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«Crear contigo el amor y hacer contigo la vida».
—Anna Bahena.

Paula

Al día siguiente, decidimos visitar a Isabella para ver cómo está. Mamá nos recibe con una amplia sonrisa y se aparta para que entremos. Solo se encuentran ellas dos. Supongo que Alex estará por ahí con Nat.

—Isabella —esta corre a mis brazos nada más verme, sorprendiéndome —¿Cómo sigues?

—Bueno... aún no me creo que me haya ido —responde antes de separarse —Pero estoy un poco más tranquila, tu madre es encantadora y me ha tratado fenomenal.

—Es lo mínimo que mereces —pronuncio, esbozando una pequeña sonrisa —Por fin todo ese infierno se acabó.

—No sé, tengo miedo de que quiera vengarse... —musita. Inmediatamente niego con la cabeza.

—Eso no pasará, ganarás el juicio y se quedará en la cárcel por muchos años —aseguro, agarrando la mano de mi amor —Él es Iván —se lo presento —Mi novio.

—Encantado —dice dándole dos besos en la mejilla.

—Igualmente —contesta, mirándome
—Eres muy afortunado. Probablemente seguiría allí si no hubiese sido por ella.

—Lo sé, es una de las razones por la que la admiro —me atrae hacia él, causando que me ruborice. Isabella nos observa con una sonrisa triste —Y a ti también, Isabella, fuiste muy valiente al denunciarlo. No cualquiera se atreve a tomar esa decisión.

—Gracias —responde tímida.

—¿Queréis un café? —interfiere mamá, y asentimos.

Mientras charlamos, no me pasa desapercibido el atisbo de preocupación en el rostro de Isabella.

—¿Qué ocurre? —me atrevo a preguntar.

—Nada, es que... hace poco perdí mi trabajo —comenta apenada —Y no tengo cómo agradeceros.

—Por Dios, hija, no hay problema, no tienes que pagarme nada —menciona mamá —Lo hago con mucho gusto.

—Pero no quiero abusar, señora, buscaré empleo —dice convencida. De repente, una idea me viene a la mente.

—Yo trabajé en una tienda de ropa, si quieres puedo recomendarte con la jefa.

Sus ojos se abren de par en par.

—¿En serio harías eso por mí?

—Por supuesto —sonrío. Además de ganar un dinero, también le vendrá bien para despejarse y mantenerse ocupada.

—Muchísimas gracias, de verdad.

Hago un ademán restándole importancia, e Iván me regala una sonrisa llena de satisfacción.

—Oye, cariño... ¿no tienes familia? —pregunta mamá con curiosidad. Ella juega con sus manos.

—Sí, pero... —su voz se quiebra —A mis padres no les gustaba mi novio desde un principio y no me perdonaron que me fuera a vivir con él —hace una pausa —Tenía una amiga pero me vi obligada a alejarme de ella. Mi novio me impedía verla.

—¿Y no te gustaría volver a buscarlos? —trato de animarla.

—Es que... me siento muy avergonzada con ellos. Tenían razón y yo no supe verlo. Estaba ciega.

—Son tus padres, estoy segura de que os renconciliaréis —murmuro, terminando mi café —Pero si no te sientes preparada aún, puedes empezar por tu amiga. Le alegrará saber de ti.

—Lo pensaré —asiente.

Poco después, decidimos que es hora irnos y nos despedimos de ellas, prometiéndoles que volveremos pronto.

—¿Te apetece ir a algún lado antes de volver a casa? —inquiere Iván, y pienso por unos segundos.

—¿Al centro comercial? —sugiero —Hace mucho que no vamos.

—Me parece bien —agarra mi mano mientras caminamos hacia el coche.

Luego de pasear por un largo tiempo y mirar casi todas las tiendas, incluidas las de bebés, nos da hambre y pedimos un gran helado de vainilla para cada uno. Una vez que acabamos, Iván me ayuda a meter las bolsas en el maletero y subimos al coche.

Cuando estamos saliendo del aparcamiento, nos sobresaltamos al escuchar un fuerte disparo en la parte de atrás. Mi corazón se salta un latido, y miro a Iván aterrorizada.

—¿Qué carajos ha sido eso? —murmuro completamente desconcertada.

—Maldita sea, tenías razón —dice Iván, nervioso —Alguien nos está vigilando, y eso solo ha sido un aviso.

Toco mi vientre, asustada.

—Tengo miedo por el bebé.

Él coloca su mano sobre la mía.

—Juro que no os pasará nada, bonita —promete —Antes me muero yo.



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¿Quién creéis que está acechándoles? 😨

Intentare actualizar más seguido ❤❤

Por siempre, tú © #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora