— ¿Entonces quieres que quite su nombre? — La Omega asentía mientras hablaba con Cameron.
Sabía que la última familia de sangre que le quedaba a su Alpha era su prima, y no quería que él después se viera con la decisión de tomar represalias por su traición.
— Dame una sola razón válida para considerarlo. — El reptil trabajaba en un ordenador de la casa.
Ahora que las cosas aún no había tomado su lugar, la mansión del antiguo Alpha estaba siendo ocupada para reordenar a Ozloh, por todos los de la rebelión.
— Porque ayudé con tu venganza. — Le reclamó la pequeña Omega, sin saber que hacer para que Cameron entrará en razón.
El reptil suspiró entrecerrando sus ojos, era de los pocos que soportaba el encanto de la Omega sin desearla, le agradaba su aroma naturalmente dulce, pero aunque ella fuera un "Lazo" que hablaba con la Luna, no dejaba de ser ingenua en ocasiones.
— Entonces yo también le negaría a tu Alpha su derecho a tomar venganza de las personas que tuvieron que ver con tu secuestro. — Ella tragó fuerte, la seriedad en sus palabras la hacían creer que en serio iba a darle la lista de todos los que habían participado. Incluyéndose.
— Podemos quitar tu nombre, no le diré a mi Alpha, lo prometo. Me llevaré el secreto a la tumba. — Prometió, y aunque la oferta era tentadora, el de sangre fría no tenía intenciones de mentir. No estaba en su sistema.
— Sabes que entre la Luna y la tierra no hay nada que se esconda. — Él fue claro, y ella suspiró cuando el Reptil siguió haciendo el informe que el Alpha había pedido.
— Cameron prometo que no... — La puerta abriéndose de par en par la sobresaltó, su Alpha estaba ahí viéndolos con los ojos entrecerrados cruzado sus ojos sobre su pecho, casi esperando una explicación.
— Sólo le preguntaba a Cameron si podríamos salir a conseguir algo de ropa. — Decía ella con sus mejillas sonrojadas, no quería a su Alpha molesto. Además ya sabía de su costumbre de golpear a los Alphas que lo molestaban.
— ¿Porque no me preguntaste a mi? — Preguntó Dmitry dando pasos lentos hacía ella.
— Estabas un poco ocupado, pero si tienes tiempo... Podemos ir. — Ella volvió a sonreírle a su Alpha, depositó un beso en su hombro porque cuando estaba completamente erguido ni siquiera saltando alcanzaba su rostro.
— ¿Segura? — Dmitry sabía perfectamente que su Omega mentía, que ocultaba algo, y él lo sabría tarde o temprano.
— Si... Vamos. — Decía jalandolo del brazo. Su Alpha asintió finalmente, complaciendola y saliendo de la habitación.
No sin antes darle una mirada de advertencia a la lagartija, que casi se había visto en la necesidad de decirle al Alpha la verdad en ese momento, porque él aterraba un poco cuando algo tenía que ver con la conejita.
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— Gracias por esto. Lo necesitaba. — Admitía la Omega caminando de la mano con su Alpha a la mansión otra vez, mientras ambos comían un helado.
— Lo que sea por ti. — Ella sonrió, su entorno no era lo más bonito, todo olía a quemado, a gas, todavía habían rastros de sangre en el suelo, y todo aún parecía un caos.
— Gracias por ayudar a Haven también. — Ella se sentía agradecida con su Alpha.
Sabía que a él poco le importaban las manadas, lo único que había hecho era complacer uno de sus pequeños caprichos, como un efecto mariposa, algo que le había pedido en su Alpha con toda la ingenuidad del mundo, lo habían llevado a hacer arder a Ozloh.
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Eres Tú, peluche de algodón. ©
Loup-garouHolland era muy diferente al resto de su manada. Todas las personas en su manada la conocían, ella ignoraba que era la misma razón por la que nadie que quería salir con ella, aunque su especie fuera muy tentadora, al ser una preciosa Omega, todos s...