La línea entre la cordura y la demencia

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Habían pasado un par de horas. El sofá era tremendamente cómodo, y quería continuásemos hablando. Sin embargo sentí que debía disculparme.

-Lamento haberme ido sin darte oportunidad de explicar- murmuré. Alcé el rostro para verlo a los ojos. En ese instante él había volteado a verme y nuestras bocas habían quedado terriblemente cerca. Podía sentir su aliento demasiado cerca.

-No tienes idea de la desesperación que me causaste. – Loki me abrazó hundiendo su cara en mi cabello.

-No me respondiste. ¿Qué tolerarías y que no?

Casi había olvidado su pregunta.

-No sé qué responderte – admití. –La mayoría de los hombres aquí suelen hacer lo típico.

-¿Qué es exactamente lo típico? – me preguntó curioso de vuelta.

-No lo sé, envían flores, salen a cenar.

-¿Te gustaría que hiciésemos eso?

Sentí como me sonrojaba. No había existido nadie antes en mi vida que se estuviese esforzando tanto como Loki lo hacía ahora.

-¿Ninguno? Me sorprende, siendo una dama tan hermosa.

Era firme creyente de que no se debía de preguntar cosas a las que no quisiéramos oír respuesta. Pero no pude evitar que se me escapara de la boca.

-¿Y cuántas ha habido en tu vida?

-Ninguna por la que haya sentido algo. –Había leído mis pensamientos. Escuché sus latidos acelerarse, y se levantó rápidamente, apenas dándome tiempo de quitarme de su camino. Entonces, me extendió la mano y por impulso me levanté.

-Cierra los ojos-me susurró. Hice como me lo pidió y los abrí al sentir una brisa fría sobre el rostro. Estábamos ahora parados en la azotea del edificio donde vivía Loki. Hizo aparecer un manta verde, y cubrió un cuadro de concreto que sobresalía del suelo. Tomamos asiento y dirigimos nuestra vista al cielo nublado. Quería aprovechar todo lo posible aquellos momentos.

-¿Qué haces aquí, en la tierra?

Cerró los ojos, me tomo de la mano, y sin voltear a verme musitó unas palabras que apenas y alcancé a escuchar.

-Querida, si te cuento no volverás mañana.

No estaba segura si debía insistir o no, pero prefería saber la verdad. Lo tomé del rostro haciendo que me viera directamente, y asegurarle no sólo con mis palabras sino también con mis acciones que todo estaría bien. Era yo la que necesitaba respuestas, y el poder de entender por qué el continuo vaivén entre alegría y dolor que continuamente Loki experimentaba. Bastaba un momento, para que su ánimo se hiciese pedazos y yo pudiese sentir su ira y frustración.

-No volveré mañana, porque no me iré hoy.

El tacto no era una de sus virtudes principales. Lo comprendí cuando me dijo que había engañado a Thor para hacerle creer que había sido exiliado y que jamás podría regresar a Asgard.

-Realmente no le hice daño a nadie – concluyó. – Thor habría sido feliz aquí en Midgard con Jane, yo pude haber impresionado a Odín y por fin hubiese obtenido el trono que legítimamente era mío.

Si lo ponía de esa manera, sonaba razonable. Vamos ¿razonable?

-¿Por qué querías el trono? ¿Por qué armar semejante plan para ello?

-No lo entenderías.

Una idea se me vino de flechazo. Quizá serían sus emociones navegando por mi cuerpo.

-¿No era por el trono cierto?

Su mandíbula se tensó mientras bajaba el rostro, intentando que las sombras de la noche lo ocultaran por unos momentos de mi vista.

-¡No tienes idea lo que es vivir siempre bajo la sombra de otro, vivir anhelando que se te reconozca como a él! No me interesa ser rey de un lugar a donde no pertenezco. Ah sí, ¿no lo había mencionado? Fui robado al nacer, Odín me conservó como si fuese una reliquia y me hizo creer que era su hijo.

MI pecho comenzó a doler. Creí que estaba por darme un infarto, pero me di cuenta que estaba sintiendo las emociones de Loki.

-Mientras a mí me despreciaban, al idiota le daban un trono. La única que me trató con decencia fue Frigga, y sin embargo, él siempre estuvo antes que yo.

Cerró los ojos y una sonrisa amplia se forjó en su cara. M estremecí por un momento al sentir la perversión que emanaba.

-Hay una delgada línea entre la cordura y la demencia, y ellos lograron romper la mía.

Romance con el dios del engaño LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora