-¿Lo asesinaste? –Gritó la joven al escuchar los lamentos del príncipe.
La cara del dios palideció más si eso es posible. Precisamente todo aquello que quería evitar que sucediera estaba sucediendo. Valerie se había levantado de la cama casi horrorizada con las especulaciones que formó en su mente. Lentamente se iba arrinconando sola contra la pared buscando en donde recargar sus penas.
-Valerie, no es lo que imaginas, ¡déjame explicarte! –El temple de Loki se iba perdiendo con cada segundo en que veía reflejado en los ojos de ella el monstruo que hasta hace poco él creía ser. Lentamente, lo único que realmente le pertenecía, ella, su amor, sus cuidados y se redención se le deslizaban de los dedos; como arena antes contenida y que a la menor brisa se disipaba. En su caso la brisa era un huracán, y que al igual que el fenómeno natural, él no podía provocarlo ni contenerlo.
-Además te atreves a llorarle Loki, como si te importase. ¿Cuánto tiempo planeaste matarlo? ¡Eh! ¿Cuánto tiempo?- La cordura era un sueño lejano. En el horizonte no se vislumbraba más que furia.
-¡No le lloro a él! ¡Lloro por ti y por mí! ¡Por tu ceguera! ¡Aquel mortal no me importa en lo absoluto! –Le estaba costando tragarse su orgullo. Él, un dios, suplicando piedad de una humana, jamás lo hubiese imaginado. Se había ido acercando a ella, esperando de alguna forma que su cercanía la calmara.
-¿Cuánto tiempo Loki? ¿No podías con la idea de que él quisiera estar conmigo? ¡Quizá…!
-¿Quizá que Valerie, quizá qué?
Sentía de alguna forma que ella tenía su corazón palpitante en su corazón, esperando el instante en que sus palabras le dieran una puñalada final. Lo vio venir, y aún sabiendo que ella se había arrepentido de su pensamiento, no pudo evitar presionar hasta escucharla, para colmarse de rabia de una vez por todas.
-¡Quizá debí haberlo escogido a él!
¡Ah! No fue una puñalada como esperaba Loki, ella despedazó su corazón con su mano desnuda. Los últimos resquicios de dolor se habían ido con esas palabras. Su cabeza y su pecho estallaban y sólo atinó a llevarse los brazos a la cabeza, de alguna forma escudándose de sus sentimientos, pero también consciente de que sus palabras le otorgarían la más despiadada de las venganzas que Loki fuese capaz de idear para ella.
Él la tomó bruscamente de los brazos y la levantó, sin importarle el hecho de que la estaba lastimando. Las palabras del dios eran serpientes venenosas. El orgullo había tomado el control.
-Qué lástima para ti querida, porque eres mía. ¿Escuchaste? ¡Eres mía! ¡Mía! ¡Mía! Y ojala que me hubiese quedado unos instantes más para verlo arder, y poder contarte los detalles de su muerte.
El torbellino de sus sentimientos necesitaba liberarse, fuese la forma en que fuese.
Valerie intentaba zafarse de Loki, pero él no se lo permitió. La lanzó contra la cama y se puso sobre ella. El horror sobrevino cuando él comenzó a arrancarle la ropa.
-¿Qué que estás haciendo? – Ella esperaba encontrar inclusive su muerte a manos de él, pero no una vejación de ese tipo.
-Sólo recordándote, que pase lo que pase, eres mía. Y lo serás cada que me plazca.
-¡No! ¡Por favor no! – Valerie volvía a revivir sus once años. Sólo que esta ocasión ella había amado a su agresor previamente. No sabía sin embargo si aquel sentimiento lograría persistir acabada la noche.
Loki agresivamente le tapó la boca con una mano.
-Seguro que él no te habría hecho esto ¿eh?
Sin menor preámbulo la penetró, gozando al ver el auténtico terror en su mirada. Sus gritos no lo conmovieron. Ella se resistió al principio, pero pronto se quedó sin fuerzas. Sus energías estaban enfocadas tratar de no sufrir demasiado, pero era casi imposible; No con el terrible dolor físico que las salvajes embestidas de Loki le propinaban, y más que nada con la pena, no de haber perdido a Conner, como de seguro Loki suponía, sino de darse cuenta de los límites que él podía tener con ella. Estaba por comprobar que más que límites, era la ausencia de ellos lo que estaba por conocer.
La dedos de Loki que sujetaban el rostro de Valerie ya le habían perforado la piel, y pequeños hilos de sangre corrían por su mejilla izquierda. La mirada de ella se había perdido en un infinito que solamente la ausencia de oxigeno logró erradicar. El príncipe estaba asfixiándola con ambas manos mientras continuaba violándola. Loki alcanzó a reaccionar un instante antes de romperle el cuello de un giro.
-Valerie, ¡no! ¡No!
Intentó besar a la joven, enmendar de alguna forma la atrocidad más grande que pudo haber cometido en más de un milenio de existencia. Permitió que el orgullo y el miedo lo dominasen, y era muy tarde para evitarlo. Quiso morir al verla yacer bajo el, grisácea, apenas respirando. Por un instante creyó que la había matado, pero su débil respiración le confirmó que aún seguía viva.
-No quería, ¡perdóname! ¡Di que me perdonas!
Estaba zarandeando a la joven desesperado, buscando de ella cualquier reacción. No podía dejar de ver las marcas que dejó en su cuerpo. Los hematomas en su rostro y en su cuello; marcas en sus brazos, y al quitarse de encima de ella, lagunas de sangre en las sabanas. Instintivamente llevó su mano hacia la entrepierna de ella como si aquel acto fuese a aliviar las heridas y el dolor. Ella apenas gimoteo al sentir su toque.
-Mátame.
Los ojos del príncipe se abrieron en tremenda sorpresa al escucharla hablar, apenas audible.
-Ten piedad de mí.
Valerie cerró los ojos sin moverse un solo centímetro.
"¡No mueras amor, no mueras!"
De nueva cuenta la respiración de ella le reconfortó al menos momentáneamente. Había perdido la consciencia.
Ya no le importaba si Heimdall o cualquiera en Asgard se daba cuenta de que estaba vivo: Usó toda la magia a su alcance para sanar su herida interna antes de que se desangrase, y de curar las marcas de la violación. Una vez que hubo hecho eso, intentó despertarla, pero ella no reaccionaba de ninguna manera.
Al abrir los ojos, Valerie volteó a su alrededor. Esperó con toda su alma que los sucesos de los últimos días hubiesen sido una pesadilla. A su lado estaba Loki, aún desnudo. Estuvo todo el resto de la noche cuidándola, pero casi cayendo el amanecer sucumbió al cansancio. Cuando ella recordó claramente lo que Loki le había hecho, intento huir, pero todavía estaba bastante débil por la sangre perdida y cayó directamente al suelo. Loki despertó al sentirla mover pero no alcanzó a sostenerla. De inmediato se incorporó intentando ayudarla, pero ella al verlo despierta no pudo evitar romper en llanto.
-¡Por favor no! ¡No otra vez!
El príncipe la cargó de nueva cuenta a la cama y la abrazó, ignorando el hecho de que estaba aterrada y su sola presencia la hacía estremecer. Ella detestaba darse cuenta de que no tenía las fuerzas para defenderse en lo absoluto. Seguía temblando y gimoteando pero no podía proferir palabra alguna.
-¡Perdóname! ¡Valerie, te amo! ¡Te amo! ¡No quería hacerlo!
Comprendió que ella no podía hablar, al menos no por el momento. Loki mismo había roto el vínculo que los unía cuando regresaron a casa después del incendio para que ella no se diese cuenta que, en cierta forma, el había iniciado el incendio que mató a Conner. Pero huir era inevitable y debía hacerse antes de que Heimdall lo rastreara. Ahora debía reconstruir su unión para hacerle entender. Tenía miedo de pensar que tal vez, la única unión a la que podría aspirar con ella sería mental. Quizá el amor no volvería jamás a sus vidas.
Enfocando su energía tocó la sien de su amada mientras toda su mente se revelaba de nuevo ante él. Le sorprendió el común denominador de sus pensamientos:
. Muerte.
N/A: Muchísimas gracias por sus reviews, y por continuar leyendome. Acaba la historia de sobrepasar las mil visitas!
Me gustaría muchisimo que me comentasen que les perece este capítulo en especial que como se daran cuenta es bastante fuerte en comparación de los demas.
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Romance con el dios del engaño Loki
FanfictionLoki decide esconderse en Midgard para fingirse muerto y alejarse de Asgard. Una continua batalla contra sus emociones y su realidad se gestará cuando se cruce en su camino Valerie, una joven de Midgard que esta tan desamparada como él. (AU Post Tho...