◦ ❖ ◦ ❁ Dos Semanas después ❁ ◦ ❖ ◦
Aparentemente, Dimitri todavía no había terminado con su peluche de Algodón, cuando su Omega tuvo que rogarle por un pequeño respiro.
— U-Un momento. — Jadeó, todavía sintiendo su coño contraerse sensible, alrededor de su grueso nudo, por los dos últimos orgasmos que le había arrebatado.
— Sólo necesito descansar un poco. — Su Alpha gruñó, pero accedió, arrastrando su cuerpo laxo, completamente complacido, acostándola sobre su brazo de costado, con su nudo todavía hinchado y pulsando en su interior.
Holly soltó un suspiro tembloroso, todavía jadeando por el esfuerzo. No había estado preparada para eso, no estaba preparada para la fuerza total de su deseo y necesidad. Pero le había encantado cada momento. Su semilla se iba a filtrar fuera de entre sus piernas cuando su Alpha sacará el nudo. No sabía cuántas veces se corrió dentro, pero la evidencia estaba en todas las sábanas en el pequeño nido que su Omega había formado.
Tendrían que lavarse bien, pero ella ya estaba demasiado cansada para preocuparse en ese momento. Al parecer, su Alpha había estado conteniéndose, algo le decía que aún lo hacía. Y sabía que ella estaría doblemente dolorida todo el día. No solo del trabajo en el campo, sino de la maratón de apareamiento que su Alpha había querido seguir dulcemente.
— ¿Te lastimé? — Preguntó finalmente, con voz gutural y áspera, pero tranquila como si no hubiera estado ejerciendo tanta fuerza sobre su Omega minutos antes.
— No. — Le susurró, mirándolo. — No lo hiciste. Me siento bien. — Afirmó con una pequeña sonrisita escapándose de sus dulces labios.
Los labios de Dmitry se contrajeron ante esa palabra, su frente se arqueaba como si preguntará "¿Sólo la hizo sentirse bien? ¿Tenía que poner más empeño para hacerla sentirse maravillosa y que no pudiera hablar? "
— Y-Yo de verdad estoy más que bien. — Interrumpió su Omega antes de que su Alpha tomará cartas en el asunto. Toda la tensión abandonó el cuerpo del Alpha en ese momento, dejándolo relajado y a gusto.
— Me doy por satisfecho entonces. — Rió besando su frente.
Joder había soñado toda su vida con esa perfección, ahora sólo faltaba ayudar a su manada, e irse al otro lado del mundo si era necesario para darle una vida a su Omega que ella mereciera, iba a darle lo mejor. Y no tenía duda de eso.
— Yo también. — Murmuró ella suavemente, sonriendo con cariño a su Alpha.
— Hoy haremos una expedición, necesitamos suministros, y yo haré una exploración de reconocimiento. —
— ¿Los primeros pasos para hacer un trato con Ozloh? -
— Algo así. — Él sólo sabía que muchos de Ozloh iban a morir, y estaba bien con eso, eran ellos o su linda Omega, y la escogería mil millones de veces sobre todos los demás. — Lo que te iba a decir es que quiero que prestes atención. — Ella asintió volteando verlo realmente curiosa, con sus grandes ojos marrones atentos a su Alpha.
— ¿Si? —
— Cuando yo no esté en la manada, no quiero que salgas. Quiero que te quedes aquí. Encontraré la manera de cerrar esto tan bien que nadie va a poder entrar si tú no abres. — Ella frunció el ceño a punto de hablar, pero su Alpha siguió.
— No es por ser sobreprotector, ni nada parecido, será por tu seguridad, si Ozloh se entera de una Omega la pedirán a cambio. — Ella tragó fuerte, pero asintió. — Y no abrirás a nadie. ¿Listo? Es una orden. — Dmitry uso su voz de Alpha con ella, por primera vez.
ESTÁS LEYENDO
Eres Tú, peluche de algodón. ©
Hombres LoboHolland era muy diferente al resto de su manada. Todas las personas en su manada la conocían, ella ignoraba que era la misma razón por la que nadie que quería salir con ella, aunque su especie fuera muy tentadora, al ser una preciosa Omega, todos s...