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Cuando terminé, el hombre posó sus manos en mi cintura y posó un pequeño beso en mi cachete.

-- Gracias Pulga. -- Agradeció como si nada, pues no sabía lo que había descubierto hace un par de minutos.

-- De nada, conejo. -- Contesté por reflejo.









Ya había tomado una decisión, le iba a seguir el juego. 

Estaba harta de tener que disimular y ya quería divertirme

Eso sí, iba a esperar el momento adecuado para hacérselo saber.

-- ¡Kook, Jiwoo! ¡A comer! -- Gritó mi tía, provocando nuestra separación casi instantáneamente.

Nos fuimos rápidamente de la habitación, era imposible hacerla esperar ya que se enojaba fácil.

Cuando llegamos, todo estaba servido, por lo que nos sentamos. En esa casa, la mesa estaba organizada: los "niños" al lado derecho de la mesa y los adultos al izquierdo.

Siempre me sentaba al lado de Lisa. Como consecuencia, YoonGi y Kook se sentaban enfrente de nosotras. En esta comida, me había tocado enfrente del conejo.

Ahora conocía las intenciones de este pervertido.

Pero por ahora, podía estar tranquila ya que sabía que no me molestaría hasta terminar de comer: para JungKook la comida era sagrada.

Era todo un espectáculo, comía mucho, muy rápido y concentrado, le dedicaba más atención que nada. Siempre lo miraba entretenida, era uno de los únicos momentos en los que se veía tierno.

Cuando quedó satisfecho con su tercer plato, yo recién iba en la mitad de mi único plato. Ahora que había terminado, podía molestarme y de hecho, sentía que iba a hacerlo.

Así, sentí sus pies entrelazarse con los míos bajo la mesa. Lo miré, desafiante, antes de llevarme el tenedor a la boca.

Pisé sus pies con fuerza y puse mis dos pies encima de sus rodillas, estirando así mis piernas. Kook levantó la mirada lentamente, una ceja arqueada. Agarró mis tobillos con la mano rápidamente, clavando sus uñas en ellos dejándome atrapada. Intenté quitar mis piernas por el dolor, pero este no me soltaba.

Lo miré con odio, recibiendo como respuesta un beso volador de la parte del conejo.







22:56

-- Bien, yo creo que vamos a ir a chismear afuera. -- Avisó Lisa, levantándose.

-- La llegada de la pulga debe celebrarse... -- Justificó Yoongi, imitando su hermana.

-- Tengo que ir a buscar un sweater, que me voy a morir de frío allá fuera. -- Dije levantándome también.

-- Ten beba, tengo dos aquí, para que no nos demoremos más. -- Afirmó pasándome la prenda que seguramente me iba a quedar enorme.

No iba a rechazar la sudadera de un hombre. Eso no se hace, sería un crimen para mí. Pero sentía las intenciones del conejo de todas maneras.

-- Gracias Kookie. -- Agradecí recibiéndolo.

-- No hagan tanto ruido, que necesitamos dormir. -- Empezó mi abuela.

Ahora venía su listita de consejos.

-- Cuiden a su prima, que ella es de ciudad y no conoce. -- Agregó dirigiéndose a Kook y YoonGi específicamente.

-- ¿Y quién dijo que yo no la podía cuidar? -- Preguntó Lisa ofendida.

-- Pero Lisa, son hombres, piensa un poco, cabeza de pollo. -- Respondió la abuela como si fuera obvio.

Lisa suspiró al escuchar mi abuela, eran las típicas cosas que decían las personas como ella.

-- No se peleen y vámonos mejor. -- Corté con una sonrisa abriendo la puerta.







-- Kook, pasaré a buscar de tomar. -- Avisó Yoongi, desviándose de nosotros.

-- Vale, yo las cuido. -- Respondió sonriente, pasando su brazo por mi cintura y por el hombro de Lisa.

El asunto se pondría interesante si era con alcohol, pero claro, también podía descontrolarse.

-- ¿Dónde vamos? -- Pregunté desorientada por la oscuridad de las noches de campo.

-- Pues al lugar de las fogatas. ¿Acaso no te acuerdas? -- Contestó Lisa sorprendida por mí corta memoria.

Un montón de recuerdos vinieron a parar a mi mente cuando Lisa pronunció aquellas palabras.

Cuando mojaba mis primos con el agua del perro.

YoonGi cortándome el pelo.

Lisa empujando a sus hermanos en arbustos de espinas.

Los ataques de risa infinitos.

JungKook comiéndose las zanahorias robadas en la casa del vecino.

Mi primer beso con YoonGi.

Las escenas de película entre mis dos primos.

Las ridículas coreografías con Lisa.

Y un millón de cosas más.

-- ¡Sí me acuerdo! Obvio que sí. -- Exclamé.

-- ¿Recuerdas cuando estos dos tarados se pusieron a bailar en pelotas? -- Cuestionó mirando a su hermano desde abajo.

-- Idiota, se supone que no íbamos a hablar nunca más del tema... -- Se quejó Kook avergonzado.









Ya nos encontrábamos instalados en el lugar habitual de las fogatas, instalados en círculo.

-- Entonces... Ahora que hemos crecido, vamos a revelar muchas cosas. Y por si se les había olvidado, aquí no se miente. -- Empezó YoonGi, una vez el fuego prendido.

Sentía las preguntas indiscretas venir con pasos de gigante.

-- Recuerden que Jiwoo es de ciudad, tarados. A los 13, ya estaba en cosas de mayores. -- Agregó Lisa orgullosa.

Me dio curiosidad ver la reacción de mi próximo compañero de juego, así que dirigí mi mirada hacia Kook. Este miraba a su hermana serio, sin ninguna expresión en su rostro, como si quisiera borrar lo que acababa de decir.

Para no ponerme nerviosa, decidí imponerles una pregunta yo misma. En estos momentos, para empezar bien el juego, era impensable avergonzarme.

-- A ver... ¿Fantasía sexual actualmente? -- Cuestioné curiosa, mirándolos.

-- Trio. -- Contestó YoonGi al segundo.

No me sorprendía de la parte de mi gato...

-- ¿Tú, Jiwoo? -- Siguió.

Enrojecí mínimamente ya que sabía que mi "fantasía" sonaba mal.

-- Quizá... Probar el papel de sumisa podría ser interesante. -- Contesté notando una inmediata reacción del conejo. Este había levantado la mirada hacia mí, serio.

-- ¿Y tú Kook? No has dicho nada... -- Preguntó su hermano.

-- No es fantasía, pero me gusta dominar. -- Respondió, seguro de él.

¿Lo hacía a propósito? Ni siquiera escondía su deseo hacia mí. Llegaría el momento en el que no esperaría más y el juego pasaría a asuntos serios.

El ambiente estaba un poco tenso todavía, todos tenían mucha intriga y nervios.

Pero de repente, escuché un chillido femenino.

-- ¡Cuidado Ji, una araña! -- Gritó Lisa apuntando delante a mí.

Salté y me puse de pie, asustada, haciendo reír a todos los presentes. Mi prima me había hecho una broma y yo había caído, después de tantos años. Antes, no era tan fácil engañarme, pero había perdido la costumbre.

-- Venga, City girl. -- Empezó apuntando su regazo. -- Aquí no te puede pasar nada. -- Siguió sonriente.

Interesante... Le sonreí de vuelta y asentí ante su proposición, poniéndome entonces encima de él. No dudaría en acomodarme varias veces.











Gracias por leer❤️

Summer Love [ 𝗝𝗝𝗞¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora