Romance con el dios del engaño Loki

Noticias de Thor

-¿Cuánto más pensabas esperar para decirme? Llevo semanas esperando que me dieras la noticia.

Si, definitivamente, ahí estaba mi confirmación de que Loki a sabía de mi embarazo.

-¿Cómo te enteraste? Me he estado esforzando muchísimo en no pensar en ello para que no pudieses leerlo de mi mente.

Su mano me acomodó el cabello todavía húmedo. Era una de esas pequeñas acciones que me recordaban que su sabiduría era infinitamente mayor que la mía. Después de todo él ya tenía más de un milenio de vida y yo aún no llegaba a las treinta.

-Nuestra conexión me da acceso a tu mente, a todos y cada uno de tus pensamientos. No es necesario que lo estés pensando en el momento, basta con que en algún instante de tu vida te haya cruzado por la mente. Además, encontré el análisis del laboratorio en tu bolsa hace unos días.

-¿Y por qué no me lo comentaste? ¿Por qué esperaste a que yo te le confesara?

Seguía esperando su respuesta mientras me iba levantando de la tina para buscar mi bata.

-Imagina lo aburrido que sería nuestra relación si adivinara todos y cada uno de tus pensamientos.

Nunca me había puesto a pensar en ello, pero tenía razón. De alguna forma sus poderes nos hacían brincarnos la barrera de conocernos, pero por otra parte nos daban mucho más material con el cual trabajar. Había perdido momentáneamente el enfoque de nuestra conversación.

Al salir a la estancia nos dejamos caer en el sofá. Como solía hacerlo me recosté en su regazo. Tenía apenas unos minutos cuando me movió para levantarse y corrió a la cocina.

-Loki ¿Qué haces? ¿A dónde vas? – le pregunté sin moverme del sofá.

El rápidamente se asomó hacia donde yo estaba, con el teléfono pegado a la oreja. Cuando volvió se arrodilló frente a mí y con la mano comenzó a recorrer mi vientre. Y, en el acto más tierno que había visto de él, se acercó a besarlo.

-Ordenaba comida. Debes cuidar ahora más que nunca tu alimentación, no querrás que nuestro hijo tenga hambre.

De nuevo Loki se sentó cuando escuchamos el timbre. Volteé a verlo confundida puesto que apenas hacia un segundo que había pedido la comida y dudaba que el que timbraba fuese el repartidor. De inmediato me puse de pie y fui a atender la puerta.

-Thor pasa, pasa. – alcancé a decir cuando ya iba el príncipe a mitad del pasillo.

Loki de inmediato se incorporó y casi corrió a recibir a su hermano. Ambos se abrazaron fraternalmente.

-Por favor hermano, dime que me traes noticias.

Thor sonrió afectuosamente. Podía sentir ansiedad en las palabras de Loki, y notar cierta preocupación en sus palabras.

-Madre está dispuesta a ayudarnos. Me ha dicho que puede efectuar el proceso, pero que se requiere de mucha magia y será necesario que intervengas Loki.

-No esperaba menos. – respondió mi príncipe.

-También me ha dicho que no puede hacerse en Midgard, que debe ser en Asgard o Vanaheim, y que para ello ambos deben de ir. Heimdall aunque sabe de esto, no puede intervenir por honor y lealtad hacia nuestro padre, pero no intervendrá si tomamos medidas alternas.

-Tampoco ese es un problema, que tengo bien identificadas diversas vías hacia Asgard.

Loki me tomó de la mano. Parecía bastante complacido con las noticias de Thor inclusive ante las aparentes complicaciones.

-Hay una cosa más – prosiguió Thor. Tuve de inmediato un mal presentimiento. –Madre me dice que después de volver a Valerie una diosa, debes tú de responder por tus acciones ocurridas durante el último sueño de Odín.

Mi cuerpo se heló. Responder significaba prisión, o en el peor de los casos la muerte. No soportaría el encierro de Loki, ni mucho menos que lo ejecutaran. Lo necesitaba, no solamente por nuestro hijo que venía en camino, sino porque lo amaba como nunca. Naturalmente no pude prever su respuesta.

-Yo mismo me entregaré en cuanto terminemos el ritual.

Por primera ocasión intervine en la plática.

-¡Loki no! ¡No puedo permitirlo! ¡No lo entiendo! Hemos pasado estos años escondiéndonos para que Odín no se enterara de que estaba vivo porque sabes, sabemos, lo que ello significa. ¿Y ahora estas dispuesto a entregarte?

Su temple exteriormente parecía intacta aunque no así su desesperación. Me tomó de ambas manos y tiernamente me besó en la frente intentando calmarte.

-La situación ha cambiado. Ahora seremos padres y no permitiré que un hijo mío quede marcado por mis crímenes. Responderé por ellos, restituiré mi honor, y tú yo nos casaremos.

Tanto Thor como yo nos quedamos estupefactos. Él por la noticia de que estaba embarazada y yo por la propuesta de matrimonio.

-¡Hermano! ¡Que noticia tan grande!-

Thor lo tomó del brazo y casi lo asfixia al estrujarlo, pero ambos se veían felices.

-Ahora más que nunca es vital que regreses a Asgard. Madre y yo abogaremos por ti para que tu castigo sea el menor posible. Estoy seguro de que la noticia de un hijo cambiara también la opinión del padre de todos. No debemos dejar esto asunto al aire, si Valerie se convierte antes de que dé a luz, tu hijo hermano nacerá también como realeza asgardiana.

Se dirigió entonces a mí, aún emocionado pero consciente de su fuerza no se atrevió a tocarme.

-No permitiremos que los separen ahora, mi sobrino debe nacer en una familia.

Lo sucedido de alguna forma me abrumaba. Loki se despidió de Thor con la promesa de contactarlo pronto para avisarle el día exacto de nuestro viaje a Asgard. ¿De qué forma cambiaria mi vida al someterme a un procedimiento así? ¿Cómo sería mi vida con Loki sabiéndome prácticamente inmortal? ¿Realmente seriamos aceptados en Asgard y además en la familia real?

Loki pasó un par de semana contándome sobre Asgard y sus costumbres para calmarme. Con el paso de las semanas me di cuenta que lo que más me inquietaba eran sus continuas desapariciones en ocasiones por días. Cuando le cuestionaba, reaccionaba con evasivas convincentes para cualquiera, de no ser porque podía sentir sus mentiras. Habíamos tenido un par de discusiones al respecto, pero siempre lograba convencerme de que todo estaba bien.

Cuando me faltaban escasos días para cumplir seis meses de embarazo, Loki llegó por la noche más tarde lo usual, y pálido.

-Mañana nos vamos a Asgard. Ya acordé con Thor, nos encontremos con madre fuera de los jardines del palacio, y de ahí nos trasladaremos todos a Vanaheim.

No estaba satisfecha con sus desapariciones, pero entendía que una vez que estuviéramos en Asgard, de una forma u otra me podría asegurar de que no perdiera el rumbo de nuevo, si es que ya lo había perdido.

-¿No sería menos problema ir directamente a Vanaheim? Al fin y al cabo usarás tu magia para transportarnos. ¿No será menos desgastante?

Su mirada denotaba cierta ansiedad. De inmediato me abrazó y susurró a mi oído. Apenas alcancé a reaccionar cuando sentí sus dedos posarse en mi sien.

-Cuando despiertes, estaremos en Asgard amor mío.