Psicología de la Música

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Habían pasado unos días ya desde el almuerzo con Marta y Natalia, pero no había recibido noticia alguna de la última. Y, como era de esperar, en el momento que pienso en eso, siento la vibración de mi móvil.

La Mari ha creado el grupo "Natalia lovers"

La Mari te ha añadido

La Mari: adivinen quien va a hacer una fiesta

Alba:
...tú?

La Mari:
corrección, nosotras
@ Martita, eso significa que tú también

Natalia:
NATALIA LOVERS me meo

Martita:
era necesario el nombre?

La Mari:
si
Natalia dile a tus amigas que hagan acto de presencia, que son necesarias

Sabela:
Estoy de acuerdo con Martuquiña, Julia y yo no somos parte del club de fans

Alba:
jo, iba a poner "Natalia lovers + Sabela + Julia" pero es muy largo

Cambiaste el asunto de "Natalia lovers" a "Natalia lovers +Julsbela"

Julia:
Julsbela?
Y eso que e?

Sabela:
JULia y saBELA, cariño

Julia:
pero si yo no me llamo julSia, cariño

La Mari:
bueno a partir de ahora sí
vamos a lo importante
a la noche las quiero a todas en mi piso

Alba:
no será *nuestro* piso?

La Mari:
pero bien que antes no querías usar el nosotras eh
bueno eso, nos vemos

Sabela:
Avisar con tiempo no era opción?

La Mari:
no.

Dando por hecho que la conversación se había terminado, estaba a punto de dejar el móvil cuando lo sentí vibrar de nuevo.

Natalia:
la que se la a liar hoy, no?

Alba:
si, un poco como siempre
Marta y yo ya estamos acostumbradas

Natalia:
cuando vaya hablamos, vale?

Alba:
vale :)

Cuando la hora llegó, aparecieron las tres juntas en nuestra puerta.

—Me cuesta creer que una reunión de seis personas puedan denominarse una fiesta. —comentó Sabela

—Es una fiesta privada. —defendió María— Venga, pasad.

—Hola. —me saludó Natalia cuando logró huir del agarre de la Mari

—Lo siento si no te hablé mucho estos días.

—No pasa nada, tampoco tienes que dar explicaciones. No tenemos que hablar todos los días. —sonreí

—Es que... después de lo que te conté el otro día me daba vergüenza.

—Ay... —mordí mi labio inferior— si no querías contármelo no tenías porqué hacerlo.

—Me siento bien por habértelo contado, pero a la vez súper vulnerable, ¿sabes? Suelo hacer eso a través de la música, no a través de palabras.

—¿Y entonces porque me lo dijiste en vez de usar la música?

—No lo sé, me salió así.

—A ver, mis queridas mujeres. —gritó María— Vamos a bailar un rato.

—¿Tiene que ser ahora? —oí quejarse a Marta

—Venga, conseguid pareja.

Sinceramente la situación era ridícula. Las parejas habían terminado siendo Julia con Sabela, María con Marta y Natalia conmigo. Y la maravillosa idea de la Mari no podía ser simplemente poner música, no.
Así que ahí estábamos todas, siguiendo un vídeo y creyéndonos unas diosas del baile en el medio del comedor.

Pero esa sensación duró poco. Específicamente, duró hasta que el baile empezó a ser un poco más subido de tono.

Dentro de todo, no estaba tan mal. Algunos pasos podían ser más incómodos que otros, pero era divertido.

¿Sabéis el dicho de que cuando alguien sale lastimado deja de ser un juego?

Bueno, si cambiáis el salir lastimado por cierta reacción que tiene el cuerpo ante la excitación, es exactamente lo que pasó.

—Joder. —se quejó Natalia al darse cuenta del sonido que acababa de abandonar su boca, cerrando los ojos con fuerza y alejándose— No es... no es lo que parece. No. —negó con la cabeza

Solo podía pensar en la negación que había demostrado tener días atrás.

¿Quizás el problema era que se estaba excitando y al ser culpa de otra mujer no le parecía bien?

—Nat... —susurré con el tono más calmado que pude conguir— si te pone, te pone. No pasa nada. No te juzgues por eso.

—No. No, no, no. —murmuró mientras se alejaba de mí rápidamente

En cuestión de segundos, sus pasos pasaron a ser más largos y rápidos. Estaba corriendo con tal de alejarse de mí.

—Joder, Alba, no nos espantes a nuestro amor así. —comentó María mientras tomaba un sorbo de su cerveza, viendo cómo Natalia se encerraba en una habitación

—Ahora no, Mari.