54. No lo sabía.

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El Spoiler ha sido Eliminado.

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La Omega seguía entretenida con las plantas, sus manos sabían perfectamente que hacer para reparar el daño a las pequeñas que le darían un poco más de vida a ese enorme lugar. 

— ¿Señorita? —

— ¿Si? — Ella volteó a las dos Betas que siempre se hacían cargo de ella.

— ¿Necesita más ayuda? — Ambas parecían listas para ayudarle a terminar pronto.

— Oh Claro. — La Omega las encantó con su linda sonrisa. — Por favor continúen allá. Y tú por allá. — Les indicó, a lo que ellas siguieron sus órdenes.

Holly apenas les decía que hacer con amabilidad. Y comenzó a hablar sobre cuidado de las plantas casi que por los codos. 

— Y entonces por eso cuidamos de ellas. — Admitió ella recordando la primera vez que había leído sobre las plantas en un libro básico de Botánica. — Porque también son seres vivos que pueden sufrir de enfermedades sólo que ellas no pueden levantarse y correr. — Sonrió la linda Omega.

— Pero si sufren ya sea por alguna plaga, insectos, bacterias. Nosotros sólo ayudamos a que ellas se sientan más cómodas, y nos alegren con un poco de su belleza. —

Los Betas desertores que le escuchaban ya estaban hechizados por la linda Omega. Era una diosa, su amabilidad era sólo una extensión más de lo hermosa persona que era.  

— L-Luna. — La Omega frunció su ceño y volteó a ver a la chica que la llamaba así.

— ¿Mmm? —

— ¿Podemos llamarla así? — Preguntó una Beta entusiasmada.

— Queremos servirle para que ayude a nuestra manada y... — La Omega tenía las mejillas rosadas otra vez por la vergüenza.

— Pensé que tendrían a alguien más en mente. — Comentó despreocupada.

— Así era, pero creo que sería lo mejor si usted es nuestra Luna. -

— Soy Holly. — Respondió ella. Todavía sin saber cómo reaccionar al respeto que querían ofrecerle tan devotamente. — Puedes llamarme así, pero no quiero ilusionar a nadie. Todavía no sabemos quién dirigirá la manada después, pero prometo que intentaré que sea alguien que lo merezca. — 

Las Betas se vieron desilusionadas. De verdad deseaban a una Omega como Luna sobre todo una qué hablaba directamente con la Diosa suprema.

— ¿Qué hacemos? — Ella frunció el ceño al ver que muchos Betas desertores se aproximaron a ella con shock en sus ojos, estaban asustados. — Vince viene y al parecer unas personas de Haven se le han unido. — Ella tragó fuerte sin entender muy bien lo que eso quería decir.

— ¿Y qué quiere? —

— Él demanda verla señorita. — Ella asintió, sin entender bien lo que sucedía. — ¿En donde está? —

— ¿No cree que es raro que quiera verla cuando algunos de Haven se le han unido? — Ella se encogió de hombros no le entendía.

— Seguramente quiere hablar conmigo porque a Dmitry se le ha metido eso de querer cazarlos. — Ella se quedó un momento en silencio. — Déjenlo pasar, pero sólo a él. — Pidió. Los Betas y Alphas de la antigua Ozloh se vieron entre sí y asintieron siguiendo sus órdenes.

Eres Tú, peluche de algodón. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora