Atsushi quien había estado recibiendo cartas sin un remitente ni un destinatario. Cada mañana llegaba una carta nueva trato de no abrirlas pero al ser regañado por su jefe ya que al recibir este tipo de cartas que solo ocupaban espacio decidió leerlas con el fin de saber para quién estaban destinadas o quien las habría escrito.
En total eran unas veinte sobres de color rojo,cuyo contenido básicamente eran muy similares.
Algunas de estas:
Tus ojos hermosos que deslumbran, esa sonrisa que ilumina mis días eso y más deseo decirte de frente.
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Confío en que tu curiosidad casi felina te guíe hasta a mi, si no es el caso por favor que Dios me paciencia y te ayude a encontrarme
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No me atrevo a declararte mi amor, temo a que te sientas en la mira de todos,después de todo sería un amor prohibido
Puedo soportar los rumores pero no quiero que te ensucien en un escándalo
Cortas, pero cada una de ellas dejaba muy en claro que quien fuera que escribía eso estaba fuertemente enamorado,quien quiera que fuera la persona a la que se dirigía era afortunada.
-Si tan solo yo tuviera, algo asi..- soltando un poco de aire.-desearía que alguien me amara con esa intensidad
Hasta cierto punto tenía un poco de celos, en algún lugar del pueblo alguien vivía todo un drama amoroso, amor...una palabra que conocía el significado pero que no ha sentido en carne propia lo que los amantes sienten cada vez que la dicen.
-¿sigues aquí Atsushi?- era Kunikida que entraba con todo un saco lleno de cartas - trabaja, no andes flojeando aquí.
-Si - salio corriendo como el viento, no quería que Kunikida lo viera un poco sonrojado debido a declaraciones amorosas ajenas.
Mantuvo su mente ocupada con el trabajo, pronto terminaría su jornada.
-¡Atsushi!
-Kyoka, ¿que pasa?-saludo con una sonrisa a su pequeña amiga.
-veras, este es un paquete para el doctor pero ya está por oscurecer y su casa está cerca del bosque y...-desviando un poco su mirada.
-Entiendo, no te preocupes ire yo, paqueteria tambien es mi área.
-¡Gracias!
Si que era un camino un tanto largo del pueblo a la casa del doctor, cuando llego a su puerta ya había anochecido. Toco la puerta y esperó.
Enseguida se abrió la puerta, pero no fue el doctor quien lo hizo.
-Oh eres tu, nos vimos hace poco ¿recuerdas?
-Si, lo siento, antes no me presente. Mi nombre es Atsushi soy el cartero y hoy tengo un paquete para el doctor.
-Yo lo puedo recibir, -con una sonrisa que parecía totalmente inocente -el esta algo indispuesto estos momentos.
-entonces lo dejo en tus manos.- entregandole el paquete.
-¡gracias!
El trayecto de regreso a la oficina de correo también fue largo, cuando llegó la puerta estaba cerrada con un letrero.Aquí respetamos los horarios de trabajo..
Atsushi resignado a regresar a casa sin la paga del día, metió sus manos a sus bolsillos y caminó hacia casa, pero algo andaba mal, no tenia ningún trozo de metal dentro. Corrió de regreso a la oficina, miro a través de una ventana y ahí estaban, junto a la campanilla de atención a clientes, sus llaves.
si rompía la ventana Kunikida seguro lo regañaría y el salario de dos días apenas alcanzaría para pagar los vidrios, vidrios casi hechos especialmente para la oficina de correos.
No le quedó de otra que pasar la noche junto a una pequeña bodega,junto a la oficina. A mitad de la noche escucho pisadas y a alguien toser, eso fue lo que lo despertó. a través de un hueco de la vieja bodega pudo ver a un cliente.
Estaba apunto de salir a decir que aun no había servicio, cuando vio a un chico dejar una carta, un sobre de color rojo.
-Es él.
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Holi,
gracias por leer y espero seguir actualizando más seguido, he estado atrapada viendo series.
¡cuídense!
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LUNA LLENA [FIC BSD]
FanfictionEn un pueblo lejano empiezan a ocurrir cosas misteriosas.