Aziraphale seguía perplejo, el rumor de lo que había "logrado" se había diseminado mucho más rápido de lo que esperaba. Constantemente lo paraban en los pasillos para pedirle que contara como había logrado hacer esa maravillosa jugada en contra del bando contrario. Aziraphale solo quería volver a la Tierra y ver si podía encontrar a Crowley, el demonio era muy inteligente, era probable que se ocultara, las serpientes podían reptar a lugares recónditos. Esa ilusión lo mantenía esperanzado y ocupado en encontrar el modo de volver a su librería. Durante una semana estuvo viendo papeleo típico de su nuevo cargo, ser un arcángel traía consigo mucho trabajo, sobre todo burocrático que se traducía en revisar y firmar demasiados papeles.
-¡Aziraphale! veo que te estás aclimatando al nuevo cargo, debo decir que te sienta muy bien este nuevo trabajo- La sonrisa de Gabriel se sentía bastante sincera – Necesito sacarte un poco de acá, hay un pequeño favor que debo pedirte, ¿tienes un tiempo?
-Claro Gabriel, de todas maneras, esos papeles pueden esperarme un poco- Aziraphale le mostró las carpetas que debía revisar.
Gabriel lo tomó del brazo y comenzó a guiarlo por el lugar hasta llevarlo a su oficina, una vez adentro cerró con llave la puerta, Aziraphale se sintió algo nervioso, pero trató de disimular lo mejor que pudo.
-Mira, lo que te quiero pedir es algo extraoficial, como explicarlo...los altos cargos no saben de esta investigación que estoy haciendo -Por primera vez Aziraphale pudo notar el nerviosismo en el arcángel.
-Lo que sea, será mejor que me cuentes para ver si puedo ayudarte- Aziraphale se sentó frente al escritorio y con una de sus manos hizo un ademán para indicarle que se sentara también.
-Esto es lo que pasa, desde el Armagedón que tan estúpidamente cancelaron, he estado en contacto con Lord Beelzebub, por asuntos oficiales – Se apresuró a decir – Y ambos estamos viendo la posibilidad de retomar el Armagedón, mal que mal, hay un anticristo en la Tierra aún.
Aziraphale palideció, Adam era un excelente niño, no veía como podrían corromperlo.
-Bueno, la ayuda que necesito es...la verdad me cuesta mucha comunicarme con Beelzebub, o sea, no es el problema con juntarnos en reuniones, sino que no se cómo llegar a él y pensaba...tu conviviste con el enemigo, mejor dicho fraternizaste con él. ¿cómo podías hablar con el demonio? Específicamente, ¿cómo lograbas llegar a acuerdos? – Gabriel sacó una pequeña libretita en lo que al parecer pensaba tomar notas.
Aziraphale recordó cuando se conocieron, cuando vio por primera vez esos ojos amarillos con la pupila alargada, en ese momento sintió que podía confiar en el demonio, incluso le contó sobre su espada y lo que hizo con ella.
-No lo sé Gabriel, solo conversamos...durante 6000 años el destino se encargaba de juntarnos de tanto en tanto y conversábamos, era algo que se nos daba de forma natural – Aziraphale decía cada palabra con tristeza.
- Ya veo – Algo cambió en el rostro del arcángel, el también hablaba así con Beelzebub, también sentía que era natural, tanto así que estuvo un par de centurias sin querer conversar con él por cómo lo hacía sentir – Aziraphale ¿Me acompañarías a la Tierra para ayudarme con esto? Si convenciste a un demonio, perfectamente puedes ayudarme con este.
Y así, sin más, había llegado su oportunidad de volver, de buscar a Crow Crow y explicarle que nunca quiso que todo esto pasara.
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Crazy Little thing called love
أدب الهواةDespués del fracasado Armagedon los seres Aziraphale y Crowley quedaron temporalmente cesantes. Sus respectivos jefes habían decidido darles una especie de vacaciones luego de que ambos hubieran sobrevivido a lo que debía haberlos aniquilado. Ambos...