Thank U | seongjoong

El principio del fin

Un par de semanas habían pasado desde aquella tarde en que todo se descubrió y al mismo tiempo se solucionó.

Seonghwa había animado a Kim para que tomara unas cuantas terapias con un psicólogo para ayudarle con su depresión, las cuales iban de maravilla y todo mejoraba de poco en poco.

Igualmente el mayor encaró por fin a Yeosang, descubriendo lo inevitable. Hongjoong le había contado todo lo que el castaño le había dicho y no pudo evitar hablar con él para arreglar aquel problema que pudo haber salido peor. Al comienzo le fue difícil ya que él había sido su mejor amigo todo ese tiempo, más sin embargo sus acciones habían sido egoístas. Pero para su sorpresa, Kang aceptó todos sus errores y se disculpó con ambos, arreglando así por fin su amistad.

Lo mismo sucedió con Mingi. Le había confesado todo a Park, sobre su enamoramiento hacia el más bajito, aquel beso y todo el arrepentimiento que sintió desde ese día. Le sorprendió el hecho de que el más alto se hubiese dado cuenta de su presencia ese día y su determinación para disculparse, lo que hizo que no dudara dos veces la respuesta.

Así que ahí estaban los ocho chicos, sentados en el gran patio de su universidad, disfrutando de su tiempo libre mientras que los demás realizaban sus exámenes finales, ya que ellos habían entregado su proyecto a tiempo y al ser aprobado por la dirección general obtuvieron su recompensa.

Aquel grupo de amigos se habían vuelto exageradamente cercanos a pesar de conocerse hace apenas unas semanas, pero la amistad que habían comenzado después de confesar y arreglar todos los problemas se había fortalecido.

Todos estaban acostados en silencio sobre el césped, observando el claro y azul cielo que ese día ofrecía, hasta que Jung habló.

—Ya que todos somos sinceros últimamente, les confesaré que yo aún guardo un pequeño secreto.

Los demás chicos dejaron de prestarle atención a las nubes para centrarse en el menor, y San que se encontraba reposando su cabeza en los muslos de Wooyoung por fin se sentó.

Jung al sentirse observado por todos sus amigos, sintió que los nervios crecían rápidamente y como un fuerte sonrojo aparecía en su rostro, así que carraspeando un poco, centró toda su atención en el rubio que lo miraba expectante para poder confesar lo que ya todos sabían.

—Me g-gustas, Sannie, mucho.

—Tu t-también me gu-gustas, Woonnie.

Mientras que el Choi mayor y Jung sentían que su ser entero brincaba de felicidad, todos regresaron su atención al cielo indiferentes.

—¿Por qué demonios ustedes no se ven sorprendidos? —se quejó Wooyoung rojo de la pena.

—Bueno, creo que solo era un secreto para ustedes dos. Eso se notaba desde lejos, incluso si le preguntas al mismísimo director te dirá que ya lo sabía —contestó Yeosang medio dormido.

—No tienes que ser tan malo, Yeosanggie, pero si me preguntan a mi, hasta la señora de la cafetería me comentó que ustedes eran una linda pareja, de verdad fue gracioso —recordó Yunho mientras se reía como de costumbre.

Después de eso, todos comenzaron a reír, incluso San y Wooyoung por ser tan tontos y no darse cuenta. De verdad adoraban esos momentos juntos, y ninguno quería que acabaran jamás.

Pasaron el resto del descanso entre broma y broma, hasta que la hora de ir a casa llegó.

—San y yo vamos a ir a comprar helado, ¿vienen? —mencionó Jung mientras sostenía la mano de su chico.