Cap 12/ Llegada a Kanto

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Arco III: Un nuevo mundo
Cap. 1

Isla Canela es lo máximo. Había un puerto con capacidad para varios barcos, unas bellas vistas, un supermercado muy completo y una ciudad bastante bonita.

Misty me había pedido seguir trabajando, yo le conté la razón por la que no quería seguir trabajando en el barco a Kalos. Ella me recomendó otros puestos. Lo consideré bastante, pues era una buena fuente de ingresos y así podría aportar algo a mi nueva casa.

Entré al supermercado, era algo increíble. En la entrada, tenemos un cajero automático, una óptica, una farmacia y una librería. Y eso que aún no entraba al supermercado en sí. Primero, cambié mis billetes de Kalos a los de Kanto. El ferry costaba 5P$, pero decidí cambiar otros 500 por cualquier casualidad. Debo recalcar que la moneda de las dos regiones vale lo mismo.

Ya entrando al lugar me sorprendió lo baratos que son los productos. Una pequeña cantidad de cosas en Kalos te salía en 40 000 P$, pero aquí no te sale ni en 50 P$. Dentro del supermercado habían secciones de todo, carnes que no eran de pokémon, verduras, las frutas que en Kalos no podemos consumir, alimentos de despensa y hasta ropa. En un supermercado en Kalos, con suerte había comida, y acá puedes comprar hasta las llantas de un auto.

Preferí salir del lugar, me estaba sofocando de la emoción, pero compré una bebida gaseosa de sabor limón que nunca he visto. Vaya sorpresa, nunca he sentido un sabor tan dulce en la vida.

—Absol, creo que ya lo he visto todo.

—Será mejor que vayamos a Paleta. Ahí está la fila para el ferry. Saca el dinero.

Fui a hacer fila para comprar mi boleto. En vez de ser un cajero, eran unas máquinas raras. Yo metí el billete y salía el boleto. Por fortuna era fácil de usar.

Fui a hacer fila para el trasporte. No pasaron ni dos y ya estaba montada en un asiento muy cómodo, y en cuatro minutos ya estábamos en Pueblo Paleta.

—Ya llegamos a la parte continental de Kanto, debemos ir a una casa al norte.

La indicación de Absol era lo único que necesitaba.

—Podemos estar en paz ahora, aquí todos tienen a sus pokémon expuestos o en las pokébolas.

—¿Qué son esas cosas?

—Son dispositivos que se usan para la captura y transporte de pokémon.

Vaya revelaciones las del día de hoy. Absol fue corriendo hacia una casa, tocó la puerta y esperamos a que abriera.

—¡Ash Ketchum, la salvación de Serena!

—Hola Absol, hola Serena, pasen, pasen a su nuevo hogar.

Ya me dio miedo, pero bueno, confiaré en mi ángel.

La casa tenía una entrada pequeña, a la derecha estaba la sala y el comedor, a la izquierda estaba la escalera para las habitaciones y el baño.

Al querer ir a la sala me encontré con la Sra. Ketchum.

—Hola Serena. Yo soy Delia. Bienvenida a tu nuevo hogar. Ven, déjame mostrarte tu habitación.

Caminé un poco tímida por la casa. Era bastante más pequeña que la mía. Para que sepan, la mía tiene paredes rojas y esta las tiene color celeste. La cocina, comedor y salón se veían más pequeños. Era un contraste altísimo.

Mi habitación, igualmente pequeña, era bien iluminada, se nota que podría dormir bien.

—Ahora más tarde te llamo para que comas. Por ahora, desempaca y acomódate, ayer limpié el cuarto —me dijo Delia.

Me senté en la cama y abrí mi maleta.

—Absol —dije entre dientes.

—Dime.

—¿A dónde me metiste?

—En un hogar donde no corres riesgo de ser brutalmente asesinada.

—Yo creo que el riesgo se multiplica con esa señora.

—Son diferencias culturales. Aquí son más amables que el Kalos.

—Ojalá que no haya una inquisición ni ningún fenómeno raro.

¿Qué puedo esperar de Kanto?

641 palabras :v

Serena y el Ángel-PokémonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora