Las ultimas consecuencias del beso

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Loki se levantó por la mañana temprano. Ya estaba el sol en lo alto y tenía sed. Se arropó con una bata negra, echó a andar la cafetera y se recargó en el mueble. Había aprendido a usar "la fuente de elixir" como él la llamaba cuando probó por primera vez el café en el restaurant que frecuentaba para desayunar. Ahora cada mañana, se preparaba una taza de café negro antes de sentarse en el sillón a leer.

Se pasó la mano por el cabello tratando de alisarlo un poco y se dirigió al cuarto de Valerie. Las sabanas de su cama estaban desarregladas pero vacías. Su cama estaba fría. Temiendo lo peor buscó en su armario. Había apilos de ropa sin arreglar, pero todo estaba ahí.

Confundido salió y se dirigió a la sala cuando su vista se posó en un plato sobre la mesa. A un lado de éste yacía una nota firmada por Valerie.

Loki, volveré de la universidad a las dos o tres de la tarde.

Aquí te dejé desayuno, espero que sea suficiente.

Usa el microondas para calentarlo.

-Con cariño Valerie

¿Cariño eh?

Un extraño calor recorrió su cuerpo. Ella sentía cariño por él. Y pensar en ello lo hacía feliz. Tomó el plato y se levantó. Inconscientemente pretendía usar el microondas para calentarlo, pero se dio cuenta de que no tenía la más mínima idea de lo que un microondas era. Ni mucho menos sabría cómo utilizarlo. Buscó su alrededor y dedujo que aquel extraño aparato cuadrado era el microondas, pero ¿cómo usarlo?

"Querida, ¿puedes escucharme?"

Del otro lado de la ciudad, Valerie se sobresaltó al escuchar la voz de Loki. Estaba pensando en él, porque no podía evitar sentirse emocionada y feliz por la mágica noche que habían pasado en la plaza. Ya le había contado a Julieth, a María y a Conner. No necesitaba los poderes de Loki para saber que a Conner no le había gustado en lo absoluto la noticia. Ella sabía perfectamente que Conner quería que hubiera entre ellos más que una amistad, pero Valerie siempre había temido a las relaciones por culpa de su tío y jamás había podido ver a Conner de otra forma que no fuese su mejor amigo.

Afortunadamente nadie se había dado cuenta de su ligero brinco. Aún no se acostumbraba a escuchar a Loki.

"¿Qué sucede Loki? ¿Ocurre algo?"

"Necesito que me expliques exactamente que es un macroondas y como se utiliza"

Ella comenzó a explicar, pero aquello sonaba demasiado extraño para Loki. Fingió entender y la dejó continuar.

-¡No tengo tiempo para estas costumbres mortales!- Se dijo a sí mismo.

Su pequeño episodio de ira logró carbonizar la comida. Apenas avanzaba el reloj hacia las 10 de la mañana. Con un giro de su mano derecha se cambió la ropa y entró a su habitación buscando su bufanda preferida. No tardó ni un minuto en dirigirse al auto.

Pasadas las dos de la tarde, Valerie iba saliendo de la facultad junto con Conner. Julieth y María se habían ido después de mediodía para terminar un trabajo y no las vería hasta la clase siguiente. Lamentablemente el hecho de que ellas se hubieran ido le daba acceso total a Conner de iniciar el interrogatorio que tanto anhelaba. Los dos habían pasado desapercibidos por el pasillo hasta que él alzo la voz.

-¡¿Lo conociste el viernes y ya es tu novio?!

Se detuvieron por un instante para voltear a su alrededor. El peso de decenas de miradas curiosas los incomodó. Ella lo tomó bruscamente del brazo y lo hizo continuar caminando.

-No lo entenderías Conner. –Le recriminó sin voltear a verlo. –Sé que puede parecer impulsivo. Pero él es totalmente diferente a todos los que he conocido.

-¿Cómo puedes saberlo? ¡No lo conoces!

La mano de Conner buscó la de Valerie, pero no la alcanzó. En esos momentos apareció Loki detrás de ella, la sujetó de la cintura y la alejó de él.

-Tampoco la conoces tu mortal.

Y antes de que ni Conner ni Valerie pudiesen reaccionar, Loki la besó como forma de marcar territorio. De inmediato, aún sin soltarla de la cintura se abrió paso con ella a través del pasillo hasta el estacionamiento. Por encima del hombro volteó el príncipe del engaño a ver a Conner quien permaneció un minuto o dos estupefacto por lo que acababa de pasar. Sonriente y gozando de la confusión del Loki llevó a su novia hasta el auto.

-¿Qué sucede? ¿Por qué te apareciste así Loki?

Loki, que iba manejando y sonriendo por lo que acababa de hacer, dio vuelta de improviso en un callejón, y apagó el coche. La agarró de la muñeca y aparecieron en la casa. Rápidamente ella intentó calmarlo, pero sólo logró que se sentaran en el sofá.

-Respóndeme, ¿Qué pasa? –Valerie comenzaba a desesperarse. La sonrisa socarrona de Loki había cambiado a una mueca neutral, casi mortuoria.

-Primero, despierto y no estas. Luego pretendes que use el "macro hondas" o ese aparatejo mortal que jamás había visto, y pretendo esperarte a que termines de hacer lo que sea que hagas y te encuentro caminando con otro, y además permites que te grite, ¡como si fueras suya! ¡No esperes que me quede de brazos cruzados después de ver eso!

La tenía arrinconada en el sillón, casi gritando sobre ella.

-¿Qué quieres que haga si pierdo la poca cordura que me queda cuando no te tengo cerca? –Le alcanzó a decir el príncipe antes de reaccionar. Sabía perfectamente que tenía que controlar su carácter. No pretendía asustarla, ni mucho menos fastidiarla. Con gran esfuerzo aspiró una bocanada de aire dispuesto a sentarse debidamente y calmarse. Ni leyendo los pensamientos de la chica pudiera haber imaginado lo que sucedió a continuación.

Valerie, sin pensar ni avisar, la pasó ambas manos por cuello y lo jaló de nueva cuenta hacia ella. Quedaron sus rostros a escasos milímetros de tocarse y sus miradas se unieron. La de ella mostraba las pupilas café dilatadas y la de él una profunda sorpresa. Sus labios se encontraron desesperadamente mientras él paulatinamente dejaba caer su cuerpo. La mano del príncipe entonces se logró escabullir debajo de ella y la apretujo más contra él.

Le estaba costando ser racional sintiéndola tan cerca, sintiendo como con cada respiración sus pechos se restregaban delicadamente contra él y como las mejillas de su amada se sonrojaban. Pero no podía evitarlo, no podía evitar controlar la pasión que comenzó a gestarse desde el momento en que la había besado por primera vez en la azotea.

"¿Qué habrá hecho esta mortal para hechizarme a mí, el dios del engaño?" Se cuestionó sin dejar de acariciarla.

No lo sabía, pero no le importaba encontrar la respuesta por el momento. Sus labios estaban demasiado ocupados. Sintió las manos de la joven quitar la bufanda de su cuello, casi desesperada. Los amantes se separaron por un instante, para permitirse hundir sus alientos en el cuello del otro, explorando la piel con frenesí. Se detuvo un momento a aspirar el perfume que emanaba de ella, cuando sintió como ella le había propinado una mordida que lo había terminado de encender. Loki soltó un gemido ahogado que se disipó al levantarse ella del sillón y ponerse de pie. Lo tomó de la mano y lo guió con rumbo a la habitación de él. Casi incrédulo, comenzó a caminar, pero se detuvo en el marco de la puerta.

-Amor, si entro por esta puerta, no te permitiré salir hasta llegar a las últimas consecuencias de ese beso.

Creyendo que ella se retractaría después de escuchar aquello, se hizo a un lado dejándole camino para salir.

Ella no lo hizo.

El momento se acerca... El siguiente capítulo siguiente sera clasificación M.

Gracias a todos los que se toman el tiempo de leer y dejar reviews, es muy motivante leerlos :D

Romance con el dios del engaño LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora