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Dios mío ¿Cómo pude haber hecho eso? Era como si algo me hubiera poseído

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Dios mío ¿Cómo pude haber hecho eso? Era como si algo me hubiera poseído.

Mal, mal, muy mal.

Me seguí reprochando mentalmente mientras seguía caminando, si no me equivocaba quedaban cerca de cinco cuadras hasta llegar a la cafetería, pero ¿Qué era lo que estaba buscando? No sabía por dónde empezar. Me sentía perdida en un lugar donde habían mapas por doquier, y vaya que conocía bien esa sensación.

Cinco cuadras, ¿Cuánto era eso? ¿veinte minutos?.

Mis manos comenzaron a sudar, ¿Tenía el tiempo suficiente para lograrlo? Quería tronarme los dedos pero no había más que tronar. Con cuidado, levanté mi temblorosa muñeca para ver el reloj. Una hora y diez minutos.

¿En qué momento habían pasado las horas?

Lo sabía. Sabía que tendríamos que haber regresado antes, tendría que haber insistido más. Me hubiera ahorrado todo esto y la... situación en el puente jamás hubiera ocurrido. Todo se habría arreglado antes y nuestras vidas seguirían como habían estado hasta el día anterior. Yo iría a la cafetería normal y luego entraría por la puerta de mi apartamento a leer o a simplemente reprocharme de todas las cosas mal que hacía. Quería mi vida de vuelta y quería salir de ahí.

A medida que avanzaba, mi corazón martilleaba con más fuerza, mis pasos también aumentaba e iba a la par de los latidos de mi corazón. Tanto que en los últimos metros, terminé corriendo, más rápido de lo que jamás creí.

Volví a revisar el reloj. Una hora, podía ver los segundos decrecer.

Tenía ganas de vomitar, y por primera vez desde que me había ido de casa, quería a mi mamá y a mis hermanas. Quería que me abrazaran y que me dijeran que todo estaba bien, que me dijeran que estaban conmigo, sin embargo, ya no estaban conmigo. Solo hablaba con mamá una vez cada dos meses y no parecía extrañarme. Quería que me extrañara.

Quería tantas cosas y no podía tener nada, porque no podía salir de la caja en la que solo yo estaba. Me estaba aburriendo de solo estar yo en mi mundo y ya no sabía si podría seguir soportando todo yo sola.

Ronnie.

Mientras corría volteé a ver, esperando que tal vez él estuviera detrás mío, pero no había nadie, solo personas que no tenían idea que estaban paralizadas por alguna razón que ellos desconocían. Que yo también desconocía. Al volver mi vista en frente, no me di cuenta y tropecé con algo, mi rodilla impactó en el suelo y dolió como la furia de mil demonios, sentía que mi piel se había abierto, la adrenalina sirvió como anestesia y pude seguir corriendo.

Con mi visión ya nublada por las lagrimas, no sabía si por la caía o por la situación, logré ver la entrada del café y entré arrebatadamente, aún jadeando por correr.

El local se veía exactamente igual a cuando lo dejamos, las luces encendidas, las sillas a medio ordenar y los pasteles sin guardar.

Bien, estaba ahí ¿Ahora qué tenía que hacer?

Vi la puerta hacia la azotea, a donde había comenzado todo, quizás ahí hubiera algo. La abrí y subí las escaleras y llegué.

La azotea, el lugar que había sido mi espacio seguro en la tienda y aunque todo mi interior se estuviera desmoronando en ese momento, seguía transmitiéndome seguridad. Pude ver la moneda que había lanzado, pero... ¿No estaba más arriba?

Mi cara se arrugó en una mueca de confusión y me acerqué a la pieza de metal que iba a decidir mis próximas acciones. Cuando la vi pude comprobar que estaba que estaba considerablemente más abajo, pero eso no podía ser posible ¿Cierto? El tiempo se había detenido, la moneda no podía bajar.

¿Y si en realidad en tiempo no se había detenido sino que iba más lento?

Mucho más lento.

Me quedé mirando algunos segundos más, analizándola. Revisé el reloj otra vez: Treinta y cinco minutos. No iba a lograrlo.

Me senté en el suelo, derrotada, no iba a conseguirlo.

Escuché un crack cuando mi patio trasero tocó el suelo, no tenía nada en el bolsillo, por lo menos no recordaba tener algo en él. Saqué el objeto y era una de las cámaras de Ronnie.

¿Por qué solo estábamos Ronnie y yo? ¿Acaso era el punto que descubriéramos esto juntos? Quizás eso era, quizás Ronnie era mi llave y yo era la de él. Pero las cosas se habían puesto raras entre nosotros, sentía que no podría verle la cara sin avergonzarme de todo.

Media hora...

No podía hacerlo sola, tampoco quería. Me levanté de un salto y fui hacia la puerta de nuevo, tenía que encontrar a Ronnie, necesitaba tenerlo aquí para poder salir de esta pesadilla. Cuando abrí la puerta, golpeé a alguien con ella.

—¡Auch!— se quejó él.

—¡Dios! Lo siento, perdón, perdóname— me acerqué a él, tenía una mano en la nariz y una mueca de dolor— No quería hacer eso.

—Estoy bien, estoy bien— se incorporó y noté que sus ojos tenían unas pequeñas lagrimas, sabía que cuando te golpeaban en la nariz era terrible, me había pasado un montón de veces y siempre tenía ese dolor punzante que pensaba que jamás se iría, por suerte, siempre lo hacía.

—Lo siento.

—No. No te disculpes.—me sonrió, no parecía afectado por lo del puente ¿No había significado nada para él? Quiero decir, para mi no había significado nada, pero yo creía...— Yo debería pedirte perdón, no quería que te sintiera incómoda, simplemente lo hice y no pude detenerme.

Ahora estaba mirando sus pies, quería tener esa conversación, pero no era el momento, podía sentir el sonido de los segundos disminuyendo en mis oídos.

—Ronnie, escúchame.

—Fue algo muy impulsivo y no lo pensé...

—Ronnie.

—...antes de actuar, y yo sentí que estaba poseído y no...

—¡Ronnie!— él despegó la mirada del suelo y la conectó con la mía— Tenemos media hora, y creo que encontré algo que puede servirnos.

Sus labios volvieron a desplegar una sonrisa y asintió con mucha seguridad.

Ahora comenzaríamos la aventura real.


HOLAAAAA!!
Tanto tiempo ¿Huh?

(Este capítulo solo lo revisé una vez, entonces es muy probable que hayan faltas de ortografía, lo sieeeeentoooo)

Ya sé, ya sé, no actualicé en mucho tiempo, pero si les soy sincera, todavía no quiero despedirme de estos personajes, es solo que ellos se sienten como casa y todavía no estoy lista para decirles adiós.

PERO NO IMPORTA, la fiesta debe continuar, y prometo actualizar cuando antes.

Los loveo

lena fuera.

Medianoche en Nueva York | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora