𝟔

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Todo estaba bien tranquilo, hasta que sentí una mano arriba de mi muslo, que interrumpió mis pensamientos.

Levanté lentamente mi mirada hacia JungKook.

-- Acuérdate, el juego ha empezado, pulga. -- Susurró, con una sonrisa de conejo maliciosa.







-- Chae, se me había olvidado lo buenos que eran tus panqueques. -- Alagué, ignorando la mano de Kook.

Me iba a parar. Por eso, entrelacé mis dedos con los de Kook por arriba para sacar su mano y levantarme.

-- Bueno chicos, yo voy a prepararme, nos vemos más tarde. -- Agregué.

Me fui entonces al baño y me desvestí, primero prendiendo el agua de la ducha. Me adentré en esta y sentí el calor del agua golpearme, casi dándome un escalofrío de placer.

Era lo más agradable, sentirse limpia después de una buena ducha... Siempre cuando haya tomado una toalla para después.

Cosa que yo no había hecho, con lo boba que soy. 

Por lo tanto, iba a tener que pedirle a JungKook que me pase una toalla. No sabía por qué, pero me parecía que la cosa no iba a ser tan fácil.

-- ¡Kookie! -- Grité desde el baño.

-- ¿Sí, beba? -- Atendió desde afuera.

-- ¿Me podrías pasar una toalla por favor? -- Solicité temblando del frío, pues había cortado el agua.

Escuché un bufido de la parte de JungKook.

-- ¿Crees que todo es gratis en la vida? No, pulga. -- Contestó.

Sí, era lo que pensaba, el conejo me haría pagar.

-- ¿Qué quieres de mí, Kook? -- Volví a preguntar, impacientándome.

-- Quiero... -- Empezó dudando. -- Los labios de mi primita sobre los míos. -- Finalizó satisfecho pasándome la toalla.

La recibí y me enrollé en ella, ya tenía lista mi jugada, sabía perfectamente qué decirle. Salí del baño, topándome con un JungKook sonriente.

-- ¿No crees que hubieras podido pedirme algo más? -- Cuestioné mirándolo, una ceja alzada. -- Que eso... Ya lo tenía planeado, conejo ingenuo. -- Afirmé tomando un mechón de mi cabello humedo.

En una décima de segundo, me encontraba casi aplastada entre Kook y la pared.

-- ¿Cómo me dijiste? -- Preguntó indignado mirándome de arriba.

Sí que se había vuelto intimidante, pero yo no era de esas que se dejan aterrorizar.

-- Conejo ingenuo. -- Respondí sin romper el contacto visual, intentando guardar la calma, aunque fuera difícil.

Jungkook alzó la extremidad derecha de su labio, formando una media sonrisa que se borró a los segundos.

-- Cosita, me parece que vas a tener que aprender a respetarme. -- Afirmó serio.

Sí, sí. Claro. No tenía las más mínimas intenciones de hacerlo.

-- O sino qué, ¿querido? -- Agregué juguetona.

Me encantaba provocar su lado malo, era tan entretenido y adictivo de alguna manera.

-- Tu primo te va dar tu merecido, bien duro y sin piedad. -- Contestó serio sin dudarlo un solo segundo.

Sonaba tan prohibido. ¡¿Cuándo pensé que esto iba a terminar así, cuándo?!

Me atreví a rozar sus labios sonriente, dejándolo sediento de los míos.

-- No sabes en lo que te estás metiendo Ji. -- Siguió, sin creer lo que le acababa de hacer.

-- Ya asumiré las consecuencias. -- Respondí pasando mi mano por su cuello.

Jungkook atacó mis labios al segundo, sin poder resistir más.

Estaba besando mi primo, era increíble. Nunca hubiera pensado que iba a terminar en toalla, besando a mi primo cuando llegué aquí.

Las manos de Kook agarraban muy fuerte mi cintura, se notaba que era un hombre fuerte. Me apegaba más y más a él, paseando sus manos de mi cuello a mi espalda baja.

Sentía tanta presión que me era difícil respirar un poco aunque sea. Su mano bajó un poco más, jugueteando entonces firmemente con mi trasero. No se quedó mucho ahi y siguió con sus toqueteos. Dejó una mano en mi pierna, su pulgar rozando mi intimidad por encima de la tela de lo que me cubría.

Kook levantó entonces mi pierna con seguridad, haciéndome quedar con esta en sus caderas. Podía apostar que se me veía todo ya que estaba en toalla.

Posó sus dos manos en mi trasero, dándole un golpecito y por lo tanto haciéndome entender que quería cargarme, llevarme en koala. Obedecí, saltando a sus caderas, pegando mi intimidad desnuda a su abdomen bajo.

Este volvió a dejarme contra la pared, bien aplastada contra él. Me sentía encarcelada entre su cuerpo y mi apoyo.

El beso se humedeció cuando Kook introdujo su lengua en mí. Jugaba con su fresca y juguetona lengua, ambos estábamos inspirados. Era un buen beso, uno de verdad, sobre todo por la adrenalina, esos nervios que sentía por estar haciendo algo prohibido, por estar besando mi primo.

El problema surgió cuando el beso iba a ensuciarse de verdad. La erección de Kook ya empezaba a hacerse muy notoria.

Se separó de mí, y me miró, nuestros rostros cerca, antes que me deje en el piso frente a mi armario.

-- Pulga, quiero hacerte gritar y aquí no se puede. -- Justificó refiriéndose a que estábamos en casa ocupada.

-- Pero... Me acuerdo de lo que dijiste ayer. -- Agregó, haciéndome acordarme de las preguntas indiscretas de ayer.

-- A partir de ahora, me llamas papi. -- Empezó serio. -- Y olvídate de tratar de dominar, que aquí, mandaré yo. -- Finalizó, mirándome de arriba.

En un segundo, me quitó la toalla, dejándome roja de la vergüenza.

-- ¡Kook! -- Me quejé avergonzada.

Este me giró bruscamente y aprovechó que para darme una firme nalgada.

-- ¿Cómo que Kook, hermosura? -- Regañó su amigo despierto pegado a mi trasero.

Su actitud se estaba poniendo realmente interesante, no podía creer que estábamos por cumplir nuestras fantasías entre primos.

-- ¿Qué me vas a hacer, "papi"? -- Pregunté burlona.

-- Te dejo con la curiosidad, pulga. Cuando estemos... A solas. -- Respondió alejándose y por lo tanto dejándome respirar.

Me vestí rápidamente con unos jeans y una camiseta corta simple, cubriendo mi desnudez.

Uff, intenso.





Gracias por leer ❤

Summer Love [ 𝗝𝗝𝗞¹⁸ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora