Fernanda acaba de salir de la cárcel por un crimen que no recuerda haber cometido, se castigo asi misma y se alejo de sus amigos y familia para pagar su condena, ahora regresa a su ciudad a reparar los daños que hizo.
Fernanda despertó un tanto confundida, le pesaban los ojos y constaba trabajo abrirlos, cuando lograba abrirlos un poco la luz le molestaba era como si quemará, la enfermera que estaba en la habitación se dio cuenta del malestar y bajo un poco las luces.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Señora, intente abrir los ojos ahora-
La luz era mas tenue y Fernanda logro abrir los ojos
-En donde estoy-
-Se encuentra en el Hospital de la Beneficencia Portuguesa, sufrió un desmayo y un señor la trajo-
Fernanda se quedo pensando en todo lo que le había dicho Rubinho, aun no había procesado toda la información, por lo que le costaba trabajo entender todo lo que sentía, físicamente se sentía exhausta, le dolía la cabeza, sentía como si tuviera una piedra gigante encima, además una fuerte sensación de nauseas, siempre que se desmaya le costaba trabajo recuperarse, pero nunca se había sentido tan mal.
-Rubinho-
-No se decirle como se llama, esta en la sala de espera-
-Lo puede llamar, por favor-
-Lo siento, primero tiene que revisarla el doctor, mientras estuvo desmayada se sacaron unas muestras de sangre para hacer unos exámenes básicos, pero después de la revisión lo puedo llamar-
-Esta bien-
-Fernanda, se quedó mirando a la ventana, estaba en un piso alto se alcanzaba a ver algo de la ciudad, el cielo se veía tan azul, las nubes tan hermosas, no recordaba que desde el patio de la prisión el cielo se viera tan bonito, unos minutos después un golpe en la puerta y un médico pidiendo permiso para entrar la saco de sus pensamientos, era un hombre en los 40 alto con ojos claros, la verdad se veía muy guapo, Fernanda se sorprendió al pensar eso del hombre.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Fernanda Guzmán Santoro, cierto- pregunto el medico a Fernanda con una sonrisa en la cara
-Si-
-Bueno, yo soy el doctor Héctor Morales, el internista que la vio me pidió que la viera, soy neurólogo-
-Tiene que ser algo muy malo para que un neurólogo, venga a verme-
