Serena y el Ángel-Pokémon

Cap 11: La ninja en el barco

Arco II: Escapando del infierno
Cap 5

Nunca me había costado tanto contener la emoción al despertarme. Fui a darme mi último baño como residente en Kalos. Los días que he hecho este recorrido me han enseñado mucho sobre la paciencia.

El desayuno del hotel era de lo mejor para despedir la gastronomía de la región, algo que a diferencia de la dictadura, sí extrañaré.

Absol me había hablado de la empresa exportadora. Me acerqué a la bodega al lado del puerto para preguntar por un tal Larry.

-Mira chica, ponte esto y ve al barco con tus maletas.
-¿Sabe quién soy?
-Tu estás a salvo con nuestra empresa.

Absol me había dicho que con las medidas que había tomado en mi casa, los retiros de dinero y el ataque de la soldado Flare, debería pasar desapercibida. La idea del señor del barco era hacerme pasar por una nueva trabajadora de la empresa, una que debía recibir su material en Kalos por un error logístico.

El uniforme era una camisa blanca, un overol azul y botas de hule del mismo color. También me dieron una gorra de color azul.

Me había cambiado. Fui a hablar con el señor del barco. Él me hizo el favor de guardarme la maleta y la mochila.

Tuvimos que esperar una hora a que todo el cargamento fuera puesto en el barco. Para evitar sospechas y hacer todo más creíble, me enseñaron a hacer esa clase de trabajos como si me estuvieran capacitando.

Ya listos para zarpar, di una última mirada a Témpera, una última mirada a Kalos.

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No se imaginan esa sensación. Cruzar el mar y alejarme de la costa a más de 100km era algo nuevo para mí. El viaje iba a durar dos días, así que tuve que irme a la cabina de los tripulantes, donde habían camarotes para nosotros. Ahí tuve un poco más de privacidad para escribir en la tabla H. Mientras terminaba, se aparecio Absol.

—Ya tengo a Ash preparado. Él va darme indicaciones de como llegar a Pueblo Paleta desde Ciudad Carmín.
—Absol, ya hablé con el capitán y me dijo que vamos a atracar en Isla Canela.
—Eso es mejor. Si parábamos en Carmín tendríamos que tomar otra larga ruta para llegar al hogar de Ash. Si paramos en Canela solo tomamos un ferry a Paleta y listo. Él me dijo que el ferry de Canela a Paleta es muy barato y rápido.
—Eso espero... ojalá no sean como los de Kalos.
—El problema es que no puedes cambiar mucho dinero allá.
—¿Cómo?
—El Pokedólar de allá tiene el mismo valor que el de Kalos, pero no puedes cambiar mucho porque podrían sospechar de que hay una persona de Kalos allá. Deberías cambiar solo para el trasporte.

Esos son temas aparte. Cuando terminé de escribir. Me fui a la cubierta de a ver que necesitaba hacer.

¡Nunca había visto un atardecer tan bello! Un crepúsculo en el mar, sin malas personas ni auras malignas.

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En la noche ya teníamos que dormir, aunque a mí me pidieron que fuera a patrullar de 2 a 5 de la madrugada. Intenté dormir lo mejor que pude. He de decir que el uniforme no era nada incómodo, ni siquiera era con distintivos de la empresa.

En la madrugada, cuando tuve que hacer rotación, me puse a hablar con la otra chica que estaba patrullando. Ella me explicó que nadie que trabaja en la empresa es de Kalos. Los que trabajaban en ese barco eran de Kanto, les pagaban con dinero de ahí. También me explicó que si seguía trabajando para la empresa durante unas 2 semanas me empezarían a dar un salario. Lo que más me llamó la atención fue una ley que decía:

Si una familia reconoce a una persona como pariente, este podrá adoptar la residencia de la región y tendrá todos sus derechos.

Ella me aclaró que primero tendría que pasar por unos procesos para determinar si quedo bajo la familia Ketchum y si se nos concede ese permiso, tendré una vida más fácil. Si tengo la residencia durante dos años, podré obtener la nacionalidad.

La noche no era aburrida, vigilar el cargamento me enseñó bastante sobre ese trabajo y todo lo que podré hacer en Kanto. Me estoy planteando seguir trabajando en la empresa, pero en otro puesto, así no tendré que volver a mi infierno natal.

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Al día siguiente no tenía nada extraordinario que hacer. Seguí hablando con esa chica. Su nombre es Misty. Ella me habló de que era líder de gimnasio en Ciudad Celeste, pero abandonó esa vida para dedicarse al mar. Ella ya había conocido varias regiones.

Como dije, el día no fue muy extraordinario.

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  A la mañana siguiente estaba viendo tierra, la Isla Canela, así que nada más tenía que esperar a desembarcar ahí.

Charlie, hoy vengo inspirado.
Por alguna razón, mi cuarentena se va a alargar y tendré que hacer más cosas virtuales del colegio, pero aún me queda tiempo para actualizar. Es bastante milagroso que escriba dos días seguidos.

842 palabras :v