C-8- El príncipe

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La chica se frotó las manos en sus jeans como señal de nerviosismo. ¡¿En qué estaba pensando al hacerle caso a su amigo?!

«Dios estoy loca» pensó.

Por otro lado el chico daba vueltas por su cuarto, tirando y buscando una ropa apropiada —Según él— para la ocasión.

No cualquiera día conocía a la chica que soñaba, y bien, si lo pensaba mejor, jamás se lo imagino.

—¡Por dios Sebastián! —grito su amigo al ver el desorden —Amigo vas a ver a una chica no a los  Grammys —se burlo, al ver que en su mano tenía un saco brillante.

—¿Crees que exagero?— cuestionó con duda él colombiano pasando su vista por la ropa que agarraba.

Después de tantas combinaciones se decidió por algo sencillo pero decente —O al menos eso dijo su amigo—.

Ansioso tomo su celular y vio la hora 6:00 pm la hora que habían acordado.
Con los nervios a flor de piel observaba por la venta del auto, al llegar a aquel parque su corazón se agitó.

Paso su vista por aquel parque en busca de la chica del vestido azul, la vio y con una sonrisa se acercó a ella.

—Hola— Su sonrisa se amplió, al ver que la chica dió un brinco por el susto.

Cuando sus miradas se toparon no hubo palabras que pudieran describir aquel encuentro. Sus miradas hablaban por ellos.

—Hola—Susurro la chica, luego de unos minutos.

Y sin más el encuentro se hizo, se abrazaron como si el mundo se acabará al día siguiente y solo les quedaba minutos juntos.

Sólo eran ellos dos, las pocas personas que estaban allí sin querer estaban presenciando un encuentro de esos amores destinados.

—¡Dios! ¡No puedo creer que seas tú! —hablo la chica con entusiasmo apenas se separó. —¡Y me abrazaste! Por dios ¿Dime qué no es un sueño? —Pidió con lágrimas en los ojos.

—No, bella, no es un sueño. —Dijo en un tono cariñoso mientras le limpiaba las lágrimas de sus ojos. —No llores sólo soy yo.

—Por eso— respondió— Eres Sebastián Yatra, el amor de vida y el muchas —bromeo.

El colombiano soltó una carcajada y el corazón de la chica latió sin control.

Ella fue la causante de la risa de él, ese era un momento tan perfecto.

—Bueno, es un alivio saber eso.— Siguió el chico la broma aún con una sonrisa.

—Eres como un príncipe— Susurró la chica mirándolo a los ojos.

—Estoy lejos de serlo. Pero aceptaré serlo siempre y cuando tú seas mi Cenicienta.

La chica negó.

—¿Que? ¿Por qué no?— pregunto con confusión.

—Por que tú eres Sebastián Yatra y yo una chica normal. —afirmo soltando el agarre del chico.

—Tu eres la chica que robó mi corazón en una noche  ¿Como dejarte ir solo por no ser famosa?.

La chica volvió a negar. ¿A caso no la veía? ¿No veía como estaba vestida?.
Era claro que quien los viera juntos sabría que no podían conjeniar.

—Esto es un error—murmuro para si misma, pero el chico la escucho.

—¡No! No es un error. ¿A caso no te das cuenta? Pase días buscándote y al fin te encuentro, no voy a dejarte ir —afirmó volviendo a tomar las manos de la chica.

Que hasta ese momento las palabras del chico habían tocado una fibra sensible de su corazón. ¿Era cierto lo que decía?  ¿Como alguien como él podía enamorarse de alguien como ella?.

—Yo...

—Shh— la calló— Siente— dijo mientras tomaba sus manos entrelazadas y las llevaba a su pecho, el lugar exacto donde estaba el corazón.

El pulso de la chica se alteró al notar que los latidos del corazón del chico era rápidos... Justo como los de ella.

»—En el corazón no manda las clases sociales, por qué cuando esto late así—Señalo— nada lo puede impedir. Y lo repito, no te voy a dejar ir. Y si tengo que luchar y persistir lo haré por qué se trata de ti.—Concluyo.

—Sebastián... Pero, no me conocés— insistió la chica.

¿Por qué dudaba tanto?

—Pero lo siento. ¿Tu no lo sientes?.

¿Como decirle que su corazón latía de la misma manera que la de él?. Las palabras no le salían. Así que solo asintió.

—Bien, por qué no me pienso ir.— dijo y la envolvió en un abrazo.

La chica no se contuvo más y rompió a llorar. ¿Existía un hombre más perfecto que él? Estaba segura que no.
Y es que cuando lo abrazaba su mundo que detenía y se imagina feliz a su lado... En sus brazos la vida era más fácil.

—¿Funcionará?

—Haremos que funcione.

En esas simples palabras se escondía una promesa, una promesa que los dos estaban dispuestos a cumplir.

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Disculpen por la tardanza... Pero tendía un gran bloqueo mental. Y bueno esto es lo que salió. ¡Espero les haya gustado! A mí me encanto... (Estoy escribiendo a media noche donde llega la inspiración ahre 😂).

Por cierto... ¡Bienvenidos a la recta final de, Sebas y Ella!

Unos capítulos más y el epílogo. U_u

Sebas y Ella || Sebastian Yatra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora