CAN "SORPRESAS QUE SUBEN Y BAJAN"

8.1K 203 8
                                    

6 AÑOS DESPUÉS …

CAN “SORPRESAS QUE SUBEN Y BAJAN"

Recargado en el marco de la puerta observo a los niños coloreando; ya estábamos cansados de andar dejándolos por todos lados, queríamos darles un poco de normalidad por todo lo que había sucedido. los armamos con sus mochilas llenas de juguetes, libros para colorear, jugos y galletas por si les daba un poco de hambre y salimos al ginecólogo. El doctor que atendía a Sanem fue el mismo que había ayudado a los trillizos a nacer, más que un doctor era un amigo, su hija Beste era la niñera ocasional de los niños además de tener una pasantía en la agencia. Siempre andaba jugando con ellos, sabía cómo mantenerlos entretenidos y la adoraban.
El doctor sorprendió cuando llame y de inmediato me había hecho espacio en su agenda, aunque fueran las 7 de la mañana. Estaba fascinado con los trillizos, decía tenerles especial cariño ya que no era muy normal tener trillizos sin ayuda de la inseminación y un montón de cosas químicas que no quería ni saber.
- ¿Lista Sanem? – le pregunta mientras se sienta en la silla levantando su holgada blusa blanca. Les doy una última mirada a los niños que siguen coloreando, estaban bien entretenidos, y entro al pequeño cuarto tomando su mano para besarla. Nos daba ánimos a ambos con eso. El doctor coloca un gel en su abdomen, pasa sobre su piel el extraño detector y lo mueve alrededor mirando la pantalla…
- Bueno, tenemos dos latidos bastante fuertes y saludables – nos avisa con voz calmada y sonríe a la pantalla.
- ¿Dos latidos? – pregunta Sanem. Intercambiamos una rápida mirada.
- Así es… - sonríe ante nuestros asustados ojos – debo decirlo, en todos mis años practicando la medicina nunca habla conocido a dos personas tan fértiles como ustedes. Son gemelos.
Sanem y yo abrimos los ojos ampliamente. ¡¿GEMELOS?! Dios, no sabía ni que pensar…
- ¿Está seguro doctor? – pregunta Sanem sin soltarme. Su agarre se hace más fuerte, no sabía si de nervios, terror o felicidad. Yo me sentía de la misma manera.
- Muy seguro… miren - responde señalando a la pantalla- ahí tenemos uno y aquí está el otro, es muy pronto para conocer el sexo, pero puedo asegurarles que su regalo viene doble.
- De verdad contigo Can… - me reclama Sanem de golpe, estaba tan aturdido por lo que estaba viendo que no proceso lo que me dice. - ¡jamás te dejaré viajar solo otra vez! Mira lo que pasa…
- ¿Qué tiene que ver eso? – pregunto sin comprender. Rueda los ojos.
- ¡Mira lo que provocas! Primero por tres y luego por dos…– el doctor ríe.
- ¿Yo? No creo que quieras que tengamos esta conversación otra vez… - la amenazo besando su mano.
Sanem se pone roja, el doctor solo ríe agitando la cabeza y entregándole una toalla para limpiarse. Los tres regresamos a la oficina, los niños se levantan enseñando sus dibujos. Yildyz había dibujado al doctor, Ates al pez que tenía en una mesa a la entrada y Deniz había replicado la pintura colgada al fondo agregándole un castillo y una rara lagartija que asumía que era un dragón.
- Muchas gracias. – les dice mientras Sanem y yo tomamos asiento - ¿Les gustaría un pedazo de pastel de chocolate?
- ¡SI! – gritan los tres emocionados y saltando.
- En el comedor del hospital tienen, les encantará, le diré a la enfermera que los lleve y les dé un pedazo grande. ¿Están de acuerdo? – nos pregunta. Asumimos que quería hablar en privado, por lo que estuvimos de acuerdo ya que los niños no dejaban de insistir. Sanem los condiciona de no correr para todos lados, no tocar nada y hacer caso a la enfermera mientras el doctor la llama.
- No van a dar problemas, ¿verdad? – les repite Sanem poniéndose a su altura y tomándolos de las manos. Los tres la observan, sabía que si alguno sonreía estaba mintiendo.
- No mami, lo prometemos… - le aseguran con su carita seria.
- Ates recuerda que prometiste no correr por todos lados, Yildyz no vayas a agarrar nada ni a andar gritando y Deniz te acabas lo que te den y si ya no quieres le dices a la enfermera para que me lo traiga, no lo tires. ¿Está bien? – tres pare de ojos la observan con atención.
- ¡Si, mami! – asienten los tres al mismo tiempo. La abrazan y besan, luego van conmigo y la enfermera emocionada se los lleva. Los trillizos eran una sensación a cualquier lugar al que iban.
- Cada vez que los veo es muy emocionante, Beste me cuenta de ellos todo el tiempo, pero la realidad es bastante asombrosa. Están haciendo un buen trabajo… - nos dice con calma escribiendo en su delgada computadora.
- Ha sido todo un reto – contesta Sanem suspirando – si no fuera por Beste y toda nuestra familia no sabría como lo hubiéramos logrado.
Tenía razón en eso y aun así tenía 6 años sin dormir.
- Los hijos son la mejor inversión – nos guiña un ojo.
- ¿Pasa algo malo doctor? – pregunto nervioso. No me gustaba que quisiera hablar en privado
- No para nada Can, - responde sonriendo- quise que los niños se fueran porque asumí que aún no lo saben. Eso se los dejo a ustedes, solo quiero hablar de este nuevo embarazo con toda la claridad posible para que no tengan ninguna duda.
- Qué bueno… - respiro de alivio. Sanem me toma de la mano con una sonrisa.
- Bien, básicamente vamos a seguir las mismas recomendaciones que en el embarazo anterior. Aunque aún eres muy joven recuerda que tienes que cuidarte, por lo general, los embarazos múltiples son prematuros, como el de los trillizos, pero haremos lo posible para que no sea así. Recuerda comer saludable, hacer un poco de ejercicio, nada que requiera mucho esfuerzo, pueden ser caminatas o Pilates. No te excedas. Tienes un poco baja el azúcar, sé que has pasado por periodos de estrés, pero es muy importante que estés calmada, Can sabes que de ti depende mucho esa parte. En el embarazo anterior no tenían niños por lo que imagino que fue más fácil, pero ahora tienes que entender que ya llevas cargando dos, tendrás que dejar que Can cargue al resto… - si antes estaba seguro de que no la dejaría, ahora no tenía ninguna duda. El doctor escribe con letra inentendible en una receta, la voltea a nosotros y nos la muestra.
- Te estoy prescribiendo todo lo que necesitas tomar, más algo adicional por tu bajo nivel de azúcar. No es nada para espantarse, pero es mejor que la controlemos, - señala con una fina pluma punto por punto dirigiéndose más a mí que a ella – tu cansancio se debe a tu estrés y tu condición así que tienes que alimentarte y dormir bien. Te puse algunos remedios para las náuseas y los mareos que posiblemente puedas experimentar ya que en el embarazo anterior fueron constantes en el primer trimestre.
- Lo recuerdo… - susurra Sanem con una mueca acariciando su vientre.
- También te agregue ciertos alimentos que debes empezar a consumir, estas un poco baja de peso para el tiempo que tienes, solo un kilo y medio, pero recuerda que todo lo que consumes, tomas y sientes les afecta a tus bebés. Otra cosa, aunque ya lo saben, el sexo está permitido, pero nada demasiado… creativo. – mientras el doctor sigue escribiendo Sanem aprieta mi mano, cuando volteo a verla me guiña un ojo dándome una mirada traviesa. Mi mujer era incorregible… no es que me quejara - Can de ti depende que obedezca cada recomendación, haga ejercicio, coma y duerma bien. ¿de acuerdo?
- Si doctor. – contesto de inmediato. Me sentía como un niño al que el padre de su novia estaba condicionando. Hablando de padres… a los cuatro les iba a dar algo cuando se enteraran.
Después de darnos la fecha de la próxima cita, salimos de su oficina para ir por nuestros retoños. Estaban todos manchados de chocolate de la boca, al vernos corrieron a encontrarnos, con las toallitas que me pasa Sanem los limpio mientras se despiden para irnos. En la camioneta los tres van cantando una canción de una rana… ni Sanem ni yo decimos una palabra, solo miramos al frente, una de sus manos descansa en su vientre y la otra está fuera de la ventana dejando que el aire corra entre sus dedos. No se veía triste, ni enojada o preocupada… se le veía en paz, contenta. Esa era una de las cosas que más me gustaban de ella, no importa lo que pasara, ella siempre veía el lado positivo.
Aun me costaba procesar todo… cinco hijos. Hace 10 años jamás me hubiera imaginado ser padre, y ahora estaba por tener una familia inmensa, no estaba seguro como lo íbamos a hacer y no podía decir que tenía un plan porque la sola idea me mata de nervios. Apenas podíamos con tres al mismo tiempo, ¿pero cinco? Eso era para explotar las neuronas de cualquiera porque cuando tuvieran la edad de los trillizos ¡yo tendría más de cuarenta! Me encantaba involucrarme en actividades con los niños, a los trillizos les había enseñado a caminar, a hacer cometas, a nadar, amarrarse las agujetas y a ponerse correctamente los zapatos, los había enseñado a jugar a la pelota, andar en triciclo y a agarrar la cuchara para que no tiraran la comida, los ayudaba con la tarea y a bañarse correctamente, sobre todo a Ates… eran muchas cosas, mucho trabajo que con gusto volvería a hacer pero me aterraba no tener la energía para hacerlo.
Si yo era inquieto, ellos lo eran más. Siempre tenían mucha curiosidad, muchas preguntas, mucha energía que querían sacar saltando, corriendo y revoloteando por todos lados, no sabía si en seis años podría seguirles el ritmo, en un alto, recargo mi codo en la ventana para sostener mi frente, sin aviso, Sanem se inclina para besar mi mejilla, regresa a su asiento y pone una mano en mi pierna.

6 años después...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora