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Bri se había levantado y había quedado dándome la espalda, tal vez había sido un poco cruel pero vamos, mi pequeño y adorable Donnie no le haría daño a nadie

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Bri se había levantado y había quedado dándome la espalda, tal vez había sido un poco cruel pero vamos, mi pequeño y adorable Donnie no le haría daño a nadie. Aun así, tal vez si la había incomodado.

Me acerqué a ella y le tomé la mano, estaba estaba sudada, muy, pero incluso así, no la solté. Ella volteó, sus ojos estaban vidriosos y sus mejillas muy coloradas ¿Yo había provocado eso? me sentí muy mal, no era mi intención que se sintiera así.

—Perdón, Bri, no quería que te sintieras de esta manera.—la rodeé los hombros, toda ella estaba sudada, no hacía mucho calor adentro, entonces ¿por qué?

—No eres tú, yo soy un desastre— musitó, si no hubiera estado al lado de ella, no la habría escuchado. Todos somos un desastre a nuestra manera, algunos en mayor o menor sentido, pero no hay orden si un poco de desorden.

—¿Qué quieres decir?— esperé varios segundos, pero no me respondió, tenía la vista puesta en un lugar fuera de esta dimensión— Estás empapada. Tengo algo de ropa y creo que Eli es de tu talla.

Me separé cuidadosamente de su lado, ella no se movió ni un milímetro, nunca había estado en una situación cómo esa, nadie de mi círculo cercano había tenido una situación así, y no sabía cómo lidiar con ella.

Fui a la cómoda donde Elise guardaba la ropa cuando se quedaba en mi casa. Ella era mi mejor amiga y nos conocimos de pequeños, era genial. Normalmente venía con su novia, comíamos pizza y nos quedábamos viendo películas, su novia también era genial.

Encontré un suéter que decía I love London, como esos que se ocupaban en el 2012, supongo que por eso lo dejó aquí, para deshacerse de el.

Cuando volví, Bruselas se había sentado en el sofá, pero aún tenía su vista puesta en algún lugar del piso que parecía más importante que todo su entorno.

—Ten— le tendí la ropa.

—¿Dónde está el baño?— su voz era un susurro, parecía que podría desgarrase las cuerdas vocales si hablara más alto. Tal vez esa era una exageración de mi parte.

Le señalé el baño, tomó la ropa y se fue para allá. Me senté un momento en el sillón para esperarla, pero luego no pude evitarlo y me dirigí a la cocina. Cuando estaba nervioso, comía.

Abrí el refrigerador, no había nada. Casi nada. Solo un yogurt añejo y un plato ondo de cereales con leche. Cerré la puerta.

Luego de un rato de esperar, la volví a abrir con la esperanza de que hubiera más comida. Para mi mala suerte, no fue así.

Me preocupó un poco la reacción de Bruselas y comencé a dudar si había sido mi culpa.

Bri llegó un rato después, ya con la ropa puesta y la cara lavada, en su mano traía el montón de la ropa usada. Ya parecía mejor.

—¿Estas listo?— preguntó, yo sonreí.

HOLA BABIES
Otro capítulo más o menos cortito. ¿Qué prefieren, los capítulos largos o cortos?
Feliz inicio de semana, los amo.
Lena fuera

Medianoche en Nueva York | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora