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—¿Hace cuánto que trabajas en el café?— me preguntó Bruselas, ya nos habíamos ido de la terraza y ahora la estaba llevando al Bow Bridge

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—¿Hace cuánto que trabajas en el café?— me preguntó Bruselas, ya nos habíamos ido de la terraza y ahora la estaba llevando al Bow Bridge.

—Desde que empecé la universidad y me mudé, necesitaba el dinero para pagar mi casa.

—Ah, entiendo.

—¿Y tu? ¿Por qué entraste a trabajar a la cafetería?— ya nos estábamos acercando al llamado -puente más romántico de Nueva York- particularmente a mi me gustaba por su diseño y estructura elegante.

—Me alegra decir que nos parecemos en algo, también necesito el dinero para pagar mi apartamento.

—Nos parecemos más de lo que tu crees, Bruselas— hablé cuidadosamente, la conversación había tomado un tono más íntimo, sentía que poco a poco quería saber más sobre ella y ella más sobre mi, aunque creía que se debía a la ansiedad de no poder hablar con nadie más— ¡Mira, ahí está!

A mi lado, Bri se sobresaltó, seguramente por el cambio en mi tono de voz.

—¿Podrías dejar de asustarme? Te recuerdo que aún tengo el moretón y la preocupación de la pista de hielo.— recalcó.

—Es divertido.

—¿Qué? ¿El sufrimiento humano?

—No pongas palabras en mi boca porque jamás las di...— se quedó con la palabra en la lengua, desde el lugar en el que estábamos se podía apreciar el puente, creo que este la había hipnotizado— ...je ¿Este es?

Su voz ahora sonaba a cuando estábamos en la biblioteca, con esas chispas de emoción y fascinación puestas cuidadosamente. Durante todo ese viaje, había notado que a Bri no le gustaba mostrar lo que sentía, solo si ponías mucha atención en los detalles, notarías cosas que antes no estaban en ella, por lo menos no visibles. Respondiendo a su pregunta asentí y ella se adelantó con su bicicleta.

—Es muy elegante— dijo ya cuando estábamos en el puente en sí.

—En efecto, fue construido en 1859 y es el segundo puente de hierro fundido más antiguo de Estados Unidos y se llama Bow Bridge por su diseño ondulado. Ah y en 2010 fue elegido como el lugar más romántico del Central Park.

—¿Por qué?— Preguntó y yo me alcé de hombros, ella ya había llegado al centro del puente.

—No lo sé, cosas de neoyorquinos.

Caminé hasta quedar a su lado y la miré, primero fue de reojo, pero cuando noté que estaba perdida en el paisaje, volteé todo mi rostro para ver el suyo. Sus ojos tenían pequeñas estrellas, a consecuencia de los faroles y la luna, estaban llenos de asombro y presentía que en ese viaje había sentido más asombro que en su vida entera.

—Genial, eh.—le golpeé su brazo con mi codo suavemente.

—Esa palabra se queda corta, este es mucho mejor que el otro puente. Aquí se debe ver hermoso en todas las épocas del año.

No respondí, pero ella tampoco esperaba mi respuesta. Estaba muchísimo menos a la defensiva, seguramente era por el encanto del puente. El ambiente entre nosotros era mucho más tranquilo, parecía estar sin turbulencia. Éramos dos personas en silencio apreciando un paisaje y compartiendo pensamientos y emociones sin siquiera saberlo.


AWww las cosas ya están calmándose entre ellos dos, casi.

Bueno, gracias al cielo y la virgencita de guadalupe, hoy me siento inspirada, así que mañana habrá otra actualización.

Ps. sé que aman mis notas de autor juju. Las amoooo, doñas

Medianoche en Nueva York | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora