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Era la verdad después de todo

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Era la verdad después de todo.

—Auch— dijo y se llevó una mano al pecho fingiendo dolor— Puedo entenderlo, pero quiero que sepas que en este momento no nos queda más que confiar en el otro.

Tenía razón. No había de otra, pero no puedes obligar a alguien a que confíe en ti, eso es imposible, no sería confianza verdadera, solo una ficción. ¿Hay una manera rápida para confiar en los demás?

—Tómate tu tiempo, vas a ver que soy una persona digna de confianza— dijo con orgullo y siguió andando con el carro.

Nunca confíe en las personas, ni siquiera en mi familia. Mi mamá nunca estaba, se la pasaba trabajando, era el único ingreso en la familia; mi papá solo se quedaba en casa como un estorbo, y mis hermanas... Solo eran unas niñas, tenían apenas seis años.

Yo era la que hacía todas la tareas de la casa, el almuerzo, limpieza, el cuidado de mis hermanas. Era una cenicienta, pero bajo la supervisión de mi flojo padre. ¿Tienes la obligación de querer a alguien solo porque es de tu familia?

Yo sentía esa obligación con respecto a mi padre, sentía que debía quererlo porque era mi progenitor. Él estaba ausente aunque estuviera ahí, solo le importaba lo suyo, no recuerdo haberlo visto levantarse de su sofá al momento que llegaba mamá de su trabajo —Y eso que ella prácticamente lo mantenía—.

Viajar a los momentos en los que vivía con mi familia cada vez eran más borrosos, no se cicatrizaban completamente, pero cada día mejoraba en ese aspecto.

Seguimos caminando por los pasillos, llegamos a la sección de tecnología. Celulares, computadores, televisiones, todo estaba ahí y no había nadie que nos detuviera de llevárnoslo.

Pensé que Ronnie iría directamente a la sección de televisiones, pero no fue así, fue a donde estaban las cámaras.

—¿Qué buscas?— él estaba hurgando por todo el lugar.

—Buscó cámaras desechables.— dijo con tranquilidad.

—¿Desechables, para qu...?

—¡Las encontré!— en su mano tenía, efectivamente, un empaque del objeto que estaba buscando.

—¿Por qué queremos eso?— me acerqué de a poco para inspeccionar lo que llevaba.

—Nuestros celulares no funcionan, necesitamos algo para guardar fotos de esta maravillosa experiencia— yo no diría «maravillosa experiencia»

—¿Cómo las vamos a revelar?

—Haces muchas preguntas, Bruselas— llevó el objeto al carro y echó algunas más— Lo malo de eso, es que no siempre tengo la respuesta. Nunca se tiene la respuesta a todas las preguntas.

—Y nunca hay la suficiente cantidad de preguntas para las respuestas.— él rio un poco ante mi respuesta ¿Qué le causaba gracia?

—Eres rara, Bri. Será divertido pasar este tiempo contigo.

Buenaaaaaassssss, happy juevesssss. Ya se han cumplido dos semanas desde que empecé con esta locura.
bueno, esta historia la hago para pasar el rato, ya saben, no tengo una lista de cosas para que pasen en el capítulo, solo dejo que los personajes tomen el control (los controlo un poco) (traficando rimas jaja)
En fin, eso.
los amoooo, recuerden votar y comentar💕

Lena fuera

Medianoche en Nueva York | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora