Pov Julie Eaglewhite
Era sábado, y el otoño se empezaba a notar. Los patios de Hogwarts estaban cubiertos de neblina, y hacía un frío que te helaba los huesos. Normalmente disfruto del frío, pero había sido una semana agotadora, y los cuatro decidimos quedarnos adentro por ese día. Pasamos la mañana riendo y bromeando en la sala común, disfrutando del desayuno que habíamos traído del Gran Comedor. Harry, Hermione, Ron y Draco se nos unieron más tarde, después de pasar la mañana terminando el ensayo de transformaciones que ninguno habían hecho aún. Bueno, que ninguno a excepción de Hermione había hecho, ella los acompañó para "ayudarlos".
Todos eran muy agradables, aunque tan distintos que daba risa. Antony bromeaba, Valentine hacía comentarios sarcástico que le sacaban una sonrisa a cualquiera, Emma escuchaba tranquila y reía, Draco se quejaba jugando de cualquier broma que alguien hiciera, Hermione escuchaba rodando los ojos cada dos por tres, Ron comía y no parecía entender mucho y Harry hablaba amistosamente, sin perder un pequeño matiz de seriedad. Y yo por mi parte no paraba de reír de las estupideces de mis queridos amigos, acostada en un cómodo sofá de la sala común, con una manta cubriendome desde los pies hasta las costillas.
- ¡Ya se nos hace tarde para el almuerzo! - dijo Ron parándose rápidamente de un salto al darse cuenta de lo tarde que era.
- ¡Tú siempre pensando en comida Ron! ¿Cuando vas a parar?- dijo Emma negando la cabeza. Ron empezó a quejarse de que la comida era esencial para la vida humana, y que parece que nosotros queremos matarlo de hambre. Después se dio cuenta de que su discurso le estaba costando minutos de almuerzo y se calló. Fuimos al Gran Comedor hablando de la primera semana de clases, contentos de que el fin de semana haya llegado. Nos separamos para ir cada uno a su mesa a comer. Luna ya nos esperaba junto con Seamus, Charlie Brown, e Isabella Phillips, una chica tímida pero inteligente, que terminó convirtiéndose en una buena amiga mía. Conversamos alegremente, Charlie como siempre divirtiéndose con sus anécdotas y Luna con sus conspiraciones. Hermione creía que eran estupideces sin argumento, que no se basaban en datos, pero yo creo que la sabiduría se trata más que de saber mucho, y respaldé a Luna en el pequeño debate que se había formado. Debate que se vio interrumpido por un gran estruendo que resonó por el gran comedor.
Cientos de aves, búhos de todo tipo irrumpieron en el Comedor, dejando todo cubierto de plumas a su paso. Dejaron paquetes y sobres delante de los alumnos, quienes soltaban gritos de alegría al ver correspondencia de sus familiares. Me sorprendí cuando vi un sobre amarillento caer enfrente mío. Pensé que había un error, que la carta iba dirigida a alguien más, pero mi nombre estaba escrito con pulcra letra sobre el sobre. Una letra que reconocería en cualquier lado. Mi hermano. No pude evitar reír. Mi hermano había conseguido papel y tinta para escribirme, aunque sabía que podía ser castigado severamente por eso. Era un cabeza dura. Thomas Eaglewhite siempre se había arriesgado por mi, y aunque estábamos separados por kilómetros, seguía haciendo lo mismo.
Me paré de mi asiento y me fui a los invernaderos, en busca de un lugar más tranquilo para leer su carta. Abrí con sumo cuidado el sobre. Una pequeña fotografía se deslizó entre el papel doblado. En primer plano estaba mi hermano sonriente, con su pelo rubio despeinado por el viento y sus ojos verdes brillando. Atrás suyo se podía ver el bosque de robles, a las afueras del pueblo. Me recordó a las muchas veces que nos habíamos escapado con él y Valentine a ese lugar, pasando horas y horas jugando a las orillas de un pequeño lago cristalino. En el reverso de la foto había una pequeña dedicatoria, con mi letra, donde le deseaba lo mejor antes de irme. Él me la mandaba de nuevo con el mismo deseo. Empecé a leer.
Querida Julie:
Supongo que no estará de más decir que espero que recibas esta carta pronto, porque no sabes lo que me costó conseguir mandar este raquítico pedazo de papel. Perdón si mi letra no es la mejor, te escribo desde el desván a plena medianoche, espero que no me descubran. Ya sabes como es la señorita Gloria, amable como siempre. Te manda saludos de hecho, querida "útil para nada, menos mal que se fue". Pero tranquila, es la única que no te extraña. Los chicos se preguntan dónde estás, extrañan tu sentido del humor. No se de donde sacaron eso del sentido del humor, pero bueno. Yo más que nada te extraño mucho, más te vale que los magos esos te estén cuidando bien, porque si no lo usaré como excusa para traerte acá ahora mismo. Dios, aún es tan raro todo esto de la magia... En fin, supongo que estás sacando sobresaliente en todas la asignaturas, cuentame como es todo allá. ¡Quiero detalles! ¿Cuando más tienes oportunidad de tener una hermana en una escuela de magia? Ni se te ocurra guardarte algo, sabré si me intentas ocultar lo que vale la pena contar. Dile a Valentine que le mando saludos, y que se digne a escribirme una carta para contarme cómo te estás portando. Escucho pasos abajo, me tengo que ir si no quiero un azote en la espalda. Cuidate mucho, escríbeme pronto. Te prometo que en la próxima carta te daré más detalles.
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El Heredero de Hogwarts
FanficHogwarts abre sus puertas otro año para recibir a la nueva generación que es bienvenida al mundo mágico. Todo el colegio espera un año normal dentro de lo que un castillo lleno de magos adolescentes puede ofrecer. Pero el sombrero seleccionador ti...