ILLAOI: LA SACERDOTISA DEL KRAKEN

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El poderoso físico de Illaoi solo se ve superado por su indómita fe. Como profeta del Gran Kraken, utiliza un gran ídolo de oro para arrancar el espíritu del cuerpo de sus enemigos y fracturar su percepción de la realidad. Todo el que desafía a la «Portadora de la Verdad de Nagakabouros» no tarda en descubrir que Illaoi jamás combate sola: el dios de las Islas de las Serpientes lucha a su lado.

Su presencia impresiona a todo aquel que cruza su camino. Como mujer intensa, la sacerdotisa está plenamente comprometida con la experiencia de vivir. Toma lo que quiere, destruye lo que odia y se deleita con todo lo que ama.

Sin embargo, para conocer de verdad a Illaoi, hay que comprender la religión a la que ha dedicado su vida. Nagakabouros, la deidad de su fe, suele representarse como una enorme cabeza de serpiente rodeada de tentáculos que se mueven en espiral en torno a ella, sin principio ni fin. También llamado la Madre Serpiente, el Gran Kraken, o incluso la Dama Barbuda, Nagakabouros es el dios de la vida, las tormentas marinas y el movimiento en las Islas de las Serpientes (la traducción literal de su nombre es «el monstruo infinito que mueve el cielo y la tierra»). Hay tres preceptos fundamentales en la teología de su religión: todo espíritu ha nacido para servir al universo; el deseo ha sido inscrito por el universo mismo en todo ser viviente; el universo solo se mueve hacia su destino cuando los seres vivientes luchan por aquello que desean.

Las tareas de las sacerdotisas menores incluyen mantener los templos, invocar a las serpientes sagradas y enseñar a la gente la senda de Nagakabouros. Como Portadora de la Verdad de su religión, el papel de Illaoi es el de servir al dios directamente, desbloqueando el flujo del universo. Para cumplir con tal propósito, tiene dos responsabilidades sagradas.

El deber principal de una Portadora de la Verdad es el de encabezar la guerra contra la no muerte. Al estar fuera del flujo normal del universo, los no muertos se consideran una abominación contra Nagakabouros. Aun cuando es responsabilidad de toda sacerdotisa del Kraken proteger a la población nativa contra el Harrowing, una Portadora de la Verdad se enfrenta en combate contra sus espíritus más poderosos y hace retroceder a la Niebla Negra.

El segundo cometido de Illaoi es el de buscar individuos de gran potencial y desafiarlos con la Prueba de Nagakabouros. Esta tarea es la agobiante carga que se refleja en el título de Illaoi. Con su enorme reliquia sagrada, el Ojo Divino, la Portadora de la Verdad arranca el espíritu del cuerpo de quien es sometido a la prueba y luego lo obliga a enfrentarse a ella para demostrar su valía. Cumple este cometido plenamente consciente de que aquellos que fracasan son aniquilados, ya que el Gran Kraken no tolera la cobardía, la duda o la moderación. Pero la destrucción nunca es la meta. Quienes sobreviven esta difícil prueba cambian para siempre, y a menudo encuentran la voluntad de buscar su verdadero destino.

Aunque Illaoi es la Portadora de la Verdad más poderosa y respetada de las últimas cien generaciones, lo que mejor la caracteriza es su transgresión de las tradiciones que dicta su fe. Tras completar su formación como Portadora de la Verdad, y en la cúspide de su poder, Illaoi abandonó los templos dorados de Buhru por la miseria de la aledaña Aguasturbias.

La ciudad pirata es el único lugar en el que se permite la presencia de forasteros en las Islas de las Serpientes, y no es sino una cloaca fétida a ojos del pueblo de Illaoi. Las anteriores Portadoras de la Verdad ignoraban la ciudad y consideraban a los extranjeros que llegaban allí prácticamente intocables. Illaoi rompió con la tradición cuando eligió proteger a los residentes de Aguasturbias contra el Harrowing, o lo que fue más polémico aún, cuando decidió que algunos de sus residentes tenían almas dignas de la gran prueba. A pesar de ello, tan solo se ha inaugurado un puñado de templos en la ciudad, y a muy pocos paylangi (término isleño para referirse a los residentes que proceden de tierra firme) se les ha otorgado acceso a su interior. En cualquier caso, es Illaoi quien ha traído a Aguasturbias la conciencia generalizada de la Madre Serpiente, y es su espíritu indómito el que ha conseguido allí el favor para su religión.

Existen rumores de que la sacerdotisa colosal le rompió el corazón al pirata más sanguinario e infame de Aguasturbias, un hecho que no sorprenderá a quienes la conocen. El modo áspero de ser de Illaoi oculta una inteligencia sutil, gran fortaleza y una confianza magnética.

Muchos buscan el favor de Illaoi y agradecen su presencia en Aguasturbias... aunque todos temen que la Profeta del Kraken los ponga a prueba.

‘‘No puede haber descanso. Somos el movimiento’’.

De Las veinte sabidurías de Nagakabouros.

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