Enfrentamiento

725 97 51
                                    

Un Hiro bastante serio entró a la habitación. Su mirada se enfocaba hacia el frente, cómo pensando en un millón de cosas. Eso alteró a Sacrificio pues pensó que algo malo había pasado.

—Hola, ¿Cómo les fue? —Sacrificio tomó la palabra.

—Nos fue bien —soltó sin más.

Unos segundos incómodos se hicieron presentes, el chico no dejaba de mirar al frente, pero ahora empezaba a caminar de un lado al otro de la habitación. Él sabía muy bien que era un genio en la robótica, pero no lo era en comportamiento humano. Si quería sacarle toda la verdad a Sacrificio, tendría que forzar a su mente a trabajar en un campo diferente, por eso trataba de concentrarse al máximo.

—¿Dónde está Miguel? ¿Se entretuvo cantando? —Sacrificio cuestionó de manera juguetona y soltó una risita para liberar la tensión.

—Se quedó con su abuelita, el siguiente año ella se va a morir y preferí que pasarán juntos su último día de muertos.

—Ya veo... Pero les fue bien, ¿verdad?

—Sí.

La conversación seguía sin fluir, Hiro no se la iba a poner fácil.

—¿Donde esta Lito?— Preguntó el genio después de unos tortuosos segundos de castigar con más silencio.

—¿Lito? ¿Quién es Lito?

—El demonio.

—No sabía que tenía nombre...

—Eso es de esperarse, seguramente te la pasas pensando en cosas pervertidas sobre nosotros y por eso no pones atención.

—Hiro, te prometo que no es lo que crees, mi amor hacia ustedes va más allá de eso. Yo los amo de deberás.

—Sigo pensando que mientes. No creo que nos ames, o si eso piensas, tienes una idea muy retorcida de lo que es el amor.

—¿Por qué lo dices?

—Enviaste a unas creaturas a secuestrarnos, no fue ni una invitación o una llamada. Una maldita sombra huesuda saltó sobre mí y me arrastró a este lugar —escupió elevando su tono de voz.

—Entiendo la molestia, pero en mi defensa, no sabía que los traerían así.

—Pero si sabías que éramos unos niños. ¡¿No es así?!

—En sus películas si lo eran, pero no sabía que en este caso lo serían, creía que iban a ser más mayores.

—¿De qué películas hablas?

—Upsss —gimió y los nervios aumentaron, acababa de sacar el tema de conversación equivocado.

—Siempre hablas de nosotros como si no fuéramos reales. Eso me molesta mucho, yo pienso que solo lo usas como una excusa para hacer tus cochinadas sin sentir culpa.

—Si son reales Hiro... al menos para mí sí lo son, y el tema de las edades... te juro que eso no lo especifiqué, creí que iban a ser más mayorcitos.

—Aun así nos conociste siendo unos niños.

—Eso sí...

—Entonces, hubo un momento donde imaginaste que Miguel y yo éramos pareja siendo unos niños.

—Si lo hice, pero fue más porque se veía lindo. Generalmente en las historias pervertidas ustedes son mayores de edad.

—Entonces has leído historias pervertidas de nosotros.

Sacrificio no se atrevió a responder.

—Eso supuse —afirmó Hiro con una irá que era cada vez más visible—. Hay otro problema, dijiste que no tenías idea de a que edades nos traerían.

Mi alma por un HiguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora