Quería saber que estaba pasando, intente pararme, pero tenía intravenosas conectadas; quise quitarmelas pero una enfermera me detuvo.
—¿qué sucedió? ¿dónde están mis padres? . — Le dije, pero no recibí ninguna respuesta. — ¡Necesito ver a mis padres!
Me sentía muy confundida, no podía entender qué estaba pasando.
La enfermera salió de la habitación, me quite todos los cables que tenía conectados, mi idea era seguirla, pero no tuve mucho éxito, ya que apenas me paré todo se puso borroso, y caí al piso, estaba tan débil, como pude me paré y salí de la habitación.
habían muchos pacientes, doctores y enfermeras caminando por todos lados.
—¡Hey! ¡Necesito ayuda, no se donde están mis padres!.— nadie me prestaba atención, como si nadie pudiera verme...
¿qué estaba pasando? Empezaba a sentir mucho ansiedad.Grité, y grité, paraba a los doctores para que me escucharán y todos pasaban de mí. Tropecé con una enferma y se la cayó una carpeta y con ella muchos hojas con la información de los pacientes. Me agache para recoger la información y dársela a la enfermera, mientras lo hacía vi los archivos de mis papás y pude ver que estaban en el pasillo 77 sólo debía conseguirlo, me paré rápidamente para darle la carpeta a la enfermera, pero sorprendida de que ya no había nadie en los pasillos, como si todos hubieran desaparecido por arte de magia, esto me estaba dando mala espina, pero no le preste mucha atención.
Nunca había corrido tanto, ¿de verdad los hospitales son tan grandes aquí?
Todas las luces empezaron a fallar, y me paré en seco, ya esto me estaba dando mucho miedo, la oscuridad no es lo mío y en ese momento todo quedó a oscuras, no podía ver nada, cuando se prendió la luz de un pasillo, era el pasillo 77, el último del hospital para ser exactos; corrí hasta él, vi que habían 9 habitaciones.
— ¿Papá? ¿mamá? ¿¡dónde están!?— grité parada al inicio del pasillo. Decidí revisar uno por uno, el ambiente se sentía tenso, en las habitaciones no había más que camas y sillas de ruedas viejas.
Después de revisar las habitaciones, sólo quedaba una, la puerta estaba entre abierta. Caminé lento, las luces parpadeaban, empuje lentamente la puerta, y ahí estaban los doctores y enfermeras, todos estaban alrededor de una cama, y mis papás estaban ahí en el medio de la habitación, en esa cama. Iba correr para abrazarlos, pero las enfermeras me agarraron. Todos quedamos en silencio, y sólo se escuchó como el monitor sonaba porque los signos vitales de mis papás fallaban, mientras los doctores sólo se quedaban parados, viendo como mis papás mueren, sentía que iba a hiperventilar, sentía como me debilitaba.Tome la fuerza que pude para soltarme de las enfermeras, y corrí hacía mis papás, pero mis piernas fallaron y caí, quede a la mitad de la habitación, todo me daba vueltas, y escuchaba una voz, una voz que no podía diferenciar, todo se empezó a distorsionar.
Todo se esfumó cuando oí los gritos de mi madre
— ¡Sarah!. Tranquila, hija, es solo una pesadilla.— Dijo mientras agarraba mis brazos para intentar tranquilizarme.
— Mamá..— Mi voz salió casi sin fuerza.— Busco mi mirada, mientras se cristalizaban sus ojos. Rápidamente se sentó a mi lado, y acarició mi mejilla.
— Todo estará bien, pequeña..— Dijo mi madre, quién ya se encontraba llorando, seguido de eso me abrazó.
Estaba pálida, habían moretones y rasguños en sus brazos, cara, y una pequeña cortada en la parte derecha de su labio inferior; sus ojos, sus ojos estaban tan rojos, había llorando mucho, eso era muy notorio, se veía cansada, tenía grandes ojeras, y una pequeña sonrisa que apenas podía fingir.
ESTÁS LEYENDO
Mi Marcado Recuerdo
Teen FictionNo todos los cambios son malos, en ocasiones vienen cargados de cosas positivas, o personas, que luego pueden convertirse en un marcado recuerdo. Y aquí estoy, llegando a un lugar desconocido, con la idea de adaptarme a una nueva vida, sin saber que...