Maravillosamente Monstruoso

Capítulo 6, Parte II: Lo Desconocido #3

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Jungkook había estado luchando contra el impulso de levantarse y ver a Jimin cuando se hizo evidente que no iba a bajar, a pesar de lo que había dicho. Casi todos habían terminado de comer, pero él apenas había probado la comida. Jungkook solo tenía que confiar en él, probablemente había una razón ... ¿verdad?

Todos en la mesa estaban ocupados hablando sobre dónde podrían aparecer los vampiros a continuación, ya que, aunque deberían verificar, no era probable que ellos fueran lo suficientemente arrogantes como para permanecer en el mismo lugar después de lo de anoche. Jungkook había sido excluido de la conversación, pero le llamó la atención cuando Taehyung ladeó la cabeza y frunció el ceño. —Algo no se siente bien— dijo, con los brazos cruzados.

Jungkook se sentó un poco más recto, empujando su ramen mientras observaba con cautela.

—¿Qué quieres decir? — Namjoon preguntó, enderezándose desde el mapa extendido sobre la mesa para mirar al hombre con una ceja levantada. Jungkook puede ser un nuevo miembro del equipo de caza, pero conocía a Taehyung durante años y había aprendido bastante rápido que la extraña forma de pensar del hombre estaba unida a algo así como un séptimo sentido que le permitía descubrir las cosas que apenas se notaban. Su abuela era una psíquica de renombre, por lo que la teoría de Seokjin era que Taehyung había transmitido una versión más engañosa de los poderes. Namjoon debe haber pensado esto también porque cada vez que Taehyung decía Tengo un mal presentimiento cerraba la boca y escuchaba.

Taehyung entrecerró los ojos un poco, pensando. Sus ojos de repente se volvieron hacia Jungkook, atrapando su mirada. No eran su forma amistosa normal, sino afiladas y penetrantes, como si vieran a través de las mentiras de Jungkook. —Algunas cosas simplemente no han tenido sentido. —Esperaba que Taehyung no pudiera escuchar la forma en que su corazón se aceleraba. ¿Acaso él sabía?

—¿Por qué no estás comiendo? —Taehyung preguntó más bien inocentemente, sus ojos se volvieron suaves en un segundo como si estuviera distraído.

—¿Eh? —Jungkook se sorprendió por la pregunta. —Uh ... Los vampiros solo me ponen la piel de gallina. N-No lo sé. —dijo encogiéndose de hombros. Tampoco fue una total mentira. No era como si hubiera olvidado cómo había matado a una mujer hoy, vampiro o no. Sus manos se apretaron en puños cuando las imágenes brillaron en su mente.

—Yo también, hombre —dijo Hoseok, dándole palmaditas en la espalda de manera solidaria antes de reírse sombríamente y tomar un trago de su cerveza.

—Taehyung, por favor continúa —dijo Yoongi, siempre un poco impaciente con la poca capacidad de atención del hombre.

—Oh, sí, claro —Taehyung se inclinó sobre la mesa, extendiendo sus manos frente a él listo para explicar. —Entonces, estaba pensando. Es extraño, quiero decir, apenas recuerdo una mierda, pero por lo que todos me han dicho, parece que casi nos dieron por el culo. Quiero decir... he estado en muchas misiones con ustedes desde que tenía como catorce años o algo así. Pero ese fue fácilmente uno de mis 3 mejores momentos de Oh, joder, casi morimos. —Todos asintieron y Jungkook se sintió un poco incómodo porque él era el único que parecía perturbado por esto. —Pero... todavía estamos todos aquí. En otras situaciones como esa, hemos...—Sus ojos miraron a Jungkook por un milisegundo, pero lo suficiente como para que él los notara, —hemos perdido a alguien. —Jungkook sabía que Taehyung se refería a la misión que terminó con el asesinato de su hermano mayor, Junghyun. Parecía todavía fresco para todos, porque todos miraban a lo lejos, y tuvo la impresión de que era para evitar mirarlo. Probablemente no ayudó que Jungkook se pareciera mucho a su hermano mayor, y él se parece cada vez más a él a medida que crece y madura. Había teorizado que era como una infección en su herida, un recordatorio constante del amigo-hermano que todos perdieron también.

—No digo que debiéramos haber perdido a alguien, pero parece demasiado afortunado de que todos saliéramos relativamente bien. —Taehyung continuó. —Quiero decir, en un segundo estábamos a punto de ser cena y al siguiente volvemos a casa. Desearía haber estado despierto, pero... todavía siento que podrían habernos dejado ir. —Todos se miraron el uno al otro cuando esta idea pasó entre ellos, ya que todos entendieron muy claramente lo que estaba diciendo. —¿Por qué harían eso?

Una realización tras otra se apoderó de Jungkook y comenzó a sentir que sostenía un carbón caliente, y que estaba tomando toda su voluntad para no gritar. ¿Y si los dejaron ir porque pensaron que Jimin los destrozaría?

Se sentía peor y peor cuanto más lo pensaba porque la pelea solo había comenzado a seguir su camino después de que Jimin había caído, después de haber sido mordido.

No. No, ¿cómo lo sabrían? No podrían haberlo sabido tan rápido. Estaba pensando demasiado. A menos que no y tuviera razón y... Jimin está destinado a ser la semilla de su destrucción. En cuyo caso, este secreto suyo se había vuelto mucho más peligroso.

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Justo cuando Jimin pensó que se sentía mejor, tal vez finalmente aceptando su destino, fue golpeado con algo aterrador de una manera completamente nueva. Solo había querido consolar a Jungkook, tocarlo una vez más, pero el beso no lo había dejado sintiéndose bien. En cambio, cuando huyó a su habitación, descubrió que su corazón se aceleraba y que algo había despertado profundamente dentro de él, una sensación, diferente a todo lo que había sentido antes.

Hambre.

No había ninguna palabra tranquila tan apropiada como esta. Era solo un puro, salvaje, tipo de deseo. El necesitó. ¿Pero qué necesitaba? No tenía idea, pero este sentimiento se había abierto dentro de él como un profundo abismo y solo estaba creciendo. Lo había estado haciendo por el tiempo que había estado derrumbado en su cama, agarrando las sábanas y gimiendo.

Sabía de dónde venía, sabía qué nueva parte de él estaba cobrando vida, pero eso era exactamente el porqué tenía tanto miedo. No fue él. Este no era él. Él cerró los ojos con fuerza cuando un gemido salió de sus labios, el cuerpo enroscándose en sí mismo.

Jimin quería huir pero no podía. No de esto.

Las lágrimas finalmente se derramaron cuando él gimió de nuevo. Había conocido el verdadero miedo antes mirando la muerte a los ojos, pero esto era diferente. Como si se estuviera viendo consumirse. Podía sentir cómo se deslizaba, perdiendo el control de lo que era real. Nunca antes había estado tan asustado.

Otro pulso chisporroteó a través de él y se deshizo.

Miró hacia el techo extendiendo sus extremidades y hundiendo los dedos en las sábanas mientras su pecho se arqueaba un poco fuera de la cama. Jadeó, congelándose cuando su mirada cayó hacia atrás.

Mirando más allá de las cortinas de terciopelo rojo de la cama, sus ojos se encontraron con la vieja pintura de estilo renacentista en la pared al lado de su cama. Era de una mujer desnuda. Su piel suave y las curvas de su cuerpo pintadas a la peligrosa perfección. Ella sostenía una copa de vino en sus manos flácidas, el cuerpo sobre una cama mientras la sangre corría por sus senos. Le cortaron la garganta, probablemente por el hombre envuelto en la oscuridad al lado de la cama, con una daga a su lado. Su esposa estaba llorando sobre las sábanas ensangrentadas de la cama, su vestido rasgado y ella estaba buscando impotente la mano pálida de la otra mujer.

Amantes Expuestos era el título, recordó Jimin. Había estado aquí cuando se mudó, parte de la colección familiar de Yoongi. Se sentía muy mal por las mujeres cada vez que lo miraba, y ahora más que nunca se veía obligado a hacerlo.

No podía dejar de mirarlo mientras un pequeño ruido salía de su garganta, la piel aún le picaba. ¿Qué quería él? ¿Qué era lo que ansiaba? Sus ojos pasaron de la daga al vino, incluso a la sangre, pero parecían atraídos, como por una fuerza invisible, a la imagen de las manos de las dos mujeres. Las puntas de sus dedos estaban tan cerca del tacto, tan cerca.

Jimin se sentó, su cuerpo hormigueaba por el movimiento. Él dejó escapar un gran suspiro, mientras sus manos subían por su cuello para ahuecar los costados de su cabeza. ¿En qué había estado pensando? No podía recordarlo.

Oh sí, iba a ir a comer con todos.