Ch VII

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PoV Izuna

Las calles y los locales de la aldea por alguna razón estaban abarrotados de gente. Era casi la hora de almorzar, no es raro ver tantas personas dando vueltas, sin embargo el día de hoy había mas de lo normal.

De igual manera, la vista de hoy no me desagradaba. Las familias paseando, los niños corriendo, parejas, otros que disfrutan estando solos, sin luchas, sin sangre por todas partes, sin ir de un lugar a otro planeando, escapando, esperando la llegada de la muerte como si no hubiera otra alternativa. No, no era una mala vista.
Pensar que solo pasó un año desde la época en la que si nos veíamos alguno debía morie. ¿Realmente pudimos cambiar tanto en un año? No, no podemos, es muy poco tiempo para cambiar años de odio mutuo, lo sé, pero veo que lo intentan, al menos la mayoría, porque hay algunos que ni se toman la molestia de relacionarse con el otro clan.
Todavía hay miembros de la manada que le temen al Clan Uchiha y por eso los apartan; hay otros que detestan a morir al Clan Senjū; pero hay algo que me molesta de toda ésta actitud y es que por más que nuestro clan intente relacionarse con el otro, está marcado ya que si algo malo le sucediera a la aldea, todo sería culpa de los Uchiha, por eso es mejor evitar relacionarse con nosotros, sobre todo los de la rama principal. Ésto incluso sucede dentro del Clan, la grieta de la "traición" en su tiempo todavía sigue presente. Para la mayoría, el símbolo del clan Uchihan significa maldad, se demostró cuando ningún miembro del clan Senjū siquiera concideró que mi hermano fuera el Hokage, diciendo que el Hokage debía ser alguien que protegiera la aldea, alguien bueno y justo como Hashirama.

Sin embargo al ver la manada así, puedo ver cómo el sueño de Madara se está cumpliendo, lo qué el tanto quiso para nuestro Clan, y por más que todavía siga sin gustarme la idea de la alianza con los Senju's y, tenga mis dudas y sospechas las guardo para mí, porque me prometí a mi mismo cuidar del sueño de Nii-san, aunque eso signifique evitar los problemas con ese estúpido Senjū.

-Hiruka..! Hiruka espera no corras...!

Una pequeña figura no mas alta que mi espada pasó como rayo por mi lado, detrás de ella una mujer cargando con lo que parecía ser una caja de almuerzos. Al ver la dirección que tomaron pude entender la emoción del niño, quién, guiándome por el emblema que ví en su espalda, resulta ser un Uchiha. La madre le intentaba seguir el paso, pero le resultaba difícil, el pequeño era muy enérgico. 

Sin embargo, al parecer ese pequeño no tiene muy buena suerte. De lo emocionado que iba, no se fijo bien en el camino ni si delante de él venia alguien mas, y termino chocando y tirandole el té encima a la peor persona que podría ver en su corta infancia.  

-¡¿Oye maldito mocoso qué crees que estas haciendo?!- grito aquel ser desbordando amor y gentileza por todas partes.

-Niño, deberías mejorar tu sarcasmo

-Calla Aki, recién despiertas y ya molestas

-A poco y me extrañaste, verdad?

-Silencio dije- corté la conexión con el y me apresure para llegar hasta donde estaban el niño, su madre y la bondad hecha persona de nombre Toka Senju. 

-¡Responde mocoso! ¡Mira lo que hiciste!- gritó colérica mostrando la mancha de te en su ropa. El asustado niño, todavía en el suelo por el impacto, intentó ponerse de pie para disculparse, pero al hacerlo sin querer piso el pie izquierdo de la Senju, quien al sentirlo lo empujo haciéndolo caer nuevamente al suelo- Niño idiota, si tus padres no te educaron yo lo haré

La mujer levantó la mano dispuesta a golpear al pequeño aterrado en el suelo, y lo hubiera hecho si no fuera porque la madre del niño le tomo del brazo frenandola. La mirada que recibió de parte de la Senju no fue nada linda, más la madre se mantuvo firme, o eso aparentaba.

Fuyu no Hanashi [Tobiizu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora