero tampoco nos hace falta y hace unos días a papá lo transfirieron del trabajo desde Busán hasta Seúl. No me molesta mucho la verdad, aunque no mentiré en que extrañaré a mis amigos y la playa, pasear en bicicleta por la orilla es algo maravilloso; en cambio mi hermana está con un ataque de berrinches por tener que mudarse, ya lo superará.

- ¡Jaemin, baja a comer! – mamá grita desde la cocina, es mejor que me apresure o me meteré en problemas en mi primer día de escuela.

- ¡Voy! – grité mientras buscaba mi ropa y la ponía lo más rápido que podía, ¿me bañaré? Naa... ya lo hice anoche y ahora no alcanzo, ya lo haré en la tarde. Abrí la puerta de mi cuarto y bajé hasta la cocina.

- ¿Te quedaste dormido bobo? - mi hermana tan cariñosa como siempre...

- ¡Oye!, no me hables así – hice un puchero – soy mayor que tú – le saqué la lengua.

- No peleen o dejaré que se vayan por su cuenta hoy – dijo mi padre para que dejáramos de pelear. Era chistoso que siempre que hablara fuera para sermonearnos.

- Perdón papá...- dijimos ambos y comenzamos a comer nuestro desayuno, el café que hacía mi madre era maravilloso, pero para mi lo hacía más fuerte que el del resto porque me encanta el café bien cargado.

- Ya deberían marcharse – dijo mi madre – cariño asegúrate de hablar con el director de la escuela.

- Si, si, ya vamos niños o se nos hará tarde a los tres.

- ¡Adiós mami! – le dije cariñosamente a mi madre.

- Nos vemos en la tarde mamá.

- Los espero para la cena.

Por lo general no me asusta conocer gente nueva, soy muy sociable y se me hace fácil adaptarme a las circunstancias, pero mi mejor amigo Hyuck dijo que la gente de Seúl no era ninguna broma, son interesados, hipócritas y astutos, dijo que no eran muy buena gente y que si te ven como una carnada solo te harán daño y eso es algo por lo que debería preocuparme, mírenme, no soy tan pequeño de altura, de hecho soy alto, pero soy muy flaquito y tengo las facciones delicadas de mi madre, cualquiera podría pensar que soy una niña o algo así y créanme que eso me ha pasado muchas veces desde que soy un niño. No parezco una amenaza ni mucho menos alguien con quien no deban meterse, pero gracias al cielo es que a la escuela a la que me inscribieron mis padres es la misma en la que esta Hyuck, somos amigos desde pequeños y a su madre la asignaron a Seúl hace unos meses, así que tuvo que irse con ellos hasta allá dejándome en Busán por mi cuenta, pero nunca perdimos el contacto, es imposible liberarse de ese chico.

Dulce Trofeo | Nomin | NorenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora