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natalialacunza:
de casualidad eres la rubia que presenció el funeral de mi vaso?

albxreche:
jajajaja
sip, soy yo

natalialacunza:
perfecto
venía a comentarte que podría acostumbrarme a la leche sin lactosa
así que si vuelves a venir igual tenemos

albxreche:
el mundo necesita mas gente como

natalialacunza:
qué cumplido más bonito

albxreche:
te lo debía, después de haberte quedado despierta por mí..

natalialacunza:
pero yo arruiné tu sueño
así que tú vas 2 y yo 1

De repente escuché llaves chocar contra la puerta frenéticamente, como si quién estuviera intentado abrir la puerta lo estuviese intentado a ciegas.

No, no, noooo.

—¡Marta! —grité, causando que la aludida de asomara por el pasillo— Código rojo.

Ella miró a la puerta, como para comprobar que lo que había dicho era cierto.

—Joder. Creo que en mi habitación tengo de más, ven.

Ambas fuimos a su habitación y nos pusimos los gloriosos tapones. Pero no paso mucho hasta que Marta se quitó los suyos y me hizo una seña para que yo hiciera lo mismo.

—Me acabo de acordar de que hoy voy a ver una película con Sabela, me he salvado. Me he salvado y estaré agradecida por los siglos de los siglos, amén. —concluyó haciendo la cruz y mandando un beso al techo

—Joder. ¿O sea que no solo los voy a tener que aguantar sino que encima sola?

—Te invitaría a verla con nosotras, pero ya tenemos compradas las entradas, lo siento.

—Que va, no me metería así en vuestro plan. Ya se me ocurrirá algo para hacer, tú ve y sálvate, ya que puedes.

Una vez que Marta se fue y que los tapones de encontraban de nuevo en mis oídos, agarré el móvil, recordando lo que le había dicho a Natalia el día anterior.

albxreche:
te acuerdas lo de que cuando viene el novio de la Mari necesitamos tapones? iba en serio
[foto]

natalialacunza:
nooooo
no sé cómo hacéis para vivir con alguien así, la verdad
si quieres escapar podrías venir aquí

Albxreche:
si?
me soportarías dos días seguidos en tu casa?

natalialacunza:
yo creo que sí
entonces te vienes?

albxreche:
si, voy para allá

Así como pulsé "enviar" me puse de pie y me dispuse a dirigirme al mismo lugar en el que había estado tan solo unas horas antes.

—Bienvenida a mi humilde morada, Alba Reche. —bromeó Natalia en cuanto abrió la puerta

—Hala, con apellido y todo.

—Ahora que lo sé sería un desperdicio no decirlo, Reche.

—Así que Lacunza, ¿eh? —bromeé, intentando devolverle la broma

—Pero tú ya sabías eso, si Marta te ha mostrado mí Instagram.

Ups, pillada.

—¿Qué te hace creer que me había fijado en tu nombre? No suele ser en lo que la gente se centra cuando ve el Instagram de alguien.

—¿Mi nombre quedó muy opacado por mis fotos?

—Como para no, si eres una jodida modelo.

—Claro que os lo contó. ¿Qué más os a dicho Marta sobre mí?

—¿Qué eras pelirroja? O algo así.

—Jo, claro. Ella me conocía así, debe haber sido un poco fuerte verme así.

—Si, no se lo podía creer.

—Oye, ¿Y María qué? Creo que nunca me habían dicho tantos cumplidos. Ni tan rápido.

—Quizás te interese saber que siguió diciendo cumplidos hacia tu persona incluso cuando ya nos habíamos ido.

—¿Sí?

—Intentó convencernos de que lo dice en broma, pero no podía evitar seguir hablando de lo buena que estás.

—¿Acabas de admitir que estoy buena? —preguntó con una sonrisa burlona— Es broma, chica. —rió— Pero, María tiene novio, ¿no? Quiero creer que todo lo que me dice lo dice en broma. —dijo con expresión preocupada

—Si quieres te digo textual lo que nos dijo. —ofrecí y asintió— Dijo que estás "para algún morreo de fiesta o algún polvo", pero que no tendría algo serio contigo.

—Hala, que halago. Igual en algún momento me morreo con ella y le cumplo el sueño, entonces.

—Ya me han dicho que eres de ir repartiendo besos por ahí.

—Saludar con dos besos a mis amigos o a la gente que quiero me parece muy poco íntimo, ¿sabes? En plan, saludarlos de la misma forma en la que saludo a alguien que no conozco. Pero la peña que va y se lía o incluso se acuesta con sus amigos ya me parece mucho. O sea, bien por ellos, pero yo no lo haría, no podría.

—Yo igual me doy un pico con alguno pero ya incluso la idea de morrearme  con ellos no me parece muy llamativa.

Martita:
tía estás en casa?

Alba:
no, estoy con Natalia

Martita:
ole oleeee
voy para allí con Sabeliña

—Dice Marta que viene con Sabela. —avisé

—Perfecto.

—A todo esto, ¿y Julia?

—Con Carlos. Y cuando están juntos se olvidan del resto del mundo, así que no cuentes con verla por aquí.

—Empiezo a pensar que te la pasas sola en casa.

—A veces si, pero me viene bien para centrarme en mi música.

—Hablando de música, ¿no habías dicho que la próxima vez que nos juntáramos ibas a tocar o algo así?

—Es verdad, que buena memoria. —respondió sorprendida— Bueno, entonces prepárate para el espectáculo, Alba Reche.

Psicología de la MúsicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora