Capítulo 12: Casa de los papas

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El despertador sonó a las 8 nos levantamos y emprendimos nuestro viaje de 3 horas hasta la casa de mis padres. Escuchamos música, cante durante la mayoría del viaje, Aron solo se reía y me seguía el juego en uno que otra parte la canción, esa era nuestras dinámicas en los viajes, había decidido no decirles nada a mis papás todavía sobre nuestra relación. Aron estuvo de acuerdo, cuando llegamos a la casa nos bajamos, utilice mis llaves e ingresamos, no le había avisado a mis padres que venía, así que cuando llegue a la cocina y vía a mi madre se sorprendió, pero después me abrazo.

— Cassandra mi niña, ¿por qué no dijiste que venías?

— Lo siento mamá, pero se me olvido.

— Bueno, no importa, lo que importa es que estés aquí— mi mamá me soltó y fue a saludar a Aron.

— Hola Aron pequeño – madre lo saludo con un efusivo abrazo y él le correspondió el abrazo, ellos se llevaban también, para Aron mi mamá era la madre cariñosa y tierna que él nunca tuvo porque su madre era un poco rígida y controladora.

— Princesa, estás aquí— mi papá me saludo con un abrazo.

— Hola papi.

— Hola Aron muchacho, ¿cómo estás?, ¿cómo sigue ese brazo?— mi padre estrecho la mano de Aron.

— Bien, la recuperación va muy bien ya esta semana que viene empiezo los entrenamientos habituales y el sábado vuelvo a tener mi primer juego después de la lesión.

— Qué bueno eso a ver si mi princesa por fin vuelve a casa.

— Papá, por favor no empieces.

— Ya princesa, yo solo decía.

— Bueno, ya Raúl deja a la niña en paz, más bien ayuda a que se acomoden mientras yo agrego más comida.

Yo me acomodé en mi habitación y Aron en la de invitados, después de acomodarnos bajamos y almorzarnos, pasando un momento agradable entre risas y bromas, para pasar el rato vimos una película y jugamos parques y póker, cuando ya eran las 9 nos fuimos a dormir yo me puse a ver mi teléfono cuando ya eras las 11 Aron entro a mi habitación.

— ¿Qué haces aquí?— Aron se acerca a mi cama.

— A darte el beso de buenas noches— yo le sonríe y Aron se posicionó encima de mí, y nos empezamos a besar cuando el beso fue incrementando la intensidad detuve a Aron.

— Aron amor, me encantaría estar contigo esta noche, pero estamos en casa de mis padres y nos pueden pillar.

— Vamos Cassi un poco de riesgo hace más interesantes las cosas— Aron volvió a besarme.

— Aron por favor, yo nunca lo he hecho mientras mis padres están al lado, me da miedo que nos pillen.

— Cassi cariño, somos adultos, tus padres ya deban saber que no eres virgen.

— Lose, pero igual nunca me han visto en ese contexto, además la cama golpea siempre la pared y tú sabes que soy muy ruidosa

— Ven cariño— Aron tomo mi mano y me arrastro, se ubicó en el suelo contra la pared y me hizo acomodarme ahorcajas sobre él.

— Mucho mejor— me miro a los ojos y me sonrió, yo lo besé. Era adorable conmigo y mis miedos, siempre había sido así, yo me estresaba y él me calmaba.

— Lo ruidosa si depende de ti cariño, pero si quieres puedes morderme— yo me reí y empezamos a besarnos, me quito la blusa y empezó a besarme mis senos y tuve que morderme los labios para reprimir mis gemidos, cuando los besos incrementaron, Aron me puse de pie y me quite mi pantaloneta junto con mis bragas, Aron se deshizo sé su pantaloneta y bóxer y se volvió a posicionar en su sitio se puso el condón y me posicione encima de él, agarre su polla y la posicione en mi entrada baje lentamente sobre ella.

— Eres mi perdición.

— Y tú la mía Aron - empecé a subir y bajar sobre la polla de Aron mientras él dirigía los movimientos con sus manos en mis caderas para acallar mis gemidos, Aron me besaba y cuando el clímax se aproximó a mí mordí a Aron el hombro.

— Eres increíble cariño— me dijo Aron mientras me daba besos en la boca.

— Tú no estás mal niño lindo – Aron se rio.

— No puedo creer que recuerdes eso.

— Te decía así cuando nos conocimos. Me parecías el niño más lindo de todos— me reí.

— Y tú, la niña más peleona y linda de todas— presiono su mano en mi cadera.

Nos besamos y nos separamos, yo me puse de pie y me fui a acostar en la cama, Aron se quitó el condón y lo puso sobre la mesa, después se dirigió hasta la cama, como esta era pequeña, nos acostamos de lado pegado el uno contra el otro.

Cuando desperté Aron no estaba en mi cuarto me vestí con mi ropa y me fui directo al baño, cuando bajé mi mamá estaban en la cocina.

— Hola mi niña, ¿cómo dormiste?

— Bien mamá, ¿y dónde está mi papá?

— Fue a comprar unas cosas para la parrillada de hoy.

Desayunamos y ayudé a mi mamá con los preparativos de almuerzo, Aron se despertó como a las 11 y se dispuso a ayudar a mi papá asando la carne.

— ¿No vas a ir a visitar a tus padres muchacho?

— No, señor, ellos están en un crucero.

— Ya veo.

El resto del almuerzo paso de forma agradable, en la tarde salimos a dar vueltas y a comer un helado.

— Nos regalas una foto – dijeron un par de muchachos.

— Por supuesto – les respondió Aron mientras me pedían que les tomara la foto.

Después se fueron y Aron y yo seguimos nuestro paseo.

— Aron hombre qué alegría verte – dijo Landon un compañero de secundaria, mientras le daba un abrazo amistoso a Aron.

— Cassandra estás hermosa, veo que siguen siendo amigos – dijo mientras me saludaba.

Ninguno de los dos dijo nada así, que después de despedirnos de éL. Continuamos con nuestro paseo, hasta que terminamos comiendo en un restaurante de comida rápida y después volvimos a casa, mis padres estaban viendo la televisión, así que los acompañe un rato, mientras Aron iba a hablar por teléfono unas cosas de su equipo.

Esa noche Aron volvió a llegar a mi cuarto, esta vez lo estaba esperando, así que cuando él entró en mi cuarto yo estaba sin ropa esperándolo acostada sobre mi cama.

— Joder cariño, tu sí que sabe cómo dejar a un hombre sin aliento— yo me acomode sentada y abrí mis piernas mostrándole mi coño y llame a Aron con la mano, él se quitó su ropa y vino hacia mí, cuando llego tomo mi mano y me puso de pie, me arrastro hacia mi escritorio y se posicionó en mi espalda.

— Sientes, lo duro que estoy por ti cariño— Aron restregaba su polla en medio de mis nalgas.

— Sí – dije entre jadeos, Aron se retiró por un momento, me entrego una almohada, se puso el condón y se volvió a posicionar en mi espalda

— Necesito cariño que pongas tu cara sobre el escritorio, la almohada es para que reprimas tus gritos

Yo solo asentí con mi cabeza y después sentí como Aron entro en mí de una sola estocada, empezó su bombeo, mientras masajeaba mis tetas, su ritmo aumento y después sentí como posicionaba un dedo en medio de mis piernas para ayudar a estimular mi punto, después de un rato yo llegué a mi orgasmo y Aron siguió bombeando dentro de mí hasta que sentí su liberación, después se acostó en mi espalda. Recuperamos nuestro aliento y después Aron se fue a su cuarto porque salíamos en unas horas de viaje.

Me despedí de mis padres prometiéndoles volver pronto y después Aron y yo volvimos, organizando el nuevo cronograma que consistía en que mis terapias se llevarían a cabo en las mañanas tempranas antes de que Aron se fuera a sus prácticas. 

Una jugada astutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora