La Taquería De Don Dio

2.- Oxxo Vs Seven

Estaba Joseph trabajando en el Seven Eleven como cualquier día de su pobre vida, en realidad estaba cotorreando con su compa/hermano Josué.

Ambos trabajan en el seven desde que su jefa los aventó fuera de la casa por vagos y marihuanos así que desde entonces deben pagar renta en una vecindad bien culera, tragar tacos todos los días y se cambiaron de una prepa privada al pinche Conalep, bueno nomás el Josué porque José va a la más patito, esas que sueltas dos mil varos y te dan tu certificado, solo que no tienen dos mil varos y en realidad tienen nombres bien mamones, uno es Joseph Joestar y el otro Josuke, porque su mamá es una pinche vieja naca que le pone nombres mamones a sus hijos prietos.

—. Entonces el Rohan ya no quiso que fuéramos novios porque le doy vergüenza.- Decía el Josuke con su carita triste.

*El muchacho de los ojos tristes intensifies*

—. Ya te dije que ese wey nomás te busca en la quincena ya dejalo ir, mira te presento a algún compa del Caesar.- Ah, si, a José le gusta un italiano bien precioso que va a comprar cigarros y coca cola Light, de esa que sabe bien culera.

Simplemente le gustó el güerito pero el muy hijo de su perra madre es bien mamón y no lo pela porque no es rico como su krnal Jonathan, bueno, rico si está pero no tiene dinero.

—. Chingado no nos pelan por pobres karnal.- Dijo el Josué llorando por su Rohan, un vato mamón del Conalep que nomás lo hace sufrir.

En eso estaban en plena lloradera cuando de pronto por arte de magia justo enfrente abrieron un Oxxo, desde lejos podía ver al pinche estúpido de "Kars" con su uniforme culero atendiendo.

Ese vato le caía mal desde que entré otros dos se madrearon al Italiano por decirle travesti al pelos morados.

—. Chingado el Kars atiende el Oxxo de enfrente junto con el Manotas de Kira.- Dijo Joseph y Josuke levanto la cara del mostrador cuando vio al Rohan coqueteando con el Manotas.

—. ¡Me lleva la chingada, a los del Oxxo les pagan más! - Dijo Josuke mientras lloraba de nuevo y se le salían los mocos.

Así se la pasaron el día hasta que llegó el Italiano por su coca cola Light (de la que sabe culera) y unas chips.

—. Hola precioso.- Dijo Joseph con voz seductora.

El güero ni se inmutó.

—. Wey el Kars está trabajando enfrente, altas ganas de partirle la madre.- Dijo Caesar mientras hacía la seña de "CHTM" hacia enfrente.

—. No me digas wey porque es del navo que tu futura esposa te diga así.- Dijo Joseph. —. Oye y ¿No andabas buscando trabajo?

Ahora que se acordaba el italiano le había dicho que ya no traía raya y ocupaba jale, pero en el seven nuNCA hay jale.

—. Simón, al rato voy a ir a una taquería que está aquí a la vuelta a qué me den trabajo de mesero.

Se quedaron platicando un rato mientras el Josuke atendía a la gente y en eso llegó su carnal mayor, Jonathan. Un wey bien mamado y hermoso con complejo de niño de papi (porque eran hijos de diferente jefa todos)

—. Hola carnal ¿Cómo te va? - Pregunto Jonathan mientras se formaba con Josuke para comprar unos Dorilocos.

—. De la verga, gracias por preguntar hermano.- Dijo Josuke recordando su corazón roto.

—. Pues me va.- Dijo Joseph despidiéndose de Caesar porque se le hacía tarde para "la entrevista" en la taquería del Vampiro Metrosexual.

Ya una vez que se fue toda la gente el Jonathan saco un papel donde tenía el número del taquero guapo que lo había despachado el día de ayer cuando llegaba de la obra, porque Jonathan es el arquitecto.

—. ¡No mames carnal el wey de la taquería te dió el número! - Grito Josuke todo sorprendido, el alguna vez tuvo un crush con ese vato pero como es más grande que el no le hizo caso.

Así es de miserable la vida amorosa de Josuke alias "Josué"

—. Chale mi carnal le gusta al pendejo ese.- Dijo Joseph mientras desinfectada su barra por el miedo al Coronavirus.

El Jonathan si traía ilusión por haber recibido el número de un muchacho tan guapo (a pesar de ser el número de la taquería), andaba tan feliz que para cuando acordó la Erina ya lo había mandado a la verga por joto.

En eso estaban los carnales platicando de sus amores cuándo un wey encapuchado llegó a rallarles el vidrio y salieron a darle una putiza, pero el vato ya había corrido.

En letras rojas bien culeras decía:

"El Otzo ez megor putos"

Y como Joseph y Josuke nomás saben huevear pues no las quitaron porque les valía verga.