*se recomienda leer este capítulo con la canción, da una sensación diferente al leer las memorias de jungkook*
Faltaba poco para el amanecer, tocar el universo y volvernos a ver.
Casi acariciando la luna con los dedos, muy cerca del reencuentro,
a solo un eslabón de la utopía, el sol nos traicionó.
La traición del sol.
Recuerdos de JungKook en el inframundo:
El inframundo, un lugar odiado por la mayoría de los humano en la tierra y despreciada por el cielo. Donde los días son eternos, aquí no hay percepción alguna del tiempo, donde reina la obscuridad y la luz del sol no se digna a arrojar un misero rayo de luz. Donde el calor y la soledad te consumen hasta adueñarse de la poca cordura que te queda en este maldito lugar.
A diario veo almas cruzando el páramo del limbo de la mano de Paritegi, los allegados no vienen felices, puedes ver el miedo en sus rostros pensando ¿Qué será de mí? ¿Realmente pagaré por todo lo malo que hice en la tierra? miles de pensamientos que rondan por su cabeza cuando los veo desde el monte.
Ellos temen de mí y mis hermanos, quienes en manada custodiamos la entrada del inframundo. Somos la primera barrera, y la más importante. Los canes de Yeonma nos dicen, nuestro aspecto viril e imponente hacen temer a cualquiera que quiera cruzar aquellas viejas puertas de piedra. Sólo una persona lo ha hecho, y ella es Paritegi, quien con su curiosidad dominó hasta la más cruel y sanguinaria bestia en este infierno.
Todo era tan rutinario hasta que vi lo más hermoso que estas tierras alguna vez han presenciado. Un canto tan dulce y cálido resonaba en todo el lugar. Me encontraba corriendo y cazando algo para comer cuando la escuche, curioso miré hacia todo mi alrededor y me dirigí a buscar a la portadora de aquella cautivadora voz. Pero no encontré a nadie.
Agitado y con mis patas rogando por un descanso me senté entre una de las colinas, podía observar todo el lugar desde aquí arriba, a mis hermanos corriendo y jugando en su tiempo libre, a Kyung vigilando la entrada con una postura firme y sin mover algún músculo, como si fuera una estatua.
Agaché la cabeza junto con mis patas y caí en un profundo sueño, donde era un humano y todo era luz a mi alrededor, todo era tan blanco y pulcro, nada que ver con lo pútrido que era el infierno. Miré hacía mis patas, no estaban, en cambio tenía manos, con cinco dedos y un par de pies. La voz seguía oyéndose, ahora resonaba en aquella habitación, había una puerta, la voz provenía detrás de ella. Me dirigí hacía ella y giré de la manija, esta se abrió y dejó ver un largo pasillo, sólo una alfombra gris lo adornaba. Caminé despacio , casi hipnotizado, dejando que mis oídos presenciaran la dulce melodía que cada vez se hacía más y más cercana.
Me detuve delante de la puerta, levanté mi mano y delicadamente giré la manija para que esta se abriera, dejándome ver al ser más hermoso que estos ojos habían visto.
Una pequeña espalda descubierta, sólo adornada por un suave y delicado listón en el cuello que corría por su cintura hasta llegar a los pliegues del vestido blanco. Ella volteó dejándome ver su cabello plateado y unos ojos, tan obscuros, que podías sentir que veías el universo en ellos y el brillo de estos las estrellas. Ella sonrió alzando sus pómulos rosados y parpadeó, levemente creando huracanes en mi corazón.
—c-Cual es tú nombre. —dije muy apenas por la impresión.
—No deberías de estar aquí Bulgae. —pronunció en una aterciopelada voz erizando mi piel. ¿Cómo sabía mi nombre?
—Te hice una pregunta. —dije fuerte y autoritario como siempre. Ella sonrió y se levantó dejándome ver su perfecta silueta en aquel maldito vestido.
—Mi nombre es Dalnim, soy la diosa de la luna y ahora estas en mi palacio.
—e-Entonces eres la hermana de Haemosu.
Ella asintió con toda la amabilidad del mundo.
—Ya deberías irte, pronto amanecerá y Haemosu podría darse cuenta que estas aquí.
¿Qué? ¿Irme? ¿Tan pronto? No, yo tenía infinidad de preguntas, por lo que quería miles de respuestas. No podía irme, ni siquiera se cómo es que llegué a este maldito lugar.
—¿Volveré a verte? —dije esperanzado, ella sonrió con sus ojos.
—Yo estaré donde tú quieras que este Bulgae.
—¡Pero eso no me dice nada! —dije alterado, no quería dejar de verla.
—Búscame en el ocaso, entre la división del sol y la luna.
Todo comenzaba a hacerse más pesado, ella se iba a alejando, la habitación iba desapareciendo a su paso. Yo intenté caminar pero era imposible, era como si yo sólo retrocediera y se obscureciera a su vez.
—¡Pero en el inframundo no se puede ver el sol!
—Si se puede, sólo observa bien... Bulgae. — susurró y no la volví a ver.
***
El viento soplaba fuerte en la parte más alta del edificio, mi cabello volaba en dirección al oeste, las nubes estaban coloreadas en tonos rosas anunciando el ocaso, el ruido de la ciudad yacía bajo mis pies que colgaban por estar sentado en una de las esquinas de la construcción. Las aves volaban en lo alto anunciando el fin de un día, el fin de una dura jornada yendo en dirección a sus nidos. Los edificios comenzaron a iluminarse por las personas que llegaban de casa, sin saber que había alguien ahí observando todo a detalle.
Mi mirada estaba fija en el horizonte, mi anillo parpadeó anunciando la división del sol y la luna, me erguí y enfoqué mis ojos, a la luz plateada y roja que parpadeó cuando el sol se escondió en la obscuridad.
—No puedo verte... —susurré.— ¿Porqué no puedo verte?
literalmente la forma del jeonkuk en animal es así, bueno al menos en mi imaginación jajaja:v
espero y les haya gustado este capitulo no saben la ternura que me da este hombre cuando habla de dalnim, es como de asdfkl no puedo contigo, voten y comenten las amo demasiado y gracias por sus bonitos comentarios, que aunque no le crean si los leo <3
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La Bestia Y La Dama De Plata (JungKook BTS)
FanficPor casi trecientos años Jungkook está maldito a permanecer en la tierra por un grave pecado cometido en traición al rey del inframundo. Para poder regresar tiene que terminar la tarea a la que había sido enviado para tener un juicio divino y así re...