Capítulo 9; ¿Qué ocultan en Hogwarts?

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Pov. Emma Malfoy

Me desperté aún somnolienta y con ganas de seguir durmiendo pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño a causa del insomnio. Por eso baje los pies de mi cama y saqué la ropa de mi armario, con cuidado de no hacer mucho ruido. Baje las escaleras de puntillas y pisando los bordes, donde los escalones de madera no crujen. Minutos más tarde ya estaba vestida con una jardinera.

Este domingo había amanecido frío, se notaba que el otoño empezaba a hacerse presente.

Saque una regadera de uno de los escasos muebles de la sala común y subí en silencio a mi cuarto para regar las plantas que crecían cerca de mi cama.

Regaba un alihotsy que inexplicablemente había florecido antes de tiempo cuando Tony se despertó gruñendo y con voz ronca dijo

- Tengo hambre.

Me reí en silencio intentando que los demás durmieran un poco más antes que Antony los despertara bruscamente. Le hice una seña y me llevé el índice a los labios intentando de que entendiera de que debía ser silencioso. Ja intento fallido, en el segundo escalón se tropezó con la frazada que arrastraba para seguir durmiendo en el sillón y rodó por los escalones hasta llegar a abajo. Parece que estaba muy cansado como para quejarse, si no habría causado todo un alboroto quejándose por haberse caído y humillado de esa forma. De todas formas terminaría riéndose de lo torpe que fue.

Se tendió sobre el sofá y se durmió, envidiaba lo rápido que podía dormirse el Gryffindor, ya que me aburro siendo la única despierta a esta hora.

Me quedé en la sala común por unas horas más, caminando sin rumbo mientras esquivaba sillones y mesas. Abrí uno de los viejos libros que había en una estantería, pero me aburrí enseguida, así es que lo dejé en su lugar y seguí deambulando por ahí. Salí afuera, pero Peeves estaba en el pasillo. Con miedo de ser el blanco de su siguiente broma, entré rápidamente para seguir con la monotonía. No era de esas personas que se podían quedar quieta y disfrutarlo. Perderme en mis pensamientos no era mi fuerte, tenía que usar mi tiempo en algo activo. Por fin sentí unos pasos en la escalera, era Valentine, quién bajó lentamente, atento de no hacer ruido. Julie aún dormía, para sorpresa de todos. Debía estar

muy agotada.

Le sonreí a Valentine y lo invité a sentarse en silencio. Antony roncaba en una esquina, babeando como siempre. A Valentine casi se le escapa una carcajada cuando lo vió.

Ambos eran muy lindos, Valentine intentando ocultar una sonrisa y, bueno, Tony no está realmente en su mejor momento.

- ¿Llevas mucho rato despierta? - me preguntó él intentando entablar una conversación.

- Sí, bastante tiempo, de hecho ya empezaba a aburrirme.

- Entonces he llegado en el momento indicado.- dijo él siempre buscando sonar elegante y caballeroso.

Me reí asintiendo con la cabeza mientras intentaba forzosamente bajar la voz.

-¿Puede ser que no hayas dormido muy bien estos últimos días?

- En parte sí, pero se debe principalmente a que también tengo insomnio de modo que duermo poco y me cuesta conciliar el sueño.

Él asintió lentamente, parecía que siempre quisiera recordar todo lo que digo. No dejaba de prestarme atención mientras hablábamos, aunque a veces, después de que se quedara unos segundos de más observándose, miraba sonrojado hacia otro lado. Nuestra conversación duró varios minutos más antes de que Tony volviera a abrir los ojos. Esta vez sí se despertó, se frotó los ojos y se ordenó el pelo, cosa que contrastaba con el desorden que era el negro pelo de Valentine quien solo se esforzaba en peinarlo para ocasiones importantes.

El Heredero de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora