El nuevo sentido de la oscuridad

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Until we have seen someone's darkness,

We don't really know who they are.

Until we have forgiven someone's darkness,

We don't really know what love is.

-Marianne Williamson

-¿Qué ves en el espejo cuando te paras frente a él?

Loki dijo en voz alta, como si se lo dijese a sí mismo. Su mirada estaba perdida en gran espejo frente a nosotros. Nos observé todavía desnudos sobre su cama. Lentamente mi príncipe oscuro se levantó hasta estar de pie al espejo, casi fascinado por su reflejo. Yo me perdí un momento o dos observando su torneado cuerpo. Parecía un ángel o una magnifica escultura finamente tallada. Era de esos hombres delgados pero atléticos de majestuoso trasero y cabello corto. Me puse de pie y pasé mis manos por su cintura para abrazarlo. Por un lado de su brazo derecho me asomé a verlo reflejado.

Una combinación intensa de dolor, melancolía y alivio se arremolinaban en mi estómago al mismo tiempo.

-Los sentimientos de un DIOS siempre son mucho más intensos que los de los mortales- puntualizó Loki al darse cuenta de mi ligera incomodidad. Inmediatamente su mirada se volvió a posar en su figura reflejada. Volvió a repetir su pregunta.

-¿Qué ves en el espejo cuando te paras frente a él?

Mi atención divagaba por partes iguales entre su reflejo y el mío. Me costó un segundo entender la diferencia que había entre lo que podía ver ahora y lo que pude haber visto hace un día. Era terriblemente obvio. Estaba por responderle, cuando se llevó el índice a la boca, señalándome que guardara silencio. Quizá tenía apenas un día conociéndolo físicamente, pero de alguna forma estaba segura que llevaba toda la eternidad ligada a él. Y, sabía perfectamente que él no podría vivir jamás en paz si no sacaba esa revelación de su pecho. Sólo necesitaba que yo le formulara la pregunta adecuada.

-¿Qué veías en el espejo cuando tú, Loki, te parabas frente a él?

Jamás podría olvidar las palabras que salieron de su boca.

"Veía una abominación que no merecía la más mínima bondad. Veía a un objeto, a una prueba viviente de que Odín había ganado, de que me había retorcido hasta ser todo lo que él quiso que fuese. Veía a un despojo que nunca había sido capaz de lograr nada en su vida. Veía un remedo de alma con nada más en los nueve mundos que la certeza de que jamás sería nada para nadie. Veía una sombra, y miedo. Mucho miedo e ira. Una llama que se había extinguido bajo el hielo de mi herencia maldita. Veía la idea de la muerte rondándome desde que me di cuenta de que jamás tuve la oportunidad real de ascender al trono como Thor. No me interesaba ser rey, sólo quería saber que era tan valioso como él. Y cuando me di cuenta de que no sería jamás así me veía muerto… Por mi propia mano y daga."

Su rostro no se había inmutado mientras hablaba, pero cada palabra destilaba dolor. "¿Qué clase de vida había llevado mi amor durante tantos siglos?" Mi cuerpo se estremeció tratando de contener las lágrimas. No estaba seguro si eran mis emociones o las suyas. Me aferré a él tratando de demostrarle que aquellos tiempos habían quedado atrás. Comencé a llorar.

-Querida, no llores las lágrimas que me corresponde a mí derramar. Lo que hoy veo en el espejo es diferente.

La eventual disipación del sentimiento me demostraba que sus palabras eran ciertas. Su cuerpo se había tensado ligeramente mientras trataba de erguirse. Su semblante comenzaba a verse feliz, además de mucho más joven. Su apariencia pasó de treinta a casi veinte años apenas en el transcurso de un par de horas. Las ojeras bajo sus ojos ya no estaban su piel había perdido el tono grisáceo para verse blanca.

-En años mortales, algo así tendría. Para ser exactos, he vivido 1048 años. –Dijo al escuchar mis pensamientos.

-No es magia, hermosa mortal, es redención. –Amaba su siseo al decir "hermosa"

Sus ojos esmeraldas se clavaron en los míos. Aquel destello cristalino los hacia ver más vivos que nunca. Había rejuvenecido en todo sentido. Ahora parecíamos de la misma edad.

-Ya no me importa lo que me hicieron creer que era…

Su mano me guio de vuelta a la cama.

–Ni lo que yo mismo creí que era. Ya no importa mi pasado, ni si algún día llegue a ser como Thor.

Comenzó a terminar sus frases casi en mi boca.

-Ya no tengo miedo. No quiero un trono, ni ser rey de Asgard, ni Jötunheim ni ningún reino ya hecho. Sólo quiero ser rey del reino que nuestra unión cree, y siempre y cuando tu seas mi reina.

Me había envuelto en sus brazos y tenía atrapado mi labio inferior dulcemente con sus dientes.

"Lo único que necesito es que seas mía por siempre. Porque a tu lado soy auténticamente lo que siempre quise ser: un dios. La oscuridad ha tomado un nuevo sentido, ya no alimenta mi dolor sino alimenta mi fuerza. La fuerza para permanecer y conquistar junto a ti."

Su fuerza interna corrió a través de mí. Me sentía plena y feliz. Jamás había experimentado semejante bienestar. De súbito todos mis problemas parecían juego de niños a lado de los suyos, pero antes que nada, estaban extintos.

Un auténtico renacer del espíritu se presentaba ante mí. Una revelación de infinita alegría. Ese, ese precisamente era el reino que Loki y yo construiríamos. Juntos.

Sé que el capítulo es bastante corto, pero es suficiente para expresar un poco del tormento que Loki guardaba dentro de si.

Romance con el dios del engaño LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora