CAN "DE VUELTA EN CASA"

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6 AÑOS DESPUÉS...

CAN “DE VUELTA EN CASA”

Es gracioso cómo se comportan las personas cuando tu exterior no es como el de ellos, cuando no te ves demacrado y marchito no eres más que uno más, pero si te ves como yo, la lástima los hace sacar sus sentimientos más nobles y harán lo que sea por ayudarte. El problema es que no ven lo que hay debajo, un punto a mi favor.
Solo hay una persona con la que no me funciono. Pero no importa ahora, en ese momento era una ficción, ahora es una realidad. Una realidad mucho más cruda que envenenaba tanto mi corazón como mi alma.
Nos avisan que en muy poco estamos a punto de despegar. Saco el celular y marco el número para avisar, contesta al primer timbrazo.

 Saco el celular y marco el número para avisar, contesta al primer timbrazo

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- Buenos días querido...- me dice con voz dulce. Su voz falsa me molesta, pero no digo nada, solo tenía que ser paciente.
- Estoy a punto de despegar, te mande la información de mi horario de vuelo - voy al punto porque a ella le gusta darle muchas vueltas al asunto- ¿te llego el pago?
- Claro que sí, compre un auto. Muy generoso de tu parte...- ya me imaginaba. Esta mujer y el dinero eran uno.
- ¿Enviaste el paquete? - pregunto, estoy ansioso, necesitaba el paquete en la casa.
- Claro que si querido, no dudes de mi por favor, solo habrá que esperar- suspiro, odiaba esperar.
- Mantente vigilando, quiero esto terminado lo más pronto posible- le exijo, odio que se tome esto tan a la ligera.
- Estoy haciendo lo que puedo, pero es difícil. Can no es ningún tonto así que no presiones - no tenía tiempo para sus dramas.
- Ya vamos a despegar... adiós- corto la llamada sin esperar respuesta.

 adiós- corto la llamada sin esperar respuesta

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...
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La observo fijamente y sé que sabe, o tiene sospechas de quien es.
- ¡Papi papi! ¡Queremos ir al baño! - Las niñas llegan corriendo, están tomadas de la mano y dando saltitos. Sanem me entrega el cachorro y se levanta frente a mi sacudiendo la tierra de su pantalón. Linda vista... por un segundo me pierdo en sus movimientos.
- Vuelvo enseguida...- me dice dándome una mirada. Sabe que la miraba. Sonrío ampliamente.
- ¡No mami! - gritan las niñas- ¡queremos que nos lleve papi! - exigen las niñas. Me paró y le regresó el cachorro...
- Ah ah... regresa papá y se olvidan de mi- les reclama mientras las tomo a ambas de mano.
- Te dije que no les escondieras el chocolate...- le guiño un ojo y me las llevo al baño.
- Mis niñas ya no me quieren...- escucho decir a Sanem. Ates corre a nuestro lado.
- ¡Yo si te quiero mami! - le escucho decir. Seguro la tiene abrazada del cuello, es su costumbre...
- ¡Papi ya nos anda mucho! - me jala Yildyz de la mano. ¡No puede ser! Corro con ellas lo más rápido posible para llegar al baño.
Me paseo frente al baño con las manos en la cadera, esta era la desventaja de venir al baño de mujeres, no podía entrar.
- ¡Más vale que no se gasten el papel o tiren agua! -  grito esperándolas afuera. Tienen la costumbre de hacerse velos de novia o hacer burbujas con el agua, culpa de Deniz y Muzo que les enseñaron a hacer esas cosas para no aburrirse. Nuestros amigos y familia se dedicaban a mal criar a nuestros niños.
- ¡Si papi! - contestan las dos al unísono. Me apoyo en la pared levantando una pierna y las espero. Quien diría que terminaría acompañando a dos niñas al baño para asegurarme de que no hicieran travesuras o no les pasara nada.
Sanem y nuestros niños eran mi vida. No podría continuar si algo les pasará y estaba seguro que había algo que no estaba bien; ¿qué haría yo sin mi Sanem bailando por la casa en mi camisa con los niños detrás de ella? ¿Qué haría yo sin preocuparme porque Ates no se metiera en algún peligro por rescatar a un pequeño pajarito? ¿O sin Yildyz usando la ropa y los accesorios de su mama y tomándose fotos? ¿O sin Deniz durmiéndose en todos lados o desperdiciando las cremas de mama? Era inconcebible solo pensarlo.
Hace diez años no habría creído que mi vida sería así pero hoy, no podría pedir nada más. Pero no podía imaginar a quien habíamos molestado tanto, hasta que un rostro aparece como un flash en mi mente. No... había desaparecido y jamás volvimos a saber de él.
Siento vibrar el celular y me distrae de mis pensamientos, veo la pantalla...
- ¡Emre! - contesto alejándome un poco de la puerta del baño.
- ¡TÍO CAN! – responde una voz infantil al otro lado. Aziz.
- ¡Hola amigo! ¿Como estas? - pregunto. A Emre le encantaba hacer esto...
- ¡TÍO TENEMOS ABECA NEVA! - grita el niño ignorando mi pregunta.
- ¿En serio? - pregunto siguiendo la conversación.
- ¡SI! - contesta con un grito más fuerte. Afortunadamente nunca pego tanto el celular a mi oído. - ¡ME GUSTALIA QUE VENGAN y MIS PIMOS! ¡Y MI TITA SANEM!
Este niño era tan propio, ya podía verlo de grande con sacos y pañuelos bien planchados.
- ¡Claro Aziz! - respondo con emoción, no iba a decepcionar al niño- Pásame a tu papá y salúdame a tu mamá.
- ¡SI TÍO! - contesta el niño con otro grito. Uff.
- Hermano - al fin, ruedo los ojos.
- ¡¿QUÉ?! No te escucho...- le contesto en un grito. Emre solo se ríe.
- Lo siento, tiene la idea de que tiene que gritar porque tú estás lejos - me explica entre risas. Lo entendía, tenía tres niños que querían subirse en un perro como si fuera un caballo- entonces, ¿si vendrán?
- ¡Claro! Sanem no me mencionó nada para mañana así que estamos libres. Por cierto, que bueno que ya quedo la piscina. - tenían tanto tiempo queriendo arreglarla que sin duda era todo un logro.
- Si... estamos emocionados. No traigan nada, Leyla y yo prepararemos todo...- hago un sonido de sufrimiento. Leyla era vegetariana y sus platillos eran muy saludables, pero sabían… no a algo que quisiera un domingo por la tarde. Emre se ríe del otro lado del teléfono.
- Vas a tener que aguantarte hermano...- me consuela. Sanem seguro enloquecerá por eso- “¡No le creas Can!" ¡Auuu!
Me río fuertemente. Seguro Leyla le pego a Emre por gracioso.
- Ahí estaremos...- le aseguro entre risas- ¿le dijiste a papá?
- ¡Ya invité a todo el mundo! - AAAAH... que tenían estos dos que gritaban en el teléfono.
- Entonces ahí nos vemos. Te dejo hermano tengo que sacar a mis hijas del baño antes de que se acaben el papel, están sorprendentemente silenciosas y eso me asusta. – se escuchan risas al otro lado.
- Suerte con eso- se ríe el muy chistoso- salúdame a los niños y a mi cuñada.
- ¡Claro! Nos vemos...- cuelgo el teléfono y me acerco a la puerta del baño.
- ¿Ya niñas? - salen las dos con las manos goteando.
- Ya papi, pero no había toalla...- me dice Deniz con sus manos al frente- y a mami no le gusta que nos saquemos las manos en la ropa. Veo sus grandes ojos preocupados, no tengo opción.
- Séquenselas en mi camisa, mami a mi si me perdonara- ambas agarran mi camisa arrugándola y secándose. Como padre no se podía mantener el estilo mucho tiempo...
- ¡Gracias papi! - ambas me abrazan de cada pierna. Si... no podría vivir sin esto.

Vamos de regreso a casa. Los niños empezaron a tener hambre y ya habían jugado lo suficiente con los cachorros; como siempre, Sanem había tenido que convencer a Ates de que volveríamos pronto, así que, aún con lágrimas en los ojos ya estábamos de regreso.
Ahora venían cantando en la camioneta. Era maravilloso como los niños superaban su tristeza rápidamente enfocándose en algo que los hiciera felices, miro por el retrovisor y van tomados de la mano viendo por las ventanas, su conexión era algo totalmente único.
Volteo a ver a Sanem. Se le ve relajada y contenta, el viento baila a través de su cabello y su aroma pasa cerca de mí, una satisfacción momentos como este; paso mi mano por su pierna y la aprieto, me regala una gran sonrisa y me da un beso rápido en la mejilla.
Llegamos a la granja y Sanem baja a Yildyz y a Ates, Deniz esta dormida y la bajo cargando, se despertará apenas entremos a la casa. Sanem va por delante de mí con ambos niños tomados de la mano, yo voy varios pasos por detrás, veo como sus caderas se balancean de un lado al otro... Dios, es preciosa. Desde que la había sentido por primera vez me había quedado maravillado por su hermosa figura... ahora, tres niños después solo se había puesto más y más hermosa. Adoraba cada parte de su cuerpo y amaba cada parte de su precioso corazón, sin duda, esta noche me pasaría cada segundo demostrándoselo, le recordaría lo especial y maravillosa que era.

- ¡Mami mami! - se paran Yildyz y Ates frente a ella brincando- ¿podemos ir a brincar?
- Está bien- contesta Sanem quitándose el cabello de la cara- pero tienen que darle de comer a la Sra. Verde... ya está más lenta por el hambre.
Corren a buscar su comida emocionados.
- Can...- me dice mientras pasó con la niña en brazos.
- ¡Voy! - le contesto entrando al cuarto de Deniz para acostarla. Regreso y ya veo al par de niños queriendo escalar el librero, corro y agarro a Ates de la cintura cargándolo y haciéndolo volar. Ambos niños se ríen mientras lo bajo al suelo.
- Papá se está volviendo más rápido, ¿no? - bromeo mientras alcanzo la comida.
- ¡Si! Es que tu si comes papi, la Sra. Verde no come bien y por eso es muy lenta...- responde Ates.
- Es que le falta chocolate...- dice Yildiz asomándose a la pecera de la tortuga. No sabía a quién le había sorprendido más que Yildyz se hubiera decidido por una tortuga como mascota, si a Sanem o a mí. Yildyz era un pequeño remolino de rizos rubios y la tortuga podía pasarse 30 minutos sin moverse, aunque con tres niños observándola tampoco la culpaba.
- Con cuidado...- advierto a Yildyz - nunca deben de darle chocolate a la tortuga. Enfermara y su mami ya no tendrá con quien platicar y quien la ayude...
- Está bien...- contesta Ates- mami se aburrirá en las mañanas si se queda solita...
Sanem les había dicho a los niños que cuando parecía que hablaba sola era porque hablaba con la tortuga, que con ella la tortuga era muy rápida, pero se asustaba con ellos y por eso los niños se habían controlado en querer agarrarla y traerla para todos lados como al perro y a la gatita. Mi mujer y sus ocurrencias nunca dejaban de darme gracia...
- Exacto, pobre de mami sin tener a la tortuga para platicar...- les doy la razón viendo a Sanem cambiada ahora con un lindo vestido rojo.
- ¡Señor Señora! Ya están aquí...- la señora Leman entra agitada quitándose el sombrero para el sol y los guantes.
- Perdón por asustarla- contesta Sanem con una sonrisa de disculpa.
- Ay señora por favor perdóneme...- contesta apretando las manos. Los niños simplemente la ven confundidos.
- ¿Paso algo? - pregunto. Han pasado tantas cosas raras últimamente que ya estaba paranoico.
- Señor Can, - me dice con lágrimas en los ojos- perdónenme por favor, deje abierta la puerta y el perro entro corriendo y tiró el paquete que trajeron para la señora. No sé qué era, pero se rompió y ahora...- no puede continuar por las lágrimas. Sanem se acerca a ella y la abraza cariñosamente para consolarla. Busco a mi alrededor y veo el dichoso paquete sobre la mesa de centro, algo golpeado de las esquinas y el centro.
- Por favor no se preocupe, fue un accidente. – la calmo distraídamente ya que me da mucha curiosidad quien lo mando y que es, no era común que llegaran paquetes así.
- Claro claro... - su voz es entrecortada y se limpia las lágrimas de la cara- señora le preparé unos sándwiches y limonada para todos. Sabía que llegarían con hambre.
- No debió hacerlo...- contesta Sanem- pero se lo agradezco mucho. Vaya a casa, es sábado y sus hijos deben estarla esperando y por favor no se sienta mal, fue un accidente y ya está olvidado.
Sanem me hace señas de que la acompañara fuera de la granja y asiento en su dirección.
Agarro el paquete y empiezo a examinarlo. No es muy grande y al agitarlo se escuchan pedazos rebotando. Probablemente era algo de cristal. La etiqueta es lo que llama más mi atención, dice: "Sanem Aydin" (su nombre de soltera) junto a la dirección de esta casa, no la de sus padres.
- ¿Papi ya podemos ir a saltar? - me pregunta Ates jalando mi camisa.
- Claro, vamos...- tomo el paquete, las cartas y la bandeja de sándwiches. Ellos corren delante de mí.
Después de que los niños comieron y reposaron un poco la comida contándome que la tortuga les había dicho que necesitaba a una amiga tortuga, se van a saltar al pequeño trampolín. Había sido una bendición tenerlo en casa, podían pasarse ahí horas y caían rendidos después de cenar, en definitivo, un regalo del cielo.
Saco los sobres y voy ordenándolos por fechas, saco el celular para ver la traducción y me dispongo a ver uno por uno.

1era: llego varios días después de nuestra boda con la leyenda "Debiste ser mía" y una foto nuestra de una revista.
2da: cuando Sanem promocionó su segundo libro con la leyenda "Yo siempre confié en ti" y una foto de Sanem firmando autógrafos.
3era: Sanem dando una entrevista anunciando su embarazo y la próxima promoción de su nuevo libro con la leyenda "¿Como pudiste?"
4ta: poco después del nacimiento de los trillizos con la leyenda "Debieron ser míos Sanem" y una foto de un paparazzi donde nos vemos subiendo a los tres bebés a la camioneta.
5ta: una año y meses después cuando gané mi primer premio Pulitzer de fotografía por el proyecto en las fronteras con la leyenda "Yo nunca te dejaría" con una foto mía en la premiación... solo.
6ta: meses después cuando Sanem saco su segunda línea de cremas, específica para mujeres embarazadas, con la leyenda "Pierdes el tiempo" y una foto de la publicidad.
7ma: Un año después estoy en un viaje en el Amazonas. Con la leyenda "Te deja porque no te ama" y una foto de ella caminando con los niños... sola.
8va: Sanem saca su tercera línea de cremas para niños con los nombres de los trillizos. Con la leyenda "Son hermosos como tú " y una foto donde salimos los 5, solo que yo estoy rayado.
9na: cuando Yildyz estuvo en el hospital. Con la leyenda "Él no puede protegerte" y una foto de Sanem y mía entrando al hospital... mi cara está rayada.
10ma: Sanem lanza cuentos cortos para niños. Con la leyenda "Tienes mucho talento mi amor" y una foto de los 5 pero yo estoy rayado otra vez.
11va: Una fiesta de la agencia por la publicidad de Audicon la leyenda " A él no le importas" y una foto de los dos, Sanem con un hermoso vestido amarillo y yo... otra vez rayado.
12va: Seis meses después una con la leyenda "Él te engaña" y fotos borrosas de mi cenando con otra supuesta mujer. Chismes amarillistas... era Deren con otro color de cabello.
13va: meses después en un proyecto de fotografía sobre el calentamiento global con la leyenda "Un día no va a volver" y una foto de ella y Leyla comiendo juntas... a Sanem se le ve triste.
14va y última: hace unos días con la leyenda "¿Sabes dónde está tu esposo?" Y la foto editada.

No lo podía creer. ¡ESE MALDITO BASTARDO! Había querido jugar con la mente de Sanem, podía ver claramente lo que quería hacer. Quería hacer que ella DUDARA de mi amor, ¡ESE MISERABLE QUERIA QUE ME DEJARA! ¡imbécil! Iba a encontrar al maldito e iba a hacerlo pagar, ¡¿cómo que mis niños pudieron ser de ÉL?! ¡¿Como se atrevía a decirle MI AMOR?! ¡¿Como que debió ser de ÉL?! ¡¿cómo que a mi NO ME IMPORTABA?! ¡¿CÓMO SE ATREVIA A CUESTIONAR MI AMOR?! ¡Sanem era MÍA! ¡SÓLO MÍA!
¡Iba a moler a golpes a maldito imbécil!
Paso mis manos por mi cara tratando de tranquilizarme. ¡Aaarrggg! Ese desgraciado idiota iba a encontrarlo e iba a ponerlo en su lugar, aunque tuviera que partirlo a golpes... Inhalo y exhalo... inhalo y exhalo... ¡ese imbécil!
Agarro el paquete y me dispongo a abrirlo, salen pedazos de lo que debió ser una figura de mármol, parece una extraña gallina; después de unos momentos tratando de armarla, me doy cuenta que era un fénix y que en la base había un extraño dispositivo hecho trizas. ¡NO PUEDE SER!
En otro momento de mi vida habría gritado o rugido de pura frustración, pero ya era padre, no podía dejarme llevar fácilmente porque asustaría a los niños y después habría preguntas que no sabría cómo contestar. Lejos veo como Sanem se acerca llevando a Deniz a un lado y una bandeja con vasos de limonada, se acerca a los niños y les da a todos un trago.
Ambas se acercan a mí; Sanem se sienta a mi lado y le da un sándwich a Deniz.
- Tienes que acabarlo ¿de acuerdo? Y no le saques el queso...- Sanem deja ir a Deniz y me pasa un vaso de té.
- Déjala al menos por hoy...- la tranquilizo.
- Siempre se lo saca y lo esconde- responde y la observo fijamente...
- ¿Ya viste todas las cartas? - pregunta acercando su mano a agarrarlas, antes de que lo haga, capturó su brazo y pegó sus labios a los míos.
Estoy desesperado, la beso con fuerza y pasión mientras hace ruiditos de sorpresa y rendición, paso mi lengua por su labio inferior y la muerdo suavemente, abre un poco su boca y yo aprovecho el momento para introducir mi lengua y saborearla completamente. Todo mi cuerpo está en llamas y eso que solo estoy tocando sus brazos, sigo saboreando su dulce boca y ella la mía... hace más ruidos de desesperación y tengo ganas de romperle ese vestido y probarla completa. Chupo, muerdo, saboreó y le hago el amor a su boca... solo así logro calmar un poco todo el coraje y frustración que llevo dentro.
Poco a poco suelto sus labios para poder recuperar el aire, dejó un reguero de besos desde sus labios hasta su cuello y después su hombro donde inhalo con fuerza.
- ¿Que fue eso? – pregunta con voz débil parpadeando rápido y con la respiración agitada.
- Te necesito- le contesto poniendo mi mano sobre los sobres. - si estuviéramos solos te arrancaría ese vestido y te demostraría cuanto...
- Me encantaría...- me dice apoyándose en mi cabeza que aún sigue en su hombro, me da un suave beso y acaricia mi barba. Que bien me conocía. - pero tendrá que esperar...
- No quiero que veas los sobres- susurro sin quitar mí mano.
- Lo sé... pero tengo que verlos. - me besa en mi mejilla y quito mi mano.
Uno a uno va revisándolos y es como vivir todas las emociones de enojo y frustración con peor intensidad. No me pierdo ninguna de las expresiones que van cruzando por su bello rostro, sorpresa, enojo, frustración, asco y miedo. Voltea a ver a los niños y largo rato no dice nada...
- ¿Que era el paquete? - pregunta en voz baja sin mirarme.
- Un fénix de mármol con lo que parece una cámara instalada en la base. - contesto sin apartar los ojos de ella que continúa continúa mirando a los niños.
- Es peor de lo que pensábamos, ¿no? - pregunta y su voz suena entrecortada.
- Si- es mejor ser sincero- me pone nervioso que el último sobre fue enviado aquí y el paquete también. Ambos a tu nombre de soltera.
- ¿Qué vamos a hacer? - pregunta y es cuando veo su hermoso rostro descomponerse. Silenciosas lágrimas corren por sus mejillas. - No quiero dejar nuestra casa Can, pero tengo miedo por nuestros niños... ¡tengo miedo por ti! ¿Que haré si algo les pasa? ¿Y yo? ¡mis niños no pueden estar sin mí! Soy su mamá... ¡¿y tú?! Si algo me pasa me da miedo que hagas algo así como lo que paso en ese año que estuvimos separados, no podemos estar lejos el uno del otro – al ver sus ojos tan asustados y sus labios temblando no se me ocurre mejor idea que besarla.
No encuentro otra manera de interrumpirla de los horrores que está diciendo porque está reflejando todo lo que yo mismo estoy sintiendo. La beso largo y duro limpiando sus lágrimas en el proceso, no puedo evitarlo, es como si la castigara con ese beso por exponer todo lo que me asusta y al mismo tiempo le reafirmará mi presencia y ¿a quien engañaba? Quería que recordara que solo me pertenecía a mí, ¡solo a MÍ!
Suavemente paso mi lengua por su labio inferior y me alejó un poco para tomar aire...
- Está bien- susurra con una pequeña risita sin aliento- ya entendí...
- Vamos a arreglar esto- le afirmo- para empezar, vamos a poner guardias en la entrada. Le diré a mamá y papá para que estén enterados. Doblaremos la seguridad de las cámaras de vigilancia y preguntaré a Metin y Bulut mañana si tienen a alguien que nos pueda ayudar a rastrear de dónde viene cada sobre y carta.
- ¿Los verás mañana? - pregunta sorprendida.
- Los dos...- le contestó recordando que no le había dicho de la llamada de Emre- me llamo Emre cuando estábamos en el refugio. Arreglaron la piscina y nos invitaron a ir a comer mañana.
De inmediato arruga su cara recordando la última vez.
- ¡Off mi hermana! No pienso comer esa cosa verde otra vez...- se queja cruzando los brazos- pobres de mis niños... ¡Deniz hasta la escupió!
Ya la amaba más por eso. Me río y subo sus piernas en las mías para sostener su espalda.
Han prometido comida normal...- le aclaro pellizcando sus mejillas.
Más le vale...- contesta. Un poco de su tristeza anterior se disipa.
Y otra cosa...- le beso la mejilla y la muerdo suavemente, suelta una risita- esta noche te llevaré a cenar.
- ¡¿En serio?! ¿Crees que sea apropiado con todo lo que está pasando? – pregunta con ojos sorprendidos dirigiendo su mirada a los niños que bajan del trampolín y corren en círculos.
No veo por qué no, no dejaremos que arruine nuestras vidas. Iremos a cenar y pasaremos una hermosa noche tú y yo. - Inhalo fuerte en su cuello y soplo. Vuelve a reír...
- ¿Y los niños? - quito hebras de su cabello que caen en su frente.
No hay problema por eso... se quedarán con mis padres...- aprieta sus labios y enseguida sonríe ampliamente.
- ¡Super! - me abraza y besa ambas de mis mejillas- ¡estoy emocionada! Hace mucho que no salimos juntos...- cambia su expresión y se pone seria otra vez- ¡ay Can! Debiste decirme antes no tengo nada que ponerme....
- No hay problema por eso amor...- la tranquilizo acariciando su espalda- tengo el regalo perfecto para ti...
Me mira con sorpresa y su cara se ilumina. No podía evitarlo, amaba darle regalos, así fuera una simple flor o una gargantilla para su elegante cuello ella se emocionaba como una niña.
- ¡Can! Ya me regalaste un reloj y la foto, no tenías que traerme más...- me reprende emocionada bajando la mirada y ruborizándose.
- ¡Si tenía! - le beso su mejilla, bajo mi mano de su espalda a su cintura y la abrazo. - me gusta consentirte y créeme es un placer...
Recarga la cabeza en mi hombro y la siento inhalar mi cuello.
Nos quedamos un tiempo sin decir nada, simplemente disfrutando el uno del otro escuchando la risa de nuestros niños. Ocasionalmente beso su frente o huelo su cabello, ella besa mi cuello y hace patrones en mi pecho.
- Ya es tarde, si queremos ir deberíamos bañar a los niños- sus labios se mueven cerca de mi cuello y tensan todo mi cuerpo.
- Solo algo más...- bajo mis labios a los de ella y la vuelvo a besar, pero esta vez más suave. Me separo de ella y sorpresivamente ella retiene mi labio inferior con sus dientes.
- ¡Ay! - me quejo del dolor.
- ¿Te lastime amor? - me pregunta con ojos inocentes.
- Si...- contesto fingiendo dolor- vas a tener que besarme otra vez...
Me acerco a ella y su hermosa sonrisa para que me bese otra vez. Pero se aleja y se levanta...
- ¡Andando Señor Can tenemos tres niños que bañar! - los niños al escuchar a Sanem gritan y corren por todo el jardín. Si, Sanem sabía cómo hacer mi vida entretenida...

Estoy frente al espejo de Ates acomodándome la camisa. Sanem me saco de nuestra habitación porque quería darme una sorpresa. Por el reflejo, veo a Ates poniéndose mi saco, que le queda enorme, junto con todos mis collares y anillos.
- ¿Porque no podemos ir con ustedes? - me pregunta arrugando las mangas del saco para sacar sus manitas.
- Es porque mamá y yo vamos a un lugar a preparar una sorpresa para ustedes y como es secreto, no pueden estar ahí. - lo tranquilizo con algo que su mente de niño pueda aceptar.
- ¡Mmmm está bien! - no me gusta dejar a nuestros hijos, pero Sanem y yo necesitamos de esta salida.
- Te portas bien con tus abuelos, no te subas a nada porque los puedes espantar, ¿de acuerdo? - lo condiciono antes, mi padre ya no puede estar persiguiéndolo como lo hizo conmigo.
- Lo prometo- contesta levantando su manita y choco su palma; le quitó mi saco con cuidado de no arrugarlo más y me lo pongo.
- ¿Papi puedo tener uno de estos como el tuyo? - pregunta señalando el collar de fénix que tengo.
- ¡Por supuesto! - lo tomó de su cuello y desarreglo su largo cabello- ¿qué animal te gustaría?
Conociendo a Ates, seguro todo el zoológico...
- ¡Un León! ¡Raaaw! - me rio de la ocurrencia. No esperaba menos.
- ¿Porque un León? - pregunto con curiosidad delante de él.
- ¡Es que es como tú! Grande y fuerte, yo quiero ser como tu...- siento agua en mis ojos por lo sincera de la declaración. Jamás me imaginé que con todo el sufrimiento emocional en mi cabeza podía ser un modelo a seguir y ahora aquí estaba, con MI HIJO escuchándolo decir todas las cualidades que a veces me costaba ver en mí y él simplemente las copiaba porque no veía lo malo, solo lo bueno.
- ¡Hecho! - contesto abrazándolo. No permitiría que nadie me quitara eso.
Estamos ambos en la sala esperando a Sanem y a las niñas. Ates juega con unos animales subiéndolos y bajándolos de una especie de camión y poniéndoles diferentes nombres. Escucho el clic de una puerta, levanto la vista e inmediatamente mi cerebro se apaga.
Sanem se ve absolutamente preciosa, el vestido rojo entorna cada una de sus curvas como si fuera una sirena y hace brillar su piel de caramelo, su cabello está recogido hacia arriba con unos mechones sueltos dejando ver su hermoso cuello, el vestido es entallado y al caminar su preciosa pierna se asoma por la abertura, su maquillaje es ligero y luminoso y su olor es tan fuerte que me hace temblar... no puedo ni respirar... escucho voces que me llaman: "Can" y "papi" pero no puedo hacer que mi cerebro funcione...
- ¡Can... can ... Can CAN CAAAN! - grita Sanem sacándome de mi estupor- ¡Ya Can! No me ves así que me pones nerviosa…

6 años después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora