El cabello rizado de Briseida era lo único que veía de ella cuando se alejaba. Ella no había querido escuchar, simplemente se había ido por donde habíamos venido. No sabía si ir tras ella, tal vez quería un tiempo a solas sin ver mi cara, o tal vez, en el fondo estaba deseando que la siguiera.
Así que me quedé ahí, quizás reflexionando, quizás pensando en nada. Miré mi reflejo en el agua que estaba debajo del puente, ¿Me habría equivocado yo? ¿Habría sido mi culpa? Quizás la había presionado mucho a ser alguien que no era y ella tenía la razón en que nunca dejaba que hiciera lo que consideraba correcto en esa situación. Pero, ¿Era mi culpa ser así? ¿era mi culpa ser como era?
Mis padres siempre me habían enseñado que no debía avergonzarme de ser quien soy, y nunca lo hice, hasta tal vez ese momento en el que sentí que ser yo era mucho. Cuando me moví, algo cayó al suelo, la cámara desechable; la miré, no, la observé. ¿Cuántas fotos había tomado de ella? Inevitablemente pensé en Bri, que siempre era cerrada y ocultaba su verdadero ser ¿ella se sentía culpable por ser cómo era? Sentía y sabía que ella conocía bastante sobre mi, en cambio yo, no sabía casi nada de ella, con suerte sabía que hacía unos pocos meses se había mudado. Quizás no había tenido a nadie que le dijera que ella era genial así como era y que no debería ocultarse en una sombra por temor a que le hagan daño.
Tal vez yo debía ser ese alguien.
Quizás por eso esta fuerza misteriosa nos había juntado, teníamos que aprender a nivelarnos juntos. Para no ser mucho ni poco, para solo ser. Quizás eso era lo que quería esta fuerza, tal vez por eso estábamos metidos en esto.
Tenía sentido, ¿por qué otra razón estarían dos desconocidos obligados a interactuar para salvar el mundo?
Sentía que tenía la clave, que había descubierto el misterio que no se resolvía hace años, debía decírselo a Bri, tendríamos que partir por ahí para comenzar por su plan, esa era la pieza que nos faltaba para saber por dónde buscar.
Le di las gracias a mi reflejo y me volteé tan rápido que pensé que se me iba a dislocar el cuello, miré hacía el último lugar donde había visto su melena; ya no estaba, no había ni un rastro de ella.
Tal vez se había perdido, tal vez se había quedado bajo un árbol, tal vez estaba viendo las estatuas, tal vez, solo tal vez.
Agarré la bicicleta y partí en su búsqueda, si la fuerza misteriosa no había metido aquí juntos era para que saliéramos juntos. Iba tan rápido que pensé que caería de cara, pero no sucedió. No podía irse tan lejos, apenas podía patinar como para ser Barry Allen sobre una bici.
—¡Bri, Bruselas!— la llamé, tenía mis dudas de que me respondiera. Uno, porque estaba molesta y dos porque seguramente ya era muy tarde y ya estaba muy lejos— Vamos, Bri ¿dónde estás?
Grité su nombre varias veces más, pero ninguna daba resultado. Nunca dejé de avanzar y tampoco lo haría, la esperanza era lo último que se pierde.
Había llegado hasta el inicio del primer puente por el que habíamos pasado cuando vi un bulto a un lado del carro de comida, dejé caer la bicicleta hacía un lado y me fui acercando con pasos sigilosos. Mientras más me caminaba, un sonido se hacía mas fuerte, sollozos. Cuando los escuché, mis pasos se aceleraron junto a los latidos de mi corazón.
Ella levantó la mirada, sus mejillas estaban húmedas, la parte blanca de sus verdes ojos estaba roja, al igual que su nariz. Su mirada me transmitía dolor, no sabía qué le había pasado. Me agaché para estar a su altura y ahí fue cuando me di cuenta de que la bicicleta estaba tirada al lado de ella.
—Soy un desastre, soy terrible, soy un asco de persona.
Fue lo único que dijo con su voz entrecortada y temblorosa. Sus labios tiritaban y su respiración era irregular. Mi ceño estaba fruncido e, inconscientemente, negué con la cabeza repetidas veces. El impulso de abrazarla, de rodear su cuerpo con mis brazos para que nada malo le sucediera a ese gatito asustado iba creciendo, tanto que no pude más y lo hice. Todo su cuerpo temblaba y podía sentir como sus lágrimas humedecían mi ropa, le comencé a acariciar el cabello para que por lo menos, pudiera controlar su respiración.
—No, Bri, no es así, no lo es— susurré suave, pero firme al mismo tiempo para que supiera que yo no pensaba que era lo que ella decía ser— Todo va a estar bien, estoy contigo.
Tras escuchar lo último, ella hizo de todo menos calmarse. Empezó a llorar con más fuerza y sujetó mi camisa con los nudillos casi blancos, temiendo de que alguna vez la dejara. Yo igual la estreché con más fuerza.
bieeeen, eso es por hoy ¿Qué les pareció? Pensaba que merecía un capítulo sin tanto diálogo, así que aquí está c:
Perdón por revivir una semana después, pero a mis profesores no se les ocurre una mejor idea que llenarme el classroom de trabajos, así que si. Tal vez no actualice dos veces a la semana, pero tengan por seguro que POR LO MENOS habrá un capitulo semanal.
Eso, bai babieeeeees, los amoooooo <3
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Medianoche en Nueva York | Completa
Teen Fiction¿Te ha pasado que sientes como si el tiempo se detuviera? Bien, esta vez no solo lo siento. El tiempo definitivamente se detuvo. ⚡️⭐️COMPLETA⭐️⚡️ inicio: 26 de marzo 2020 termino: 28 de septiembre 2020