Una vez que salimos del restaurante, Marta dijo que iba a ir a ver a Paco, por lo que decidí ir directa a la casa de Natalia
—Disfrutad del polvo, chicas. —comentó María cuando nos vio a ambas en dirección a la habitación de Natalia
¿María?
—No le hagas caso. —murmuró cerrando la puerta tras de sí
—¿Qué hace aquí? Creí que estaba en casa. —comenté con el ceño fruncido
—No tengo idea, supongo que vino por Sabela.
—Bueno, vamos a lo importante, ¿con qué necesitas mi ayuda?
—A ver... tú estudias psicología, ¿no? —asentí— ¿Qué dice... o sea, como entiende la psicología a la sexualidad?
—Uf... es bastante complejo. —comenté pensativa— ¿Con sexualidad te refieres a el deseo sexual y ese tipo de cosas o a la orientación?
—Eh... no sé, ¿todo?
—Ambos temas abarcan demasiadas cosas, no sé que quieres que te explique exactamente.
—Pues... quiero saber que hace que la gente sienta ese... deseo, y...-
—A ver, frena, vamos por partes. Entonces, el deseo sexual. —dudé unos segundos sobre como explicarlo— Mira, piensalo así,. Comer es una acción que hacemos porque sentimos hambre y por lo tanto queremos satisfacer esa necesidad, ¿no? —asintió— Pues es eso mismo, es como si fuese el hambre, es el encargado de hacerte sentir ganas de satisfacer la necesidad, que en este caso sería la excitación. ¿Entiendes? —volvió a sentir—Así como el hambre no está presente todo el tiempo, pero, a diferencia de ésta, para algunas personas ese deseo no está presente nunca.
—Eh...
—Pero no quiero liarte así que, a menos que eso te interese, mejor lo saltamos.
—Si, mejor.
—¿Qué más quieres saber?
—Qué es lo que hace que esa atracción pueda... que es lo que hace que no todos seamos heteros.
¿A que viene tanto interés...?
—Pues hay varias teorías, pero según entiendo no hay una que sea tomada como la verdad absoluta. Eso si que es todo un tema en sí, si quieres algún día traigo algo preparado y te lo explico como pueda, ¿te parece? —asintió, con la mirada clavada en algún punto de la habitación
—Oye... ¿te puedo preguntar una cosa yo ahora?
—Supongo...
—¿Te acuerdas cuando pasó lo del vaso y nos quedamos hablando toda la mañana? —asintió— En ese momento me dijiste que eras bisexual, pero siempre he tenido la duda sobre si es así realmente.
—Es que... es un tema que no llevo para nada bien. —admitió, y su cara se vio opacada por una mueca triste— O sea, sé que, claramente, me gustan las mujeres, —rió levemente— y con quienes lo saben pues casi que sin más. Aunque igual depende de quién. —se corrigió— Hay gente que apenas puedo mirar a la cara, aunque sé que no les importa, pero no puedo evitar pensar que están constantemente pensando en eso cuando me ven. En plan "a esta le gustan las tías!", porque yo estoy pensando constantemente en eso, y supongo que lo reflejo en los demás. Por ejemplo, eso me pasaba con mi madre, cuando se lo conté me sentía incómoda estando a su alrededor e incluso pero si estábamos a solas, no podía evitar sentir que me estaba juzgando todo el rato por eso. —suspiró— Pero bueno, como estaba diciendo, lo tengo asumido, pero lo odio, no logro aceptarlo del todo. Y... supongo que más fácil obligarme a pensar que también me atraen los tíos, autoconvercerme de que es así. Es más fácil que aceptar que no voy a tener el futuro que yo creía, o que mí familia espera de mí. Es más fácil que aceptar que... hay una parte de mí que voy a odiar por el resto de mi vida, y que, aunque seguramente voy a terminar siendo feliz de cualquier forma, siento que nunca me voy a terminar de perdonar por ser así.
—Ay, Nat...
—Tengo mil inseguridades, pero esa es sin duda la más profunda. —agregó
—Si, no... eso me quedó bastante claro.
—¿"Nat"? —preguntó con una sonrisa
—Si, bueno, es que... te acabas de abrir de tal forma que... no sé.
—Ya bueno, la verdad necesitaba hablarlo con alguien.
—¿Y Marta, Julia y Sabela?
—Es que... son heteros, siento que sonaría como una loca porque no lo entenderían nunca.
—Bueno, ahora me tienes a mí. —sonreí ofrenciéndole mi mano— Que de hetero tengo poco.
acabo de escribir mis propios sentimientos en cuanto a mí orientación sexual acá? sí
arrastré a Natalia conmigo? también
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Psicología de la Música
FanfictionDos grupos, dos apartamentos. Por un lado: Alba, María y Marta; caos, drama y risas por absolutamente todo. Por el otro: Natalia, Julia y Sabela; no existe el silencio, solo la música. Todo mucho más tranquilo... pero en gran parte solo gracias a la...