Chico Raro. ᢁ #minlix. (©) ✓

15 ) 2020

Minho llamándolos fue la razón por la que los tres bajaron, no sin antes de que Chan guardara la fotografía en su mochila sin que el resto se dieran cuenta. Al bajar, Felix terminaba de ponerse la camisa, pero su mirada estaba en el suelo para evitar el contacto visual con los demás.

— ¿Nos vamos? —preguntó el pelinegro soltando un pequeño suspiro mientras miraba a sus amigos.

— Sí... —respondió Chan mirando a Felix, pero éste parecía perdido con la mirada en el piso— Vámonos.

— Felix, es mejor que te quedes en casa mañana, si necesitas algo puedes llamarme. —el rubio asintió ante las palabras de Minho— Ahora vámonos.

Changbin se quedó unos segundos más mirando al rubio, éste se había quedado mirando a Felix quien parecía tan vulnerable y tímido, por lo que ante esa actitud sonrió. Lentamente se acercó a él e inclinó, poniendo su mano en la rodilla ajena para mirarlo.

— ¿Estás bien? No nos hemos presentado bien, soy Changbin. —le sonrió— Si necesitas algo puedes llamarme a mí, estaré disponible para ti. —otra sonrisa se formó en sus labios cuando el rubio alzó su mirada a él— ¿Dónde está tu celular?

— Eh... —palmeó sus muslos buscando su celular, cuando lo encontró en el bolsillo de su pantalón lo sacó y luego se lo extendió al pelinegro— Aquí está.

— Tomará un segundo. —ya que el celular no tenía contraseña, le fue fácil guardar su número en éste, luego de segundos, se lo devolvió al rubio indicándole su contacto— Cualquier cosa llámame, te atenderé sin importar qué. —le guiñó antes de levantarse y salir.

Felix frunció ligeramente su ceño por la situación, ¿llamarle? eso había sido tan de repente pero quiso restarle importancia, simplemente se recostó en el sofá, era cómodo. Y ahora que lo pensaba, no se había dado un tiempo para inspeccionar su casa a excepción de la cocina.

Regresando a otro lado, Minho miró a Changbin acercarse a lo lejos, éste mantenía una sonrisa y había llegado corriendo, el castaño y rubio también lo miraron.

— ¿Dónde estabas? —preguntó primero Minho, frunciendo su ceño.

— Tenía que decirle algo a Felix. —contestó sonriente.

— ¿Qué cosa? —el pelinegro se detuvo, deteniendo a Changbin y a los otros dos también junto con él.

— Oye relájate, no le hice nada. —palmeó la espalda del más alto—. Me iré primero, los veré mañana. —desvió su camino a otra calle, dejando a los tres detrás.

— Es mejor que también me vaya. —murmuró Minho mirando a sus dos amigos después de unos segundos.

— ¿Estás seguro? Sabes que puedo llevarte más tarde. —comentó Chan no tan convencido, sabía que su amigo estaba incómodo y algo confundido pero cuando el pelinegro negó sólo suspiró— Entiendo, regresa con cuidado.

— Ustedes también, hasta mañana. —palmeó la espalda de Han, sonriéndole a ambos para después regresar por donde había llegado para ir a su casa.

Changbin era su amigo, había creído y creyó en él en todo momento, sin embargo, el hecho de que ahora estuviera con Felix no le convencía demasiado, su amigo siempre fue muy coqueto, tal vez eso le preocupaba. O tal vez también le preocupaba el hecho de que Felix era tan inocente.

— Que estupidez... —balbuceó antes de subirse al autobús.

Miró a través de la ventana durante unos segundos, después cerró sus ojos intentando relajarse aunque más que eso distraerse de los pensamientos que no salían de su mente. ¿Por qué estaba tan aferrado a Felix? Era un chico común, uno como cualquiera otro, ¿Por qué estaba tan obsesionado con él?