Thank U | seongjoong

Kim Hongjoong

Era otro día más en la universidad.

Llegó tranquilo a su aula, saludando alegremente a Wooyoung junto a Mingi. Habían pasado muchas cosas últimamente, pero no quería preocupar a sus amigos acerca de sus problemas.

Se sentó al lado de los chicos, en donde Mingi comenzó la conversación.

—Yo aún creo que no merezco estar junto a ustedes, le causé muchos problemas a Hongjoong y casi tiro la libreta de Wooyoung en la fuente del patio, soy un desastre —dijo totalmente avergonzado.

El pelinegro le iba a decir que solamente se callara ya que hablar sobre el tema de aquella relación era bastante sensible para el mayor, pero una débil sonrisa apareció en el pelirrojo, llamando la atención de aquel par.

—Ya te dije que no es tu culpa, fue mía, deja de disculparte.

Song iba a alegar sobre aquella extraña respuesta del más bajito, pero su profesor llegó al aula por lo que tuvo que guardar silencio y prestar atención, esperando impacientemente el recreo para tratar de solucionar aquel grave problema que causó.

La mañana transcurrió sin interrupciones, el más alto se excusó de no pasar el recreo con ellos porque debía pasar a la biblioteca para investigar algo, lo que les resultó un tanto extraño porque aquel chico nunca se dirigía a ese lugar porque le resultaba aburrido, pero no quisieron preguntar más y pasaron aquel descanso solos.

Jung sentía que a su mayor le ocurría algo aunque no dijera nada, lo cual le preocupaba en demasía. Desde que había terminado con su novio por razones que no le quiso decir, había pensado que era porque sentía algo por Mingi, pero el más alto le había dicho personalmente que el pelirrojo lo había rechazado justo después de aquella ruptura, lo que le pareció un tanto confuso, más sin embargo no indagó más en el tema.

Aún así aquel sentimiento de incertidumbre aparecía cada vez que veía al pelirrojo, así que sin ser agresivo le preguntó.

—¿Hay algo que te moleste últimamente?

En cambio, Kim se tensó por la repentina pregunta, pero sin darle más importancia, le regaló una pequeña sonrisa que salió más como una mueca al menor y se limitó a susurrarle el típico "no es nada".

Ambos se quedaron en silencio hasta que observaron como el más alto se acercaba a ambos agitando su mano, regresando los tres juntos a su aula, sin ningún comentario y pregunta de por medio.