Capítulo 11; ¡Un troll en las mazmorras!

8 2 0
                                    


Pov Valentine Lestrade

Luego de una larga y aburrida clase de transformaciones mi estómago pedía a gritos comida. Así que me dirigía al comedor con Draco seguido por los demás Slytherins. Hablábamos con Blaise y Zacharias de que harían ahora que sabían transformar ratones en tazas.

- Yo voy a regalar una preciosa taza nueva a nuestra molesta compañera de cuarto. Patil es todo un encanto.- dijo Zacharias entre risas.

Y como si se hubiera aparecido al oír su nombre camino cerca nuestro ella con su amiga Brown. Lavender de forma molesta, y como siempre, se me insinuaba cuando nos veíamos. Esta vez me guiño el ojo. ¿Qué les pasaba? ¡O sea entiendo que sea lindo, pero por favor!

- ¡¿Ustedes tienen la menor idea de porque siempre nos guiñan un ojo o cosas así?!

Ellos se rieron por mi pregunta.

- ¿No crees que es obvio Lestrade? Primero: somos Slytherin, los "chicos malos" de Hogwarts, segundo, somos increíblemente atractivos y tercero, mantenemos nuestra reputación.- me explicó Blaise- Y después de un tiempo te acostumbras. Es halagador tener siempre a un grupo babeando por ti.

Yo me reí, no podía ser tan malo. Digo, tenía experiencia.

Nos sentamos en nuestra mesa. Li y Tony ya se habían ido con Ron y Harry a jugar Quidditch, luego me quejara porque no me invitaron. Comimos en paz, hasta que un alboroto en la mesa de Hufflepuff nos llamó la atención. Las dos brujas coquetas estaban paradas, enfrentando a una figura menuda, que reconocí como Emma. Alcancé a escuchar una parte de la conversación.

- No mereces ser una Hufflepuff, sucia serpiente. ¿Crees que porque el sombrero te puso en esta casa cambia tu forma de ser? ¡NI SIQUIERA TU PRIMO TE AGUANTA!

- ¡Psicópata rara! Métete en tus asuntos.

Dicho esto se fue corriendo, mientras unas fugaces lágrimas corrían por sus mejillas. Quise correr a consolarla, pero Draco se me adelantó, preocupado. Yo fulminé a todos los del gran comedor.

- ¿Qué tanto miran? Vuelvan a sus asuntos. Y tú, Lavender -dije dirigiéndome a ella- Ahí va tu amorcito Malfoy, excelente manera de conquistarlo. Ella soltó un grito enojada y se fue con su amiga a su pieza, supongo. No me importaba. Yo me volví a sentar en mi puesto, a la espera de que Draco y Emma vuelvan.

Seguía enfurruñado, había gente muy estúpida. Comí en silencio, con el entrecejo fruncido y los puños apretados. Después del alboroto, todos comían tranquilos como si lo hubieran ya olvidado, una mentira obvia. Yo me sentía mal por no haber ido a ayudar a Emma, pero si fuera ahora quedaría muy patético y debo admitir que esa Hufflepuff me gusta.

Me encontraba inmerso en mis pensamientos cuando un grito entrecortado y desagradable me interrumpió. Un adulto envuelto en el tradicional atuendo mágico y con un turbante (nada tradicional) sobre la cabeza venía corriendo jadeante desde la entrada del GC. Él era quien originaba todos esos gritos, al principio no lo tome en cuenta, pero al oír que gritaba «¡Un Troll! ¡Un Troll en las mazmorras!» una alarma de alerta se activó en mi. Supuse que lo siguiente que harían los profesores sería llevarnos a todos a las habitaciones compartidas, pero entonces pensé en que ni Emma, Draco o Hermione estaban acá. El resto estaría seguro en la cancha de Quidditch y ni se enterarían, luego les contaremos esta anécdota. Pero los otros estaban en el baño, solos. Tenía que actuar si quería que la anécdota no fuera un recuerdo agrio. Así que me dirigí al baño donde supuse que estarían.

Mientras caminaba a paso apresurado por los pasillos pensaba en lo que pasaría a continuación. No estábamos muy preparado como para enfrentarnos a un troll violento y gordo de como tres metros. Un gruñido gutural me sobresalto, parecía que se había cumplido lo que creía y el Troll había seguido a mis amigos. En ese momento me olvidé de las preocupaciones a causa de un ataque de adrenalina, corrí por los pasillos casi desesperado por encontrarlos a tiempo. Al llegar frente a la puerta note que había aguantado la respiración el último tramo. ¿Motivo? Demasiado estresado como para pensar en cosas vitales como respirar. Troll apestoso.

Entre al baño semi destrozado por los desacertados golpes del verrugoso Troll. Con cautela llegue a Malfoy que estaba más cerca que las chicas. En su expresión se notaba que no estaba precisamente tranquilo. Con su ayuda ideamos un desesperado plan para distraer al Troll. Empezamos a lanzarle todo lo que encontrábamos cerca nuestro intentando de que se alejara de las chicas. Astillas, pedazos de losa , cosas que aún no se que eran volaban desde nuestras manos hacia el cuerpo del Troll. La distancia se acortaba rápido.

- Maldición. Se nos olvidó el segundo paso del plan Lestrade.

- Calla Malfoy y sigue lanzando escombros.

Estaba seguro que Hogwarts iba a despertar mañana sin nuestra presencia cuando una voz tranquila conjuro

- ¡Desmaius!

Todo el cuerpo del Troll callo en nuestra dirección, con Malfoy nos corrimos justo a tiempo.

Suspiramos aliviados de que no hubiera sido el fin de nuestra noble familia y su descendencia. Las chicas también se habían aliviado desde la llegada de Dumbledore. Las dos se acercaron a nosotros ignorando los sermones que McGonagall nos chillaba desde atras del director.

- Gracias Len- me susurro Emma mientras me abrazaba. A nuestro lado Draco se acercaba a Hermione, preguntándole si estaba bien. Parecían incómodos hasta que mi primo rompió el silencio diciendo

-De nada, un gusto ayudar - volviendo a su arrogancia de siempre, después de haberse preocupado de Hermione torpemente.

Parece que incluso los "chicos malos" de Hogwarts pueden actuar bien. Una falsa máscara pensé citando a Zabini.

-----------------------------------------

Por fin lo admitió. Ya me estaba estresando...

~Orión

~Las Locaas


El Heredero de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora