Capitulo 2

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Fernanda despertó temprano no había dormido toda la noche se despertaba constantemente la ansiedad de recobrar la libertad no le permitió tener una noche de sueño, pero si lo pensaba bien  desde hace muchos años no sabía lo que era dormir en paz y...

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Fernanda despertó temprano no había dormido toda la noche se despertaba constantemente la ansiedad de recobrar la libertad no le permitió tener una noche de sueño, pero si lo pensaba bien desde hace muchos años no sabía lo que era dormir en paz y tener una noche de sueño sin pesadillas, llanto y arrepentimiento.

Cuando fueron las 5 de la mañana las luces de la prisión se encendieron, Fernanda nunca había anhelado tanto eses momento, se levantó y sacó debajo de su catre un caja donde guardaba un vestido que ella misma había hecho en prisión esperando ese día, se dirigió al balo y se alistó para salir, después de que estuvo arreglada tomó un libro donde guardaba las cartas y las fotos que conservaba, el resto de cosas las entregó a sus compañeras de celda, se despidió de algunas y salió camino al registro, después de llenar varios formularios, poner sus huellas y una última foto de reseña, se dirigió a la habitación donde guardaban las cosas con las que entraban las internas, en un caja estaba toda su vida, algo de dinero que le permitirá regresar a Puerto del Cielo, una chaqueta de cuero que llevaba el día que la capturaron, un bolso con su documento de identificación y una foto con Miguel, se detuvo a ver la foto, ni siquiera la recordaba, llevaba mucho tiempo sin ver la cara de Miguel sola la recordaba en sueños y la mayoría se convertían en pesadillas, al verlo enojado reclamándole por su partida.

-Lista- preguntó el guardia mientras Fernanda miraba los objetos de la caja

-Si- dijo con una sonrisa en los labios

Los dos caminaron hacia la salida, Fernanda sólo había estado en ese camino 13 años atrás cuando entró a la cárcel y hoy por fin saldría, el guardia abrió la puerta y en ese momento sintió miedo, aunque había soñado millones de veces con ese día, nunca pensó que sentiría tanto miedo de salir y retomar su vida, al final cuando entró era una joven inexperta y ahora salía convertida en una mujer.

-No hay porque tener miedo, todo va a salir bien, este es el inicio de una nueva vida, ojala para mejor-dijo el guardia viendo la cara de Fernanda, quien le dio una sonrisa tímida y cruzó la puerta, era un aire diferente de algún modo se sentía más leve

-Gracias-

La puerta se cerró con un golpe seco, que le hizo recorrer un frío por todo el cuerpo, el sonido de esa puerta marcaba su vida por segunda vez.

Fernanda conocía São Paulo, había llegado a los 17 años para entrar a la Universidad, pero después de tanto tiempo lucia diferente, los carros, la ciudad todo se veía nuevo, miró hacia los dos lados pensando cual camino tomaría, pero antes que pudiera decidirse una voz llamó su atención, un hombre con barba algo desarreglo, desde el otro lado de la calle gritaba su nombre.

-Fernanda, Fernanda- gritaba emocionado el hombre 

Fernanda no esperaba a nadie al salir, no le contó a su papá, ni su amiga que eran las personas con las cuales mantenía contacto, aun así un hombre desaliñado llamaba por ella, el hombre llegó corriendo hasta Fernanda y paro al estar al frente de ella para tomar aire.

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