Capitulo 4

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Al subirse al carro, Fernanda no podía dejar de pensar en los gustos de su hijo, eso quería decir que tenía gustos similares a los suyos. 

-Rubinho, ya podemos ir a Puerto del Cielo-

Rubinho no sabía que contestar, por un lado, estaba el deseo de Fernanda de ir a ver a su hijo por el otro lado el de Miguel que se había convertido en su gran amigo después de lo sucedido con Fernanda. 

-Qué tal si paramos en ese parque un momento y conversamos antes de ir-

-Pasa algo-

-Es mejor que hablemos-

Rubinho parqueo el carro a un costado del parque, los dos se bajaron del carro y Rubinho camino de forma rápida hacía una banca, mientras Fernanda caminaba lentamente detrás de él, los dos se sentaron y como si fuera la misma Fernanda de siempre tomó la palabra

-Que está pasando Rubinho, quiero la verdad, no más evasivas-

Él sonrió, esa era la Fernanda que recordaba, fuerte con carácter, no esa mujer dócil con la que llevaba todo el día

-Fernanda no podemos regresar hoy a Puerto del Cielo-

-Por qué no, necesito ver a mi hijo-

-Ese es el problema Fernanda-

-Le pasó algo a Pedro--preguntó algo desesperada

-No él está bien-

-Entonces cuál es el problema-

-Fernanda no existe una buena forma de decir esto, pero para Pedro estas muerta-

Fernanda se levantó caminando en círculos pensando en esas palabras, estaba confundida, ni su padre o amiga le habían dicho esa en la cartas o en las llamadas, estaba muerta para su hijo, en ese momento sintió una punzada fuerte en su cabeza, los últimos meses había sentido ese dolor más que de costumbre y con una noticia como esa no podía ser menos, Rubinho percibió que Fernanda se tocaba fuerte la cabeza, se acercó a ella y un momento después se desvaneció en sus brazos.

Fernanda se levantó caminando en círculos pensando en esas palabras, estaba confundida, ni su padre o amiga le habían dicho esa en la cartas o en las llamadas, estaba muerta para su hijo, en ese momento sintió una punzada fuerte en su cabeza, los ...

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... En Puerto del Cielo...

Miguel no había dormido en toda la noche pensando como hablar con Pedro, haberle hecho creer que su madre estaba muerta, fue una decisión que tomo en un momento de rabia, se arrepentía todos los días, pero ahora ya no era muy tarde, había llegado el momento de asumir las consecuencias.

Se levantó y tomó un baño, entró al armario donde aún, en un costado estaba la ropa de Fernanda, la miro y salió dirigiéndose a la habitación de su hijo, golpeó la puerta y Pedro que ya estaba listo para salir al colegio, abrió la puerta. 

-Buenos Días Papá- le dijo dándole un beso en la mejilla 

Pedro caminaba por la habitación alistando todo para el Colegio, cuando su Papá le pidió que se sentará

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